Los beneficios del entrenamiento HIIT en niños y adolescentes


Un grupo