“Lo que hemos vacunado en España es muy poco para contener oleadas de covid”

Salvador Peiró, epidemiólogo de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana.
Salvador Peiró, epidemiólogo de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana.

España encara la Semana Santa con la curva epidémica estancada en niveles altos —128,17 casos por 100.000 habitantes— y la amenaza de un repunte inminente. La incidencia de casos de covid a 14 días lleva dos días subiendo ligeramente y ya se registra un incremento de los contagios en nueve comunidades, Ceuta y Melilla. Con este escenario sobre la mesa y la vacunación aún a medio gas, el epidemiólogo Salvador Peiró (Valencia, 64 años), de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana, asume que el puente de San José y el de Semana Santa desembocarán en un claro aumento de los contagios.

Pregunta. La curva epidémica lleva unos días estancada y parece que vuelve a repuntar pese a tener restricciones. ¿A qué se debe?

Respuesta. Las restricciones se han relajado algo, pero también hay un componente debajo, que es lo que puede hacer la gente dentro de lo que permiten las restricciones.

P. ¿Se ha bajado la guardia, quiere decir?

R. Sí. Influye la percepción que tiene la gente: cuando las cosas van mal, la precaución se extrema; y cuando todos empezamos a decir que las cosas van mejor, justo en ese momento todo empieza a ir peor. En las comunidades que hemos pasado una tercera ola muy extrema, como Valencia, la memoria de gravedad es muy reciente y la gente mantiene muchos comportamientos estrictos.

P. ¿Qué papel juega la circulación de la variante británica en este estancamiento de la curva?

R. Mucho, pero a la vez no tanto. Mientras tienes restricciones, contienes la variante británica y todas. Reino Unido, Irlanda y Portugal, por ejemplo, han registrado descensos pese a tener la variante británica. Hay más proporción de variante británica entre los casos que tenemos, pero cada vez hemos tenido menos casos. O sea, pudimos contenerla con medidas de restricciones. Aunque, también, en cuanto bajan restricciones, la variante se transmite más y los repuntes son más rápidos.

P. En España hay un 4% de la población con la pauta de vacunación completada. ¿Cómo repercutirá esto en la curva epidémica?

R. Todo repercute. Cuando tienes más gente inmune, por una vía o por otra, la transmisión se enlentece algo, pero lo que hemos vacunado en España es muy poco para contener oleadas. Sin embargo, hemos vacunado a los residentes y mayores de 80 y 90, y esta gente nos daba el 80% de fallecidos y un volumen altísimo de los ingresos hospitalarios. Probablemente ahora entraremos en una fase en que, si tenemos oleada, tendremos casos, pero la mortalidad e ingresos en unidades de cuidados intensivos serán proporcionalmente menores que en otras olas.

P. ¿La vacunación modulará, entonces, las hospitalizaciones?

R. La carga para los servicios sanitarios puede venir muy modulada, sí. Hay una parte importante de la población que reducirá su riesgo de acabar en la UCI o fallecer y esto nos va a ayudar muchísimo. No tendremos, ni de lejos, las situaciones que hemos tenido hasta ahora.

P. ¿Cuándo se empezará a ver un efecto de la vacunación en el freno de la transmisión comunitaria?

R. Ni siquiera tenemos muy claro cuánto contiene la vacunación la transmisión comunitaria. Sabemos que los vacunados pueden infectarse e infectar, pero mucho menos. Cuánto menos es lo que desconocemos. Si estamos hablando de que se note, en Israel se nota a partir del 50% de la población vacunada. Pero depende: nuestra estrategia de vacunación pasa por vacunar a los más mayores, pero estos transmiten menos porque tienen menos contactos, no trabajan, no se juntan con otros… Y esta gente nos hace poco de colchón para cortar la transmisión. Cuando se vacune la población que más riesgo tiene de contagiar, ya se hará más colchón.

P. ¿Los vaivenes con la vacuna de AstraZeneca pasarán factura?

R. Seguro. La verdad es que no lo hemos podido hacer peor y lo seguimos haciendo mal. El ministerio dice que se reanudará el miércoles que viene, pero hay pandemia, estamos todos trabajando los fines de semana… No entiendo nada. Es como lanzar un mensaje de que pasa algo más que nos hace ser más cautos. No se tenía que haber parado la vacunación. Entiendo que los nórdicos [Finlandia mantiene paralizada la vacunación con el fármaco de AstraZeneca] tengan alguna reticencia porque tienen mala experiencia con ese tipo de cuadros con otros medicamentos. Pero el resto de países deberíamos estar vacunando y hace tiempo que deberíamos haber subido las edades de vacunación. No veo ningún problema para vacunar con AstraZeneca a mayores de 55 años.

P. ¿Habrá más desconfianza por parte de la ciudadanía?

R. Todo genera preocupación. Estamos lanzando un mensaje de vacunas de primera y de segunda. Y es un mensaje que no tienen ningún sentido, pero lo lanzamos de facto.

P. Viendo cómo está la curva epidémica y la evolución de la vacunación, ¿las medidas comunes para Semana Santa serán suficientes?

R. Nunca es suficiente o no suficiente. Se está haciendo todo el rato un balance entre el vivir y el dejar vivir. Un repunte habrá porque aumentarán los contactos y las salidas en los dos puentes. No hemos pasado ningún puente sin tener repunte. Y hay elementos a tener en cuenta: la variante británica, está creciendo la curva en Europa, nosotros nos hemos estancado… Todo esto son riesgos. En el otro lado está que esto no es Navidad, no hay tantas reuniones como entonces, y también estamos con pocos casos. Además, los sistemas de trazado están funcionando mucho mejor. Pero no nos podemos relajar.


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