Andrés Manuel López Obrador ha aparecido en público por primera vez desde que se diera a conocer que se contagió de coronavirus el pasado fin de semana. “Me presento con ustedes para que no haya rumores ni malos entendidos, estoy bien, aunque todavía tengo que guardar reposo”, ha dicho este viernes el presidente mexicano en un mensaje grabado, después de que surgieran dudas sobre su estado de salud. Su discurso se ha centrado en el combate a la pandemia, que ha alcanzado su punto álgido en el país tras superar las 155.000 defunciones, y en afianzar la imagen de que la lucha contra el virus está en la parte más alta de su lista de prioridades como jefe de Estado.
“Tengo mucha confianza en que vamos a salir adelante, estoy optimista”, ha dicho mientras caminaba por los pasillos del Palacio Nacional en Ciudad de México. El presidente ha dado a entender que febrero será un mes crucial para hacer valer la promesa de que la crisis sanitaria podrá superarse en los próximos meses. “Contar con las vacunas es al final lo más importante, lo que va a poder darnos seguridad de que esta terrible pandemia no va a seguir causando daños”, ha afirmado.
México espera recibir el próximo mes alrededor de seis millones de dosis, con la posibilidad de recibir 12 millones más antes de que termine marzo, ha comentado el presidente, que tiene 67 años y padece hipertensión, tras asumir personalmente las gestiones para garantizar el flujo de fármacos al país durante su reposo. “No descarto que para finales de marzo tengamos ya vacunados, con una primera dosis, a todos los adultos mayores”, ha aseverado el mandatario.
El presidente acordó el pasado lunes la compra de 24 millones de dosis de la Sputnik V tras sostener una llamada con su homólogo ruso, Vladimir Putin. La vacuna rusa se ha afianzado como la alternativa de México ante la escasez y los problemas de producción de las vacunas occidentales, con un primer envío de 200.000 dosis previsto para finales de la próxima semana.
López Obrador ha anunciado que en febrero se traerán 870.000 vacunas de AstraZeneca desde la India, adicionales al acuerdo que se firmó en agosto con Argentina y la fundación del magnate Carlos Slim, para acelerar la cobertura de vacunación. Una cifra similar a las dosis que se esperan desde Rusia. El presidente ha comentado que habló por teléfono con el director general de Pfizer para retomar el envío de esa vacuna, suspendido hasta mediados del próximo mes, con el compromiso de que llegaran 1,5 millones de dosis. En febrero llegarán las vacunas del mecanismo Covax, una iniciativa multilateral impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con un primer envío de 1,8 millones de dosis. El total de seis millones de vacunas se cierra con la expectativa de que concluyan los ensayos clínicos de la vacuna de CanSino y se pueda distribuir el mismo mes, un compromiso que se pactó tras establecer contacto con la Embajada china.
“No nos han rebasado las circunstancias”, ha insistido el presidente, que ha instruido a su equipo para fortalecer la estrategia sanitaria para que “a nadie le falte una cama, no falten los medicamentos en los hospitales covid y se atienda a todos”. Las palabras del mandatario se dan en el contexto de mayor presión al sistema público de salud, que lucha con la saturación hospitalaria, la falta de tanques de oxígeno y el desgaste de los trabajadores sanitarios tras 11 meses de la llegada de la pandemia.
La otra crisis es la económica. Después de que se diera a conocer este viernes que la economía mexicana se hundió un 8,5% el año pasado, su peor caída desde la Gran Depresión, López Obrador ha apuntado que el objetivo en 2021 será recuperar alrededor de 800.000 empleos formales para volver a los niveles previos a la propagación del virus. Pese a que su Gobierno ha sido criticado por evitar la deuda, profundizar la austeridad y mantener sus proyectos insignia como prioridades en el presupuesto, el presidente ha optado por mandar un mensaje de confianza en la recuperación a la ciudadanía. “Hay signos alentadores en la economía”, ha asegurado, aunque reconoció que el impacto macroeconómico del virus ha sido “terrible”.
Tras cinco días de ausencia, López Obrador se ha dado tiempo también para agradecer las muestras de solidaridad dentro y fuera de México, incluso de sus rivales políticos. El mensaje político más importante que ha dado López Obrador desde el inicio de la pandemia concluyó con un exhorto a la población a que no se rinda en el momento más complicado y con el pedido de un voto de confianza a su proyecto de gobierno. “Voy a salir bien, vamos a salir adelante”, ha dicho antes de despedirse.
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