Vamos a conocer los olores más desagradables del mundo según la ciencia. No obstante, esto es bastante subjetivo, pues aquello que puede no gustar a alguien, tal vez no resulta tan molesto para otra persona.
Hoy en día podemos considerar que el olfato es uno de los sentidos menos incapacitantes del ser humano. Es mucho más complicado vivir sin poder ver u oír que sin oler, aun así, es más importante de lo que pueda parecer.
Antaño, el olfato era importante para el ser humano, pues era una ventaja evolutiva que permitía huir a tiempo si se olía algún tipo de amenaza. Hoy se ha perdido en gran parte, pero nos puede afectar en nuestra vida diaria, pues olores repulsivos a los que nos hemos de exponer durante mucho tiempo nos pueden pasar factura.
Los olores más desagradables del mundo
Sea algo subjetivo o no, entre los olores más desagradables del mundo, según la ciencia, encontramos en el puesto número uno al mercaptano. Se produce cuando se mezcla hidrógeno y azufre y se encuentra en la materia en descomposición que recuerda a los huevos podridos de toda la vida.
Aunque este sea el más desagradable según los expertos, no es el único, ya que también sucede algo parecido con el durio. Este olor procede de una fruta tropical del mismo nombre que proviene del sudeste asiático. Este aroma se debe a los compuestos sulfurados y es tan vomitivo que muchos hoteles e incluso el transporte asiático en algunos países la han prohibido para evitar que los usuarios crean que hay algún escape de gas que pueda ser peligroso.
También existen flores que producen un olor nauseabundo. Entre ellas, destacan tanto la Amorphophallus titanum como la Rafflesia arnoldii, que tienen un tamaño enorme, pero que son llamadas popularmente como lirio del cadáver o flor cadáver precisamente por su aroma. Normalmente, son polinizadas por moscas carroñeras que provocan olor a cuerpo en descomposición.
Si a la hora de comer no te importa el mal olor, tienes que probar el Vieux Boulogne. Es un queso realmente delicioso, siempre que puedas superar su aroma que, según muchos usuarios, se parece al provocado por la tuberculosis o las infecciones urinarias.
Para despedir, no pueden faltar los excrementos. Obviamente, todo cuanto sale de nuestro cuerpo y del de muchos animales no huele precisamente a rosas, más bien al contrario. Es un aroma realmente desagradable que invita a alejarse mucho del lugar, pues a veces, ni nosotros mismos soportamos nuestras propias heces.
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