El mapa muestra las cuadrículas que más extremos térmicos sufren, en verde, y las que menos, en azul.Van Houtan et al./PLoS Climate
En los 120 meses que tiene la década que va de 2010 a 2019, las aguas que bañan las costas de las Maldivas (océano Índico) tuvieron temperaturas extremas en 111 de ellos. Hace un siglo, eso solo pasaba unos días al año. El fenómeno no se limita a esta zona del planeta, el calentamiento de mares y océanos es tan global como el que sucede en tierra. El análisis de las temperaturas desde hace 150 años muestra que lo que en el pasado era un evento térmico extremo, ahora es lo normal. El impacto sobre la fauna y flora marinas ya se está notando, con especies emigrando cada vez más al norte o al fondo del mar.
La primera vez que los extremos térmicos se convirtieron en la norma en alguna parte del mar fue en 1998, en el Atlántico sur. Este punto de no retorno lo definen los autores del estudio como el año en que más de la mitad de una zona determinada alcanza y se mantiene en la temperatura media máxima de los primeros 50 años (de 1870 a 1919). El océano Índico alcanzó este umbral en 2007. Fue en 2014 cuando la mitad de la superficie marina sufrió estas olas de calor. Ahora, esta investigación publicada en la revista científica especializada PLoS Climate sostiene que en 2019 el 57% de la superficie marina tuvo y mantuvo estos extremos.
El trabajo usó los registros históricos de temperaturas de todos los mares del planeta desde 1870. Con esos datos, obtenidos de instituciones como la agencia británica de meteorología, los autores elaboraron un índice de temperaturas extremas medias mensuales hasta 1919. Después compararon los valores de este índice del pasado con los observados en las décadas más recientes. Han comprobado que lo que hoy se produce en casi dos tercios de la superficie marina del planeta, antes solo sucedía en el 2% del agua salada.
“El cambio climático no es algo del futuro. La realidad es que nos está afectando desde hace tiempo”
Kyle Van Houtan, presidente del Centro para la Vida Marina Loggerhead, Estados Unidos
Kyle Van Houtan es el presidente del Centro para la Vida Marina Loggerhead (Estados Unidos) y realizó el estudio mientras era jefe científico del Acuario de la Bahía de Monterrey. Para él, “el cambio climático no es algo del futuro; la realidad es que nos está afectando desde hace tiempo”. El incremento tanto temporal como espacial de las temperaturas máximas en algunas zonas, como las aguas territoriales de países del Índico como Maldivas o Tanzania, supone que “en estas zonas, los extremos de calor han aumentado hasta en 47 veces”, dice Van Houtan.
Las grandes cuencas marinas donde más han aumentado los extremos térmicos son, además del Índico, la región central del Atlántico, la porción del Pacífico más cercana a Asia y los océanos polares. Las áreas donde la superficie del mar ha mantenido mejor sus medias del pasado son el Pacífico americano, en especial en el sur, y el Atlántico norte, pero parece que no hay regiones marinas donde el termómetro haya bajado. “No hemos analizado la ocurrencia de frío extremo, pero sería fácil hacerlo”, cuenta en un correo Van Houtan. “Según los resultados de este trabajo, donde mostramos que el calor extremo ha aumentado y se ha vuelto común, creemos que las temperaturas frías extremas oceánicas han disminuido significativamente”.
Aunque no es el objeto de esta investigación, los autores del estudio mencionan las posibles causas, ya resaltadas por los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC. Una es el flujo de aire caliente desde una atmósfera cada vez más recalentada por la concentración de gases de efecto invernadero. Otra es el aumento de la frecuencia, duración e intensidad de las olas de calor. En un trabajo publicado en 2018, sus autores estimaron que la frecuencia de estos episodios de varios días de calor extremo había aumentado en un 34% en el último siglo, su duración en un 17% y, en total, el número de días con temperaturas más allá de la media extrema han crecido en un 54% desde comienzos del siglo pasado.
“Las zonas más cálidas se están vaciando de especies”
José Luis Sánchez, del Departamento de Ciencias del Mar de la Universidad de Alicante
Esta nueva normalidad está provocando una serie de cambios en el ambiente marino que la ciencia lleva unos años destacando. De la misma manera que, en tierra, el calentamiento global está llevando a muchas especies a migrar a latitudes más frías, en el mar, un número creciente de peces se va al norte. José Luis Sánchez es catedrático del Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante. En 2017 publicó un estudio sobre las principales especies de atunes del Atlántico, el Índico y el Pacífico. Desde 1965, las capturas de especies subtropicales se han multiplicado cada vez más al norte, observando una relación entre aumento de la temperatura de la superficie marina y migración.
“Se van expandiendo a latitudes más elevadas y está pasando en todos los océanos”, dice Sánchez. Y los cambios, añade, “se están produciendo a todos los niveles, no solo con los atunes o los demás peces, también al fitoplancton y el zooplancton”. La otra gran dirección que están tomando muchas especies marinas es irse más abajo.
Pero estos desplazamientos tienen sus límites. Por ejemplo, las especies que dependen de la fotosíntesis no pueden descender en la columna de agua. Además, las de aguas más frías no pueden ir más allá de los océanos Ártico y Antártico. Pero lo peor es para las de aguas tropicales. Como dice Sánchez, “las zonas más cálidas se están vaciando de especies”.
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