A través de una carta pública, 78 personalidades políticas, académicas y diplomáticas de Latinoamérica exhortan al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a cerrar la prisión de la base naval de Guantánamo, Cuba, donde todavía permanecen 40 detenidos. Lo hacen luego de la solicitud que 24 senadores demócratas le hicieron al mandatario para clausurar definitivamente el recinto establecido en 2002. De acuerdo a un reciente informe de un grupo de expertos de Naciones Unidas, los apresados se encuentran en una especie de limbo legal, fuera del alcance del sistema judicial y constitucional estadounidense. Entre los firmantes de la misiva latinoamericana se encuentran 23 excancilleres de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México y Perú, junto a otras voces de países como Nicaragua y Uruguay.
“Entendemos que esa solicitud de los legisladores apunta a reivindicar el respeto a la ley, la centralidad de los derechos humanos y de la democracia en la política interna e internacional de Estados Unidos. Sin embargo, tal decisión trascendería la dimensión local y enviaría un claro y significativo mensaje al mundo y a América Latina en particular, en cuyo territorio se encuentra establecida esa prisión”, asegura la carta pública firmada por la Mesa de Reflexión Latinoamericana, una comunidad de relaciones internacionales de América Latina, que agrupa a nombres relevantes del mundo diplomático de la región. Entre los firmantes se encuentran los excancilleres Susana Malcorra (Argentina), Celso Amorim (Brasil), Carlos Iturralde Ballivián (Bolivia), José Miguel Insulza y Juan Gabriel Valdés (Chile), Rodrigo Psrdo (Colombia), Bernardo Sepúlveda (México), entre otros. El peruano Rafael Roncagliolo, canciller de Ollanta Humala entre 2011 y 2013, se involucró activamente en la redacción de la carta a Biden hasta pocas horas antes de su muerte, que se produjo este sábado.
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Para los latinoamericanos, el gesto de cerrar la prisión de la base naval de Guantánamo, “en una hora tan crucial como la que vivimos, contribuiría a crear un nuevo espacio de conversación en el continente americano”. Se refieren a asuntos como el fortalecimiento de la democracia, el respeto de los derechos humanos, la desigualdad, la cooperación y el desarrollo, la transferencia de tecnología, y la reestructuración del sistema interamericano. La Mesa de Reflexión Latinoamericana, que nació en 2020 a propósito de la discusión sobre la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), apela a consolidar una “deliberación moderna, respetuosa e ineludible que se deben Estados Unidos y América Latina”, según la misiva que será hecha pública este lunes, a la que tuvo acceso EL PAÍS.
En este contexto, las personalidades políticas, académicas y diplomáticas de la región consideran que el cierre de la prisión de Guantánamo puede llegar a convertirse en un “símbolo de gran valor en ese nuevo espacio de análisis de las relaciones interamericanas, en horas de incertidumbre y desafío”.
La clausura del centro de detención va tomando fuerza en Estados Unidos donde, desde diferentes frentes, se pide a la nueva Administración que la cierre. Un exoficial de la CIA que colaboró con el traslado de prisioneros desde la base durante el Gobierno de Barack Obama, hace unos días hizo pública una carta a Biden donde analiza: “Algunos terroristas reales terminaron en Guantánamo, pero deberían ser llevados ante la Justicia en nuestros tribunales…”. El exagente Gail Helt estima que en Guantánamo existieron muchos casos de personas que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado.
“…Como el hijo de Ahmed Rabbani que, según los informes, solo descubrió que su padre estaba en Guantánamo cuando hizo una búsqueda en Internet . Ese joven debe estar sufriendo mucho después de saber que su padre, quien es víctima de un error de identidad (ver página 325 del informe de tortura de SSCI), se encuentra en tal estado de desesperación luego de pasar 19 años en Guantánamo sin cargos que cree que la muerte es probablemente la única forma de escapar de la prisión”.
Durante muchos años, la base militar ha sido motivo de debate en Estados Unidos. El expresidente Obama aseguró que la cerraría, pero la oposición en el Congreso se lo impidió. Fue uno de los grandes pendientes de su Administración (2009-2017). El demócrata logró la liberación de unos 150 presos a lo largo de su mandato, aunque Donald Trump no continuó con esta iniciativa. El actual presidente Biden decidió retirar completamente las tropas estadounidenses de Afganistán, por lo que diferentes sectores empujan ahora por el cierre de la cárcel.
De acuerdo a una columna reciente en el New York Times de Lee Wolosky, enviado especial para Guantánamo bajo la Administración de Obama, en Guantánamo quedan 40 detenidos, incluidos 12 que están sujetos a procedimientos de comisión militar o se han declarado culpables. Los 28 restantes podrían ser transferidos fuera de la custodia de Estados Unidos.
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