En los últimos días grupos y familias de inmigrantes están siendo liberados por autoridades federales aquí en el Valle de Texas, y tanto líderes de Brownsville como de McAllen comparten sus planes ante esta situación para evitar otra posible crisis migratoria.
A diferencia de los miles de inmigrantes que están bajo los Protocolos de Protección al Migrante (MPP), donde se ven obligados a esperar en México hasta que llegue su audiencia en la corte de inmigración de Estados Unidos, hay otros casos como el de estas familias quienes han ingresado al país y son puestas en libertad con un aviso para comparecer en un tribunal de inmigración.
Actualmente, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) está trabajando con organizaciones locales para canalizar a estas personas.
Ante la pandemia del coronavirus, organizaciones como Caridades Católicas y otras agrupaciones proinmigrantes han obtenido pruebas para detectar el virus para asegurarse que no haya personas contagiadas entre las que son liberadas.
Tanto la ciudad de McAllen como la de Brownsville están adaptándose para seguir estos protocolos en coordinación con la Patrulla Fronteriza.
Por su parte, CBP indicó que ha visto un aumento constante en los encuentros fronterizos desde abril de 2020. La agencia agregó que la situación se ha agravado por las restricciones del COVID-19 y las pautas de distanciamiento social, provocando que algunas instalaciones alcancen la capacidad máxima de retención segura.
La comisionada Nurith Galonsky de Brownsville comentó que espera que el gobierno federal otorgue un reembolso a la ciudad por los fondos utilizados en el manejo de estos grupos de inmigrantes.
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