El presidente Andrés Manuel López Obrador reaccionó por primera vez este domingo a la masacre ocurrida la noche del viernes en Minatitlán —Estado de Veracruz— en la que fueron asesinadas 14 personas, incluido un niño de un año. El mandatario mexicano prometió que “habrá justicia” tras este ataque que ha conmovido a los mexicanos y que es una muestra más de la violencia que golpea a amplias regiones del país. Durante el primer trimestre de 2019 ha dejado 8.493 homicidios, según estadísticas publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
López Obrador admitió que la inseguridad y la violencia son un “problema grave” en México y afirmó que lo que “más urge es garantizar la seguridad pública en el país”, durante un discurso ofrecido en la Escuela Naval Militar de Veracruz, hasta donde el mandatario se trasladó para participar en la celebración del 105 aniversario de la denominada “defensa patriótica” de este importante puerto mexicano, que fue ocupado por Estados Unidos en 1914. Se trata de una visita cargada de simbolismo, porque el Estado de Veracruz es un territorio clave para el tráfico de drogas, con los carteles de Los Zetas, Cartel Jalisco Nueva Generación y El Golfo disputándose la zona. El mandatario anunció que se reunirá con las autoridades del Gobierno estatal para tratar el tema de la masacre del viernes y el problema de violencia que golpea esa región.
“Duele mucho enterarse y tener noticias como estos asesinatos viles de Minatitlán”, dijo López Obrador, quien culpó a la corrupción que golpea a México de ser la causante de este tipo de actos violentos. “Todo este fruto podrido, todo esto se heredó de la aplicación de una política económica impopular y entreguista, en la que lo único que les importaba era saquear, robar; el Gobierno no estaba hecho para servir al pueblo, sino como un facilitador para la corrupción que enfrentamos”. El mandatario aseguró que se va “a limpiar el país, se va a acabar la corrupción, la impunidad y va a haber justicia”.
La masacre de Minatitlán ocurrió el vienes a las nueve de la noche en un restaurante de la colonia Obrera de ese municipio. En el lugar había unas 50 personas, invitadas a una celebración de cumpleaños. Un grupo de mujeres que estaban en la fiesta relataron que al menos seis hombres jóvenes entraron en el local con armas de gran calibre. Los atacantes ordenaron a los asistentes que se tiraran al suelo y los masacraron. El ataque duró al menos 20 minutos, según los testigos, y dejó 14 muertos y tres heridos. “No dijeron nada, solo entraron y comenzaron a matar. Sentimos como que nunca iba a acabar. Fue una roseadera de balas. La gente ya estaba muerta y ellos seguían dándoles, incluso al bebé”, relataron. Las autoridades no han informado sobre las causas de este tiroteo.
En su discurso del domingo, al hacer referencia al hecho, López Obrador lanzó un guiño a los militares y aseguró que es “optimista” en su estrategia para hacer frente a la violencia. “Cuento con el apoyo de las Fuerzas Armadas”, aseguró. El mandatario abogó porque se conforme la polémica Guardia Nacional —su gran apuesta en seguridad—, con la que pretende “serenar al país”. El presidente mexicano prevé reclutar a 50.000 jóvenes para un proyecto duramente cuestionado, porque según sus detractores ahondaría en la militarización de México.