Un investigador inspecciona los restos del helicóptero accidentado en Calabasas, donde fallecieron Kobe Bryant y ocho personas más en enero de 2020.James Anderson (AP)
El condado de Los Ángeles (California) deberá pagar una indemnización de 31 millones de dólares (alrededor de 30,9 millones de euros) en concepto de daños a los familiares de las víctimas que perdieron la vida al estrellarse el helicóptero en el que viajaba Kobe Bryant, el astro de los Lakers, de 41 años, su hija Gianna, de 13, y otras siete personas, el 26 de enero de 2020, una tragedia que conmocionó a Estados Unidos y al deporte mundial.
Un jurado ha concluido que la policía violó la privacidad de las familias y las víctimas después de que algunos agentes y bomberos presentes en la zona del siniestro hicieran fotografías con sus teléfonos móviles y después las compartieran. “Esperaba de ellos más compasión y respeto”, dijo ante el jurado Vanessa Bryant, la viuda del jugador de baloncesto, el pasado viernes. “Mi esposo y mi hija merecen dignidad”, añadió Vanessa, quien llevó a juicio a las autoridades de la ciudad junto a Chris Chester, quien también perdió a su esposa e hija en el siniestro aéreo en Calabasas, una zona residencial al norte de Los Ángeles. La viuda de Bryant recibirá 16 millones de dólares y Chester, otros 15.
A lo largo del juicio, las autoridades de la ciudad argumentaron que las imágenes tomadas por los policías que acordonaron la zona del accidente no tuvieron gran difusión y que, en cualquier caso, ninguna de ellas llegó a ser filtrada a los medios de comunicación. Alex Villanueva, el sheriff de Los Ángeles, justificó la actuación de sus colegas al asegurar la semana pasada que los agentes necesitaban capturar algunas imágenes del suceso para coordinarse con los equipos de emergencia. Los abogados de la familia Bryant habían esgrimido que la captura de este tipo de fotografías solo era necesaria por parte de miembros de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, los únicos capacitados para realizar el peritaje.
Los nueve integrantes del jurado solo necesitaron dos horas de deliberación para acordar un veredicto que llegó el mismo día en que la estrella de los Lakers hubiera cumplido 44 años. Craig Lavoie, el abogado de la familia Bryant, dijo en su alegato final que el proceso pretendía castigar “una conducta intencional” de los policías. El juicio se extendió durante 11 días, en los que la acusación intentó aportar pruebas de que, efectivamente, policías y bomberos que participaron en el rescate habían compartido fotografías del siniestro. Dos días después del accidente, un comisario de policía enseñó esas imágenes al empleado de un bar al sur de Los Ángeles. Algunos bomberos también las vieron durante una gala de recaudación de fondos en Universal City, de acuerdo a un testigo.
Los abogados que representaban a la ciudad californiana, sin embargo, prácticamente rechazaron que existieran imágenes de Bryant y el resto de víctimas instantes antes de morir. . “Este es el caso de las fotografías y no hay fotografías”, aseguró este martes Mira Hashmall, quien defendía al condado de Los Ángeles. Lavoie aseguró que es imposible saber cuántas personas en realidad han visto las macabras fotografías. Joey Cruz, el comisario de policía que enseñó las imágenes al camarero, borró su teléfono antes de entregárselo a los investigadores. Lo mismo pasó con el ordenador portátil de un capitán de bomberos. El aparato no tenía disco duro.
Fotos con restos humanos
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El comisario Doug Johnson testificó bajo juramento que tomó 25 imágenes en el sitio del accidente. En muchas de estas instantáneas aparecían restos humanos. Otros dos agentes afirmaron que Johnson les había dicho que había capturado al menos un centenar de fotografías.
En un emotivo testimonio el pasado viernes, Vanessa Bryant relató al jurado cómo vivió aquella jornada fatídica. Contó que, después de oír las primeras noticias sobre el siniestro, salió disparada a la estación de policía Lost Hills, donde Villanueva le comunicó que Kobe y su hija Gianna, de 13 años, habían fallecido en el desplome de la aeronave. El sheriff preguntó a Bryant si podía hacer algo para sobrellevar mejor el duelo. “Me preocupan los paparazi”, le dijo. Para tranquilizarla, el sheriff le comunicó que Los Ángeles habían decretado la prohibición de sobrevolar el lugar del accidente y evitar así que los medios de comunicación captaran imágenes que pudieran herir su sensibilidad. Con todo, la muerte de la estrella de los Lakers fue una primicia de TMZ, una publicación de cotilleos y espectáculos.
Un mes después, Los Ángeles Times reveló en una investigación que varios agentes encargados de vigilar el perímetro para que no entraran cazadores de souvenirs ni seguidores de Bryant habían hecho fotografías y las habían compartido con compañeros. Villanueva repudió entonces la captura de dichas imágenes por sus empleados. Ni la viuda de Bryant ni Chester fueron notificados sobre esto. Después de la publicación del reportaje, confesaron sentir angustia y miedo de que las fotografías vieran la luz. Las víctimas habían solicitado ante la justicia 75 millones de dólares por el estrés provocado.
Cuando Vanessa Bryant supo de estas fotografías, salió corriendo de su casa buscando un sitio donde no pudieran oírla sus tres hijas. Cuando lo encontró comenzó a llorar. “Quería correr por las calles y gritar”, dijo al jurado el viernes. Si este mediático juicio ha arrojado alguna una certeza, es que nadie sabe si esas imágenes siguen existiendo, y si serán vistas alguna vez o nunca jamás.
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