Apenas quedan unos días para que lleguen las fiestas navideñas, en las que las celebraciones familiares giran en torno a la comida. Si llevas un estilo de vida saludable, es importante que sigas manteniéndolo. Aunque parezca una misión imposible, lo cierto es que comer sano en Navidad no es tan complicado.
Es increíble cómo pequeños cambios pueden dar grandes resultados. Por ejemplo, a la hora de tomar unos langostinos como aperitivo, en vez de acompañarlos con mayonesa, una salsa muy calórica, utiliza un macerado de zumo de limón natural y perejil.
No saltarse ninguna comida
En Navidad existe cierta tendencia a saltarse comidas. Por ejemplo, el día de Nochebuena, teniendo en cuenta que la cena va a ser abundante, hay quienes prefieren no comer. ¡Es un gran error! Tal y como indican los nutricionistas, lo ideal es hacer cinco comidas diarias, también en las fiestas navideñas. De lo contrario, lo único que se consigue es llegar a la celebración con más hambre.
Ahora bien, se pueden hacer comidas más ligeras. Siguiendo con el ejemplo de Nochebuena, el día 24 de diciembre la comida puede consistir en una ensalada o una pechuga de pavo a la plancha con verduras salteadas.
Apostar por un menú equilibrado
Existe cierta tendencia a pensar que las comidas y cenas navideñas deben ser poco saludables: fritos, dulces… Pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que existen muchísimas alternativas para apostar por un menú equilibrado: hummus con bastones de zanahoria, caldo de verduras, pescado al horno, macedonia de frutas… Para comer sano en Navidad hay que dejar de lado los embutidos y otros alimentos ricos en grasas saturadas.
Vigilar las cantidades
Al igual que durante el resto del año, en las fiestas navideñas debe primar la calidad sobre la cantidad a la hora de elegir los alimentos. La clave para comer sano está en comer de todo, pero con moderación. Un buen truco para hacerlo es utilizar platos medianos en vez de grandes.
Beber agua
Para que el organismo funcione adecuadamente es esencial una buena hidratación, también en Navidad. Durante las celebraciones familiares se suelen elegir bebidas rizas en azúcares, refrescos, bebidas alcohólicas… En definitiva, bebidas que simplemente aportan calorías vacías y ningún tipo de nutriente.
Lo recomendable es tomar dos litros de agua al día, además de infusiones y zumos naturales. Antes de cada comida se aconseja tomar un vaso de agua porque genera sensación de saciedad, y así se evita comer de más.
Hacer ejercicio
¿Quién ha dicho que en Navidad no se puede hacer ejercicio? Es más, realizar ejercicio es una práctica muy recomendable para cuidar la salud tanto física como mental. Las fiestas navideñas son estupendas para disfrutar de tiempo de calidad de la familia y desconectar de la rutina. Por lo tanto, se pueden organizar actividades como una ruta de senderismo o un paseo en bicicleta, por ejemplo. Hay que hacer 30 minutos diarios de actividad física para tener una buena calidad de vida.
Las dietas milagro no existen
Hay quienes se permiten el lujo de comer de más en Navidad porque tienen pensado hacer una dieta milagro en enero para bajar los kilos que han engordado. Sin embargo, lo cierto es que este tipo de planes no existen como tal.
Las conocidas como dietas milagro son planes muy restrictivos que se basan en el consumo de un determinado grupo de alimentos y que son limitadas en el tiempo. ¿Cuál es el problema? Por un lado, son muy peligrosas para la salud porque el organismo no recibe los nutrientes que necesita. Y, por otro lado, solo aportan resultados a corto plazo.
Es decir, se pueden bajar tres o cuatro kilos a la semana con este tipo de dietas. Sin embargo, esa bajada de peso se debe a la pérdida de masa muscular, no de grasa. Por lo tanto, cuando se retoma la alimentación habitual se vuelven a coger los kilos perdidos, e incluso alguno más. Es lo que se conoce como «efecto rebote».
Por lo tanto, nada de darse «atracones» en Navidad.
Estos son los principales consejos para comer sano en Navidad. Se trata básicamente de elegir correctamente los alimentos, y apostar siempre por las alternativas más saludables. Por ejemplo, a la hora de servir queso como aperitivo, elige el queso mozzarella o el queso feta porque son los que menos engordan. Por supuesto, no te olvides de disfrutar de las fiestas y las celebraciones familiares junto a tus seres queridos.