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Las ventas de turismos caen en agosto hasta niveles de 2013 por la crisis y la escasez de chips

Un concesionario de coches, en una imagen de archivo.
Un concesionario de coches, en una imagen de archivo.CRISTOBAL CASTRO / EL PAÍS

Pese a los esfuerzos para estimular la compra de vehículos y a que la campaña de vacunación señala una rampa de salida a la pandemia, los fabricantes y vendedores de vehículos han vuelto a sufrir una caída en las matriculaciones. Bajo una tormenta perfecta —a la caída de los ingresos de los hogares a causa de la pandemia y el aumento de la inflación, se suman los problemas de oferta por la falta de microchips— se vendieron en agosto 47.584 vehículos en España. Este volumen supone una reducción del 28,9% con respecto al mismo mes del año pasado, cuando los efectos de la covid-19 eran más crudos, y una caída de un 36% con respecto a agosto de 2019. Se trata del peor dato en este mes desde 2013.

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El comportamiento de las matriculaciones de vehículos es un termómetro de la confianza que los potenciales compradores tienen en la recuperación desde que estalló la pandemia. El mercado del automóvil español entre enero y agosto logró vender 588.314 vehículos, un 33% menos que en 2019, el año anterior a la pandemia. En comparación con 2020, cuando el mercado estuvo varios meses paralizado por el estado de alarma y el confinamiento, la diferencia es positiva, del 12%, pero no suficiente como para compensar la caída y recuperar los niveles anteriores a la pandemia. Aunque agosto acostumbra a ser un mes en el que las ventas no son demasiado altas debido a las vacaciones, las cifras alcanzadas profundizan la tendencia a la baja del mercado y hacen prever que la recuperación del sector será más costosa.

Las estadísticas de las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvm) muestran la prudencia del comprador. Este mes de agosto, el canal de compradores particulares es el que más cayó con respecto a agosto de 2020, un 30,7% (se han vendido 26.084 vehículos). La compra de coches por parte de empresas también descendió, un 27,1%, y en esta ocasión incluso bajó el canal de empresas de alquiler de vehículos (un 24%), que en julio había sido el único que logró aumentar ventas con respecto al mismo mes del año pasado. En el acumulado del año, las compras por parte de particulares son las únicas que siguen estando por debajo de 2020 (un 9,7% menos en los primeros ocho meses del año), mientras que los otros dos canales muestran una recuperación del 16,8% (empresas) y del 74,8% (arrendadores).

La caída del mes de agosto es, según la directora de comunicación de Anfac, Noemí Navas, “muy importante y remite a datos solo vistos en la anterior crisis económica”. Las expectativas del sector se hunden ante una pandemia cuyos efectos son todavía duros, y ante una conjunción de infortunios que lastran a la automoción. El más importante es la escasez de semiconductores y microchips, necesarios para fabricar las partes electrónicas de muchos modelos, y que ha obligado a las fábricas españolas y de todo el mundo a parar la producción en varias ocasiones en los últimos meses.

El cuello de botella creado por la sobredemanda de estos microchips (un fenómeno también causado por la pandemia y el aumento de la demanda de electrónica en el mundo) es lo que genera escasez en el mercado, y todavía continuará hasta final de año. “Prevemos que este problema se mantenga y, junto a la incertidumbre que sienten los consumidores, nos coloca en un escenario peor de ventas del que preveíamos al inicio”, afirma Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto. La recuperación del sector se fía al año 2022, cuando se recupere completamente la producción.

La incertidumbre económica también se explica por la inflación (la más alta desde hace una década) y por el cambio de modelo hacia la transición eléctrica en el que está inmerso el sector. El fin del plan Renove que subsidiaba a los vehículos de combustión, el encarecimiento del impuesto de matriculación al cambiar la fórmula de contabilización de emisiones contaminantes (que pese a estar congelada no ha motivado más compras) y la incertidumbre tras la pandemia explican el comportamiento del mercado.

Con respecto al tipo de vehículos matriculados, en agosto los de motor a gasolina continuaron manteniendo la cuota de mercado más elevada, con un 42,18% del total, y los de motor diésel siguieron cayendo hasta una cuota del 16,95%. Los llamados vehículos alternativos (es decir, los que tienen una motorización eléctrica, híbrida o a gas) aumentan en agosto su cuota de mercado hasta el 40,87%. De turismos eléctricos puros solo se vendieron 1.301 unidades, apenas un 2,73% del mercado.


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