Ocurrió el pasado martes cuando un joven de 24 años, fue parado por la Guardia Civil de tráfico en Madrid, mientras circulaba por la M30 con su motocicleta. Los guardias detuvieron al conductor para ponerle una multa por conducir la moto sin casco, pero el joven llevaba el casco serigrafiado, por lo que parecía que no tenía nada puesto.
Cuando el chico vio que los guardias se dieron cuenta del error, el madrileño se empezó a reir y comentó en voz alta «¡¡habéis picado!!” lo que hizo que los guardias se tomaran el comentario como un insulto y una tomadura de pelo por lo que procedieron a detener al joven alegando falta de respeto a la autoridad.
El conductor pidió perdón una y otra vez a los agentes pero de nada le sirvió ya que le inmovilizaron su motocicleta y llevaron al chico a comisaría para prestar declaración.
¿Posibilidades de ir a la cárcel?
Según el artículo 52 de esta Ley, regula «el valor probatorio de las declaraciones de los agentes de la autoridad». Y es muy alto. Lo que digan los agentes que hayan presenciado los hechos constituye «base suficiente» para la multa, dice la ley. Es decir, que pesa más la palabra del policía que del afectado, algo que rompe el principio de igualdad procesal. En procesos penales la equidad sí está garantizada porque hay un juez independiente que decide sobre las pruebas.
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