Este domingo 1 de diciembre el presidente Andrés Manuel López Obrador rendirá su Primer Informe de Gobierno y seguramente tendrá dificultades para minimizar una realidad inocultable: que la economía mexicana está paralizada, escribe Marco Mares en El Economista.
Los diarios de circulación nacional presentan opiniones y editoriales con información y trascendidos relevantes en materia económica.
Dinero, de Enrique Galván, en La Jornada:
Extraños acuerdos en Cofece y Profeco
Dos extrañas decisiones que mueven al sospechosismo: la Comisión Federal de Competencia Económica (Alejandra Palacios la preside) anunció el final de una investigación contra Grupo IUSA, de Carlos Peralta, por presuntas irregularidades en la venta de medidores de luz a la Comisión Federal de Electricidad. Ya hasta se había olvidado, la indagatoria comenzó a finales de 2017.
El organismo antimonopolios suponía que las empresas Comercializadora IUSA Medidores y Controles y Medidores Especializados habían realizado presuntos actos de colusión en sus ventas a la CFE. Tardaron dos años los sabuesos antimonopolio para descubrir que ambas empresas forman parte del mismo grupo, por tanto, no hay ninguna irregularidad.
Otro caso: Profeco y Telefónica Movistar llegaron a un convenio por el que la firma otorgará una compensación de 5 millones 331 mil pesos a más de 40 mil usuarios de telefonía móvil en la modalidad de pospago. El director de Profeco es Ricardo Sheffield. Ayúdenme a sacar la cuenta: según la calculadora de mi cel, corresponderían 125 pesos a cada usuario. El litigio comenzó en 2011. No, pues ¡guau!
Capitanes de Reforma:
Lecciones para CFE
¿Qué hará la CFE una vez que la investigación de la Cofece, que preside Alejandra Palacios, determinó que no halló colusión entre las dos empresas que le vendieron casi todos los medidores de luz entre 2009 y 2018 y que pertenecen al grupo de Carlos Peralta?
Una primera lección apunta a que Manuel Bartlett, director de la CFE, puede seguir la ruta iniciada este año para que las licitaciones dejen de parecer que tienen dedicatoria a un sólo proveedor por las características técnicas, como por la capacidad de producción. Pero la otra más peliaguda es que el influyente político consiga en paralelo salir de compras al mercado internacional como recomienda la Cofece, es decir, que los concursos sean abiertos a empresas internacionales.
Actualmente puede salir si se justifica que no hay suficientes participantes y si es el caso podría atraer proveedores de whattimetros de países con los que México tiene tratados comerciales. Y solo en última instancia podría ir aún más allá. Pero Bartlett lo debe saber, ya que los medidores que compiten a los de Peralta, se fabrican en India o en China. Y si no lo sabe, puede preguntar precios a los expertos de compras de la propia CFE.
Coordenadas, de Enrique Quintana, en El Financiero:
No fue el infierno… pero tampoco es el paraíso
Si usted pregunta a los partidarios de Andrés Manuel López Obrador por el desempeño del gobierno durante el primer año del sexenio, recibirá casi exclusivamente aplausos y reconocimientos y le dirán que es un régimen que finalmente está haciendo justicia y creando un ambiente de libertad y democracia.
Si pregunta a los críticos de AMLO por el mismo lapso, le contarán que el país es poco menos que un desastre, donde la inseguridad está desbordada, la economía en ruinas y además nos encontramos en el umbral de una dictadura.
Cuando uno no coincide ni con los apologistas ni con muchos de los críticos, se lleva ‘pamba’ de todos.
De los partidarios de AMLO, porque consideran que pongo demasiado énfasis en los problemas como la falta de crecimiento o los graves riesgos de Pemex, solo por citar dos ejemplos.
De los críticos, porque consideran que soy complaciente con el gobierno y no cuestiono como suponen que debiera los fallos del gobierno de López Obrador.
El país está lejos de estar en ruinas. Pero ni remotamente está en la gloria.
Hay motivos para una crítica dura y razones para, en algunos ámbitos, defender su acción.
Ni México es hoy un desastre como parecen dibujar los críticos de AMLO, ni es el paraíso terrenal que pretenden ‘vendernos’ sus apologistas.
