Desde que estalló el brote de coronavirus a finales de diciembre en la ciudad china de Wuhan, se han llevado a cabo cientos de investigaciones en todo el mundo para desarrollar una vacuna contra el virus. En muchos casos los animales han tenido un papel clave en los estudios: ratones, cobayas, monos… Pues bien, ahora los científicos ponen toda su atención en las vacas.
SAb Biotherapeutics, una compañía estadounidense especializada en biotecnología quiere utilizar las vacas a modo de «fábricas» de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Anticuerpos con los que posteriormente se podría tratar a personas.
La hipótesis que plantea es alterar genéticamente a vacas comunes para que determinadas células inmunes lleven el ADN que permite a los humanos crear anticuerpos. Luego se les inyecta la proteína que el coronavirus usa para entrar en las células y a partir de ahí el organismo de las vacas se encarga de generar grandes cantidades anticuerpos contra el virus.
Está previsto que los ensayos clínicos con estos animales comiencen este mismo verano. La empresa explica que las vacas no sufren nada durante el proceso, algo que no siempre pasa en los experimentos con animales. De manera previa al inicio de los ensayos clínicos, se inmuniza a las vacas seleccionadas con una vacuna que contiene una parte del genoma del virus que activa a su sistema inmune.
Después de inyectarles la proteína del SARS-CoV-2, las vacas empiezan a producir muchísimos anticuerpos, con los que se pueden tratar a varios cientos de pacientes, según estima la compañía.
Por último, cabe señalar que el organismo de las vacas contiene más sangre y, por lo tanto, más anticuerpos, que el de los humanos. Además, el plasma de los bovinos es hasta cuatro veces mejor que el de los pacientes positivos en coronavirus ya recuperados.
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