Un gol de Marcos Llorente evitó el desplome al que apuntaba el Atlético tras un primer tiempo en el que fue zarandeado por el Betis. Luis Suárez amplió la ventaja en una contra cuando el equipo de Manuel Pellegrini jugaba con uno menos y se descocaba en busca del empate. El tanto de Llorente, antes de que se cumpliera el primer minuto del segundo acto, apagó al buen equipo de Pellegrini, mandón en el primer tiempo, víctima de un descuido cuando regresó del vestuario.
De alguna manera, la diana reflejó gran parte de lo que fue el encuentro. Desde el inicio se vio que si el Atlético ganaba sería más por un error del contrario. Si lo hacía el Betis, sería a partir de un juego más limpio y elaborado. Nadie se enteró en el Betis de un saque de banda sacado rápido por los rojiblancos. La arrancada de Llorente clavó a Mandi y la salida de Bravo le dejó abierto el único ángulo que Llorente, muy escorado, tenía para superarlo. Alineado como delantero junto a Luis Suárez, lo suyo, por físico, es una cuestión de sobreexplotación. Lo mismo iba a presionar la salida de balón del Betis que se incrustaba en defensa entre Torreira y Koke. Y cuando su equipo tuvo que defender el resultado, se aplicó como centrocampista de banda.
El triunfo le da al Atlético para meterle cuatro puntos al Barcelona y otros tantos al Sevilla. Con un partido menos, es el único equipo que está en condiciones aritméticas de superar al Madrid en la tabla a igualdad de encuentros. Un buen síntoma desde la realidad de la clasificación. Superior a las sensaciones que generó su partido. Le valió con 45 minutos decentes, los segundos. Los primeros fueron alarmantes.
Después de la tunda de Múnich, el Atlético apenas compareció en el primer tiempo. Le bailó el Betis, que construyó su dominio desde un manejo limpio de la pelota de atrás hacia delante. Casi siempre afilado por Tello, que mantuvo la tendencia de agrandar el agujero de Trippier que los rivales han descubierto hace tiempo por ese costado. A la carrera o de parado el lateral inglés fue martilleado por el extremo verdiblanco. Ahí, Simeone tiene un serio problema en la estabilidad defensiva y hasta en la ofensiva. Trippier va camino de convertirse en un mero talonador de jugadas a balón parado. A la izquierda, entre Montoya y Fekir también ajetrearon a Mario Hermoso, aunque este aún se pudo defender desde su físico y su ímpetu. El problema en el centro del campo que manifestó el Atlético también fue preocupante. Ni Torreira ni Koke sostuvieron a su equipo frente Guido y William Carvalho.
Todo lo académico que era el Betis era la antítesis del Atlético. Un cabezazo blando de Carvalho obligó a Oblak a dibujar una palomita. Fekir le exigió al meta esloveno que se estirara por abajo. En menos de un cuarto de hora, el Betis había rematado siete veces, cuadriplicaba en pases al equipo de Simeone y lo zarandeaba con una autoridad insultante.
Cambio de cara
Una incursión de Correa y su centro atrás mal rematado por Suárez fue el primer aviso del Atlético. El segundo llegó tras un error de William Carvalho. Otra señal de que el camino de la victoria rojiblanca estaría relacionado con algún fallo. El mediocentro luso cabeceó una cesión hacia atrás y lo que hizo fue poner a Luis Suárez a la carrera frente a Bravo. El uruguayo, al que se le aprecia falta de reprís, tuvo que resolver desde la frontal del área con un disparo cruzado porque Bartra se le echó encima. En otros tiempos, con más piernas, se hubiera medido más de cerca al meta chileno.
La sensación de inferioridad fue tan manifiesta que Simeone operó en el descanso sin miramientos. Sentó a Torreira y a Lemar, que cada vez ofrece menos. Se ha quedado el futbolista francés en un jugador que corre con compromiso hacia atrás y hacia delante. Con la pelota, que era su gran valor, se atreve a muy poco. Los relevos fueron Herrera y Carrasco, de lo mejor del equipo en Múnich.
La pinta del Atlético fue muy distinta. Las piernas de Marcos Llorente marcaron el inicio vertiginoso de un equipo que un cuarto de hora antes se había ido muerto al vestuario. Llorente persiguió la pelota del saque de centro para terminar forzando el saque de banda que generó la ventaja rojiblanca. Al gol le siguió un tiro al palo de Herrera, una buena comba desde fuera de área. Se desató el Atlético en 10 minutos en los que generó más que en el primer tiempo. Con todo, Sanabria dispuso de un mano a mano con Oblak, ganado por este con el pie.
Simeone entendió que el partido estaba más para cerrarlo a la contra que para ganarlo por aplastamiento. Dio entrada a João Félix por un intrascendente Correa. El portugués, fresco de piernas, se puso al mando de los contragolpes. Con un toque con el exterior lanzó a Carrasco contra Bravo, que, ya vencido, sacó el disparo del belga con la cabeza. El propio João Félix tuvo otro par de ocasiones antes de que el Betis se quedara con diez por la expulsión de Montoya. Ya entregado, recibió el golpe definitivo de Luis Suárez, que, como su equipo, muestra mejores números, cuatro goles, que juego.
La mejor racha invictos de los rojiblancos en su historia liguera
El Atlético de Madrid no ha perdido ninguno de sus últimos 21 partidos en LaLiga (12 victorias y nueve empates), estableciendo la mejor racha invicto de toda su historia en la máxima categoría. El dejar la portería a cero ante el Betis también supone haber encajado solo un gol tras los primeros cinco encuentros de LaLiga esta temporada, su mejor comienzo en términos de goles recibidos a estas alturas desde la 95-96 (uno también), cuando ganó el campeonato al final de la campaña con Radomir Antic como técnico.
“En el primer tiempo, ellos fueron superiores. No tuvieron muchas situaciones de gol y nosotros, no haciendo un buen partido, se veía que habíamos tenido dos importantes. Charlamos en el entretiempo y los cambios mejoraron la velocidad de la circulación y apareció el gol”, analizó Simeone.
“Quedé muy conforme con lo que hicimos en el primer tiempo, creo que nos faltó quizás un poco más de precisión para finalizar la cantidad de llegadas que tuvimos. Era muy importante marcar primero y a los 20 segundos del segundo tiempo se encontró el Atlético en un saque lateral con el gol. Con ventaja, ellos se refugian más atrás y son peligrosos en el contragolpe”, se lamentó Pellegrini.
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