¿Será tan difícil encontrar el equilibrio para ver las cosas en la dimensión que realmente tienen?
Caja Fuerte, de Luis Miguel González, en El Economista:
Plan de inversión en infraestructura: la reconciliación AMLO-Slim y mucho más
La fotografía AMLO-IP esta vez sí trajo torta bajo el brazo. Son 147 proyectos por un monto de 859,022 millones de pesos de inversión privada, a ejecutar en la administración AMLO. El anuncio puede ser el fin de un año de relaciones poco productivas entre el presidente y los principales empresarios mexicanos. El principio de un nuevo ciclo donde se rompa el maleficio del no crecimiento. No me refiero a los tres trimestres negativos del PIB, sino a la racha de 44 meses de la industria de la construcción. En esos tres años ocho meses, sólo ha habido un mes con crecimiento y 43 en números rojos.
¿Será suficiente para hacer crecer el PIB? En el 2020, la inversión sería de 431,000 millones de pesos. Esto supondría un incremento de 9% respecto a la ejercida en el 2019. Esto es muy relevante porque la baja de la inversión privada fue uno de los factores que explican la recesión. El otro “sospechoso” del “crimen” fue el no ejercicio del presupuesto público, a nivel federal, pero también en los gobiernos locales. Para los cuatro años posteriores, 2021-2024, los montos de inversión “comprometida” son menores. La apuesta es que el éxito del 2020 produzca apetito por otros proyectos y genere un círculo virtuoso, donde haya más inversiones.
Ricos y Poderosos, de Marco Mares, en El Economista:
AMLO, primer informe
Este domingo 1 de diciembre el presidente Andrés Manuel López Obrador rendirá su Primer Informe de Gobierno. En materia económica, el jefe del Ejecutivo podrá presumir una sólida estabilidad macroeconómica.
Y seguramente tendrá dificultades para minimizar una realidad inocultable: que la economía mexicana está paralizada. La apuesta presidencial era porque la economía alcanzaría un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a una tasa superior a 2% para el final del 2019.
Sin embargo, a poco más de un mes de que cierre el año, prácticamente todos los pronósticos, incluido el del Banco de México, gobernado por Alejandro Díaz de León, señalan una probable contracción. Es decir, que el PIB no sólo podría cerrar en cero, sino que incluso podría registrar una tasa de -0.2%, aunque algunos más pesimistas calculan una tasa de -0.4 por ciento. En cualquiera de los dos escenarios, con una tasa de 0% o de -0.2%, el pronóstico presidencial habría perdido la apuesta.
La apuesta presidencial desafiaba a los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial así como a las agencias calificadoras y en general a las instituciones financieras como Bank of America Merrill Lynch e incluso a la Secretaría de Hacienda que han revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana. Al concluir el primer año de gobierno de la 4T, la economía registra un notable estancamiento.
Corporativo, de Rogelio Varela, en El Heraldo:
El oficio de Luis Niño
En el sector privado muy pocas figuras han entendido que México vive una etapa distinta.
Entre esos hombres de empresa anote al presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Luis Niño de Rivera Lajous, quien tomó muy en serio el papel de la banca de cara al compromiso de salir del bache económico a partir de financiar las obras del Acuerdo Nacional de Infraestructura anunciada esta semana.
En los mercados, si bien existe abundante liquidez también es necesario el diseño de esquemas que serán especiales para cada obra, es decir, serán trajes a la medida.
La trayectoria de Niño de Rivera al frente de la banca internacional y ahora como mandamás de una de las entidades de mayor crecimiento, le ha valido el reconocimiento de sus pares por conocimiento y reputación intachable.
La banca en nuestro país se perfila, cada vez más, como una institución útil, accesible y activa en la promoción del desarrollo de México, ya sea en la dispersión de apoyos de programas sociales, el financiamiento a MiPymes, el fortalecimiento del sector bienes raíces y la promoción del crédito para actividades productivas.
Por ello no se explicaría el interés de empresas nacionales y extranjeras por sumarse al Acuerdo Nacional de Infraestructura sin la participación de la banca, lo que habla de los buenos oficios de Luis Niño de Rivera.