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Laurent Gbagbo regresa a Costa de Marfil entre el júbilo de miles de seguidores


Laurent Gbagbo, presidente de Costa de Marfil entre 2000 y 2011, regresó este jueves a su país tras diez años de ausencia durante los cuales fue juzgado y absuelto por la Corte Penal Internacional de la comisión de crímenes contra la humanidad. Decenas de miles de seguidores y miembros de su partido, el Frente Popular Marfileño (FPI), recibieron a Gbagbo entre cánticos y expresiones de alegría en Abiyán, capital económica del país, después de que el actual presidente y su rival directo durante la crisis de 2010-2011, Alassane Ouattara, diera el visto bueno para su regreso desde Bruselas, donde residía desde su absolución en enero de 2019, que se confirmó el pasado 31 de marzo.

El regreso del veterano político y profesor de Historia de 76 años marca un punto de inflexión en el proceso de reconciliación entre marfileños tras el conflicto postelectoral de 2010-2011 entre Ouattara y Gbagbo, que provocó unos 3.000 muertos y dejó un país profundamente dividido. Tras dichos comicios, Gbagbo fue proclamado presidente por el Tribunal Constitucional pero Ouattara, que contaba con el apoyo de gran parte de la comunidad internacional, rechazó dichos resultados y se declaró vencedor, lo que desencadenó las hostilidades.

Laurent Gbagbo y su segunda esposa, Nady Bamba, aterrizaron en Abiyán a primera hora de la tarde de este jueves en un vuelo regular de Brussels Airlines. Aunque en principio estaba previsto que fueran recibidos en el pabellón presidencial por dirigentes de su partido y otras autoridades, lo cierto es que, tras algo más de media hora en la pista en la que fue saludado por el personal del aeropuerto, Gbagbo subió al vehículo que le aguardaba y puso rumbo a la antigua sede de su partido, en Cocody. Henri Konan Bedié, también expresidente de Costa de Marfil, le dio la bienvenida a través de Twitter. “Siempre he pensado que su regreso era importante para poner en marcha juntos un verdadero proceso de reconciliación”, dijo.

Aún está pendiente de resolverse su situación penal en Costa de Marfil, ya que el Tribunal Supremo marfileño le condenó a 20 años de prisión y al pago de una multa de unos 500 millones de euros por el caso denominado de la caja de la BCEAO. Gbagbo y tres de sus ministros fueron acusados de haberse llevado dinero perteneciente a los fondos de la sede marfileña de la Banca Central de los Estados de África Occidental (BCEAO) durante la crisis postelectoral de 2010-2011. Sin embargo, los otros tres condenados fueron amnistiados en agosto de 2018 por el presidente Ouattara y en Costa de Marfil se da por hecho de que el expresidente también recibirá esta medida de gracia.

Tercer mandato de Ouattara

Laurent Gbagbo, quien conserva una enorme popularidad en su país, fue jefe de Estado en Costa de Marfil entre los años 2000 y 2011, un periodo muy convulso debido al estallido de una rebelión en el norte del país en 2002 auspiciada por su rival Alassane Ouattara. Dicha rebelión fracturó al país en dos mitades, una división que no se resolvió ni siquiera con los acuerdos de paz de 2007. Por ello las elecciones celebradas en 2010 estuvieron salpicadas de graves incidentes y desembocaron en la proclamación de ambos como presidentes, Gbagbo por el Tribunal Constitucional y Ouattara por la comisión electoral. La rebelión volvió a activarse en el norte y avanzó hacia Abiyán hasta tomar el poder con el apoyo militar de Francia.

Los intentos de reconciliación llevados a cabo por el Gobierno marfileño no habían producido grandes avances hasta ahora. De hecho, en 2020 se temió por nuevos focos de violencia cuando Alassane Ouattara decidió presentarse para un tercer mandato, lo cual está prohibido en la Constitución. Numerosas manifestaciones estallaron a lo largo del país y la oposición llamó al boicot de los comicios de octubre, pero pese a la tensión estos se celebraron y dieron la victoria a Ouattara con un 94% de los votos. Tras meses de negociaciones y en un claro gesto de distensión que anunciaba el próximo retorno de Gbagbo, los partidos de oposición, entre ellos el FPI, aceptaron presentarse a las legislativas del pasado mes de marzo. Ahora la duda es si el expresidente tiene la intención de participar de manera activa en la vida política, algo que desean muchos de sus seguidores, e incluso volver a optar a la Presidencia.


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