Con la mitad del planeta confinado, el pasado 11 de junio el balón comenzó a rodar nuevamente en los campos de la élite del fútbol español. Retransmitida en más de 170 países, LaLiga volvía a meterse en el lugar más seguro durante el primer semestre de 2020 para los ciudadanos del mundo: sus hogares. Aquel fin de semana en el que regresó, la competición fue más seguida que nunca por el resto del mundo: su audiencia internacional aumentó en un 48% con respecto a las jornadas de esta temporada previas a la pandemia, según un estudio de Nielsen Sports. Con todos los ojos puestos sobre ella, a LaLiga le preocupaba la ausencia de un elemento fundamental en cualquier partido de fútbol: los espectadores.
¿Cómo devolver al juego su emotividad sin uno de sus ingredientes principales? Varias productoras de Hollywood, la mayor industria del entretenimiento, se pusieron en contacto con el departamento de Audiovisual de LaLiga, dirigido por Melcior Soler. “Pero cuando se enteraban de que había que actuar rigurosamente, en directo, durante los partidos, se echaban atrás”, dice Soler en LaLiga DetrásDeLasCámaras, un documental de 27 minutos, estrenado el pasado fin de semana en Movistar+ y Gol TV y LaLigaSportsTV, en el que la propia organización detalla cómo se diseñaron las gradas virtuales, tanto gráfica como auditivamente. Con ellas en las retransmisiones, los televidentes podían elegir entre dos versiones, una con las gradas vacías y el sonido ambiente del propio partido a puerta cerrada y otra que recreaba, tanto visual como acústicamente, la presencia de la hinchada como si se tratara de un partido normal. En la señal nacional, la segunda alternativa, según datos de LaLiga, multiplicó por seis a la que prescindía del sonido de las gradas.
El escenario era incierto para todas las competiciones deportivas del planeta. Nunca antes se habían retransmitido tantos acontecimientos consecutivos sin público. Solo algún que otro partido aislado a puerta cerrada. Sergio Sánchez, responsable de producción televisiva de LaLiga, dice: “Los partidos sin público generan en el telespectador cierta sensación de vacío. Si falta alguno de los elementos habituales, tiende a distraerse del juego y fijarse en cosas accesorias”. Con muy poco tiempo de antelación para prepararse –las pruebas se hicieron en el campo del RCD Espanyol de Barcelona una semana antes del Sevilla FC-Real Betis que reinauguró LaLiga Santander el 11 de junio– la prioridad era no deteriorar un producto altamente aceptado por las televisiones de todo el mundo.
Para recrear el sonido de las aficiones, LaLiga contó con una herramienta con sonidos reales que corresponden al público de cada uno de los estadios gracias a una colaboración con EA Sports, la compañía de videojuegos de deporte, como el FIFA. Ese banco de ovaciones, cánticos, gritos y lamentos se divide en diferentes reacciones ante festejos de gol, saques de esquina, entradas, penaltis, cambios y decenas de situaciones del juego. Un operador de sonido debía estar atento al desarrollo del juego para lanzarlos en el momento preciso.
A la hora de nutrir las gradas con espectadores virtuales, Willem Van Breukelen, responsable de grafismo de LaLiga, se inclinó por una compañía noruega llamada Vizrt experta en este tipo de soluciones. La implantación de la grada virtual es muy compleja y abarca desde poder diseñar los mosaicos de aficionados virtuales gracias a maquetas digitales en 3D hasta pactar con los patrocinadores de LaLiga y de los clubes cómo podían incluir sus mensajes en la grada de una nueva forma.
Uno de los puntos críticos fue cómo hacer para que el balón no se perdiera entre los gráficos virtuales. “Para eso había que simular un croma, que usualmente es un fondo verde, con los colores de la grada, que suelen ser dos. Todo lo blanco quedaría por delante del croma, por eso muchas veces las letras de las gradas de los estadios con los nombres del club se veían en las retransmisiones. ¡Y eso gustaba mucho a todos los equipos!”, explica Van Breukelen, que trabaja en las restransmisiones de LaLiga desde 2008.
Como no podían viajar a cada uno de los 21 estadios de LaLiga con la competición jugándose todos los días, centralizaron las operaciones en los estudios de Mediapro en Barcelona. Todos los días, antes de los partidos, los operadores debían calibrar el sistema con las medidas exactas del estadio para lograr que el público virtual no se moviera cuando lo hacía la cámara. “Si la cámara se mueve, los gráficos no pueden bailar. Si el tracking no es 100% correcto, la grada virtual baila y quedaría muy mal”, agrega Van Breukelen. Además, había que adaptar la imagen a las diferentes retransmisiones en cada país, que ya cuentan con un sistema de realidad virtual para modificar la publicidad de los soportes publicitarios alrededor del terreno de juego.
Las nuevas retransmisiones implicaron también un cambio de disposición en las cámaras. El equipo de producción de Mediapro y el de LaLiga visitaron en unas semanas todos los estadios de la competición para buscar el lugar indicado para desplazar las que había a pie de campo cuatro o cinco metros más arriba, en los vomitorios de los estadios o bien en plataformas que se construyeron expresamente, para centrar más los planos en el verde. Asimismo, con el objetivo de respetar los protocolos sanitarios, las imágenes en túnel de vestuario se tomaron con cámaras robóticas y las entrevistas a pie de campo a los jugadores y entrenadores se realizaron a más distancia de la habitual.
Desde el montaje de todas las cámaras 35 horas antes del pitido inicial, pasando por el relato del técnico de sonido que pone los sonidos virtuales de la afición en los directos hasta la impactante imagen de una rueda de prensa en una sala vacía y con preguntas telemáticas, LaLiga DetrásdelasCámaras, que puede verse en cualquier momento en la OTT LaLigaSportsTV, narra cada detalle de la labor de decenas de técnicos y expertos para agregar vida a la grada.
Además de las apariciones destacadas del que hasta este verano era jugador del Sevilla FC, Éver Banega, y los narradores Miguel Ángel San Román y Carlos Martínez, el realizador Óscar Lago es uno de los grandes protagonistas del documental. Con una carrera de más de 30 años realizando fútbol y más de 1.000 partidos a sus espaldas, cuenta por teléfono que a él el fútbol sin público no le pilló por sorpresa. Sin ir más lejos, ya le tocó realizar un FC Barcelona-UD Las Palmas en un Camp Nou vacío en el 2017. “Nuestro objetivo era que el espectador pudiera olvidarse de que no había público y creo que lo hemos conseguido. La adaptación fue rápida. Lo más importante de una retransmisión es que tenga ritmo y cuantos más partidos haces, más ritmo tienes. Es más complicado hacer un partido cada tres meses que cada dos días”, relata sobre el desafío de ofrecer 220 partidos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank en poco más de 60 días.
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