*Mediadores participaron en una mesa de reflexión en la que hablaron sobre su acercamiento a las comunidades indígenas en la Ciudad de México
Por Ángela Anzo
México, 6 de junio (La Neta Neta).— La lectura es un medio de inclusión que permite acercar a las personas y crear comunidad… para compartir sus experiencias acerca de tal tema, integrantes del proyecto “Leer nos incluye a TODOS” participaron este sábado en la Primera Jornada Literaria Virtual de Bunko Roma-Condesa, espacio que forma parte de IBBY México.
Al participar en la charla “Leer nos incluye a todos: Lecturas y escrituras en la comunidad Otomí”, Carlos Arias habló sobre este proyecto de asistencia privada que nació en 2016, el cual tiene como misión trabajar y acercar la lectura a niños, niñas y jóvenes de comunidades indígenas migrantes.
“Nació con la intención de llevar estos espacios de lectura a las comunidades de población indígena en la Ciudad de México, las cuales están integradas por otomíes, mazahuas, triquis y nahuas; con el pretexto de mediación de lectura el equipo promueve también actividades de ciencia, arte y tecnología”.
Explicó que en estos procesos se busca abordar las expresiones y el papel de la cultura de la comunidad, su entorno, lo que los rodea y aquello que está en la mente e imaginación de las niñas y los niños:”Abrir un Bunko no es sólo ir y llevar los libros; se tiene que tomar en cuenta lo que está pasando alrededor, los intereses de la comunidad y lo que estamos viviendo como sociedad, para diseñar un proyecto de lectura que interese a la comunidad y sus integrantes”.
Beatriz Juárez habló sobre su experiencia en este programa, los beneficios y el fuerte impacto que ha tenido en sus todos los participantes: “Para mí ha sido un gran logro y una oportunidad; con base en la lectura los niños han aprendido a expresarse mejor, quitarse el miedo, tener seguridad en ellos mismos y conocer otras cosas… un mundo más allá de lo que han visto”.
La artesana y tallerista, quien trabaja la muñequita otomí conocida como “Lele”, compartió que ello la llevó a crear —junto a sus hermanas— una biblioteca tapanco para su comunidad, a la que llamaron “La casa de los niños”, con materiales que han comprado al usar una parte de la venta de sus artesanías. Además de la lectura, en este lugar se gestionan actividades culturales: “Para nosotras ha sido un gran logro que nos motiva, día con día, a seguir buscando oportunidades para nuestros hijos y los niños de nuestra comunidad”.