En nuestro organismo existen millones de células todas compuestas por distinto tamaño y distinta forma, aunque la mayoría de ellas son imperceptibles por el ojo humano.
Según la RAE, las células son «una unidad fundamental de los organismos vivos, generalmente de tamaño microscópico, capaz de reproducción independiente y formada por un citoplasma y un núcleo rodeados por una membrana». En definitiva, se trata de nuestra organización biológica, según la ciencia, la estructura viviente más pequeña que existe en el universo.
Características de las células
Las células son diferentes todas ellas entre sí. Pueden cambiar de forma y tamaño de forma notable, siendo su tamaño medio de 10 micrómetros.
Normalmente, la mayoría de ellas no son perceptibles por el ojo humano y se deben ver a través de un microscopio. Otras, más grande en tamaño y forma, pueden ser vistas por el hombre sin necesidad de utilizar ningún tipo de aparato.
Todas estas células cumplen funciones semejantes de relación, nutrición y reproducción, incluso, en muchos casos, se trata de organismos vivos que pueden ser unicelulares o pluricelulares.
Además, todas ellas contienen material genético en forma de ADN, material de genes y ARN. Se sustentan mediante un metabolismo activo gracias a sus enzimas, biomoléculas y otras proteínas.
Las características funcionales que nos permiten diferenciar células de sistemas no vivos son varias:
- Nutrición
- Multiplicación
- Señalización
- Diferencia
- Evolución
Tipos
Existen dos grandes grupo de células que componen, según su estructura, cualquier sistema vivo.
Las células procariotas son las más primitivas, además de las más sencillas que existen. Su núcleo no suele estar muy diferenciado de lo que es el resto de la estructura y su material genético está libre en el citoplasma. Lo normal, es que este tipo células sean unicelulares. Dentro de esta clasificación, muchos expertos las dividen en dos: las arqueas y las bacterias.
Por su parte, las eucariotas, son bastante más complejas que las anteriores y mucho más evolucionadas en su forma. Su núcleo está bien diferenciado del resto del organismo y su relación con órganos y tejidos tiene la capacidad de crear seres pluricelulares. En este núcleo es donde se guarda el material genético que todos tenemos. Dentro de este grupo encontramos los hongos, vegetales y animales.
El estudio de las células ha sido muy importante a lo largo de la historia desde que, durante el siglo XVI se desarrollaran los primeros microscopios. Este avance tecnológico ha servido para conocer poco a poco, el comportamiento de las células en los organismos.
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