El Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña prepara un cambio de calado del Bachillerato, que va más allá en varios aspectos del marco general establecido por el Gobierno, según el primer borrador de nuevo decreto al que ha tenido acceso EL PAÍS. Los alumnos podrán pasar de primero a segundo de Bachillerato con tres suspensos, en lugar del máximo de dos que prevé la normativa básica elaborada por el Ministerio de Educación. La etapa se podrá hacer en cuatro cursos, en lugar de los dos previstos hasta ahora y los tres que contempla la nueva regulación del ministerio. Los estudiantes tendrán asignaturas optativas que durarán solo un trimestre y que podrán escoger al margen de la rama de Bachillerato que hayan elegida. Y se facilitará la convalidación de materias estudiadas en Formación Profesional: si el alumno ya dispone de un título de ciclo medio o superior, solo deberá cursar las materias comunes de Bachillerato para obtener la doble titulación.
La norma, que adapta la nueva ley educativa estatal aprobada hace un año, la Lomloe, recoge otros cambios, como la creación de cinco modalidades de Bachillerato, con la división en dos del de Artes, una musical y otra de artes plásticas, y la creación de una nueva rama, llamada General.
El borrador establece que se podrá pasar de primero a segundo con tres materias pendientes, siempre que así lo decida la mayoría del profesorado. Y cuando no se hayan superado tres o cuatro materias, y no se le permita pasar de curso, el alumnado podrá elegir si prefiere repetir curso o matricularse de las pendientes de primero y coger algunas de segundo. Asimismo, en línea con lo previsto por el Ministerio de Educación, se podrá obtener el título de Bachillerato y presentarse a la Selectividad, aunque haya quedado una materia suspendida, siempre que así lo decida el profesorado.
Los cambios se aplicarán el curso que viene en primero de Bachillerato y se extenderán a segundo un año más tarde.
Cuatro cursos en vez de dos
La normativa básica elaborada por el Ministerio de Educación, prevé que el Bachillerato se pueda cursar a partir de ahora en tres cursos si se dan determinadas circunstancias, como que el estudiante esté cursando simultáneamente enseñanzas profesionales de música o danza, sean deportistas de alto nivel o presenten una “necesidad específica de apoyo educativo” (lo que suele ser sinónimo de presentar algún tipo de discapacidad).
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El borrador del decreto catalán señala: “Para favorecer la consecución de las competencias del Bachillerato, los centros educativos pueden flexibilizar el currículo de manera que el alumnado pueda cursar menos materias en cada curso. Eso puede comportar una modificación de la duración del Bachillerato”, señala el borrador, que establece una duración máxima de cuatro años, un año más que la norma estatal. La medida podrá adoptarse si así lo decide el equipo docente y está de acuerdo el alumno o su familia, si es menor. La propuesta deberá “estar ajustada a las necesidades educativas del alumno”. El director de un instituto asegura que, en la práctica, ya hay casos en que los centros permitían estructurar el Bachillerato en más de dos cursos, pero esta posibilidad adquiere ahora carácter oficial.
Asignaturas trimestrales
Los alumnos de Bachillerato cursan asignaturas obligatorias, las propias de cada modalidad y las optativas. A partir del próximo curso, las horas de modalidad pasan de cuatro a tres semanales, en cambio las optativas ganan una hora, de dos a tres. Además, el nuevo currículo de Cataluña incluye una gran novedad, y es la creación de asignaturas optativas trimestrales, que podrán elegirse independientemente de cuál sea la modalidad elegida (salvo los de las ramas artísticas, que tendrán su propia oferta). El alumnado deberá elegir un total de seis de estas materias en primer curso (dos por trimestre) y de tres en segundo.
Entre la oferta de primer curso de estas materias trimestrales figurarán: Retos científicos actuales (en versión de Biología y Geología o Física y Química), Creación literaria, Problemáticas sociales, Matemática aplicada, Robótica, Comunicación Audiovisual y Ciudadanía política y Derecho. Las de segundo curso deberán ser desarrolladas por los centros de entre las siguientes temáticas relacionadas en todos los casos con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de Naciones Unidas: Población y prosperidad; Entorno sostenible, y Paz, justicia y corresponsabilidad.
Los estudiantes deberán elegir, además, una optativa anual en primer curso (desde Biomedicina a Mundo Clásico o Programación). La oferta de optativas se completa con las que diseñen los centros y se abre la posibilidad de que los estudiantes cursen, para cubrir esta parte del currículo, asignaturas de ciclos formativos de grado medio.
Fusionar asignaturas
Otra de las principales novedades es la relativa al número de modalidades de Bachillerato. Se crea una modalidad General, cuyo propósito es ofrecer al alumnado una formación de amplio espectro y no especializada, en la que podrá estudiar asignaturas como Matemáticas, Ciencias, Economía y Movimientos culturales. Además de las dos modalidades de Bachillerato de Artes, el alumnado también podrá elegir las ramas de Ciencias y Tecnología, y Humanidades y Ciencias Sociales.
Como sucede en primaria y ESO, también en Bachillerato los centros podrán cambiar la estructura clásica de asignaturas y tendrán libertad para organizar las materias por “ámbitos”, es decir, fusionar materias diferentes en una misma clase para ofrecer un aprendizaje más interdisciplinar.
Convalidaciones de FP
El estrechamiento del vínculo entre la Formación Profesional y el Bachillerato se plasma también en el ámbito de las convalidaciones. Un alumno titulado en un ciclo de grado medio o superior podrá obtener el Bachillerato en la modalidad General cursando solo las materias comunes. La misma fórmula se aplicará en el caso de la modalidad de Artes para los titulados en los ciclos de Artes Plásticas o de Música y Danza.
Para desplegar la Lomloe, la Generalitat ha preparado tres currículos (las normas que regulan qué se debe aprender y cómo ha de evaluarse): el de Educación Infantil, el de la Educación Obligatoria (que combina Primaria y ESO) y el de Bachillerato. El Departamento de Educación trabaja, además, desde hace tiempo en una nueva ley de la FP. Las direcciones ya disponen del documento que afecta a las etapas de Infantil, Primaria y ESO, y en breve recibirán el de Bachillerato. El primer borrador que regula cómo serán estos estudios a partir del próximo curso marca un currículo que apuesta por el despliegue del aprendizaje por competencias, que pretende sustituir el modelo de enseñanza tradicional. El objetivo es pasar de un planteamiento basado en aprender a repetir contenidos a otro que aspira a que el alumnado aplique sus conocimientos y sea capaz de relacionarlos.
El nuevo currículo también pone el acento en dar más autonomía a los centros, en fomentar el servicio de orientación educativa para asesorar a los alumnos qué camino profesional elegir y la atención a los alumnos con necesidades especiales.
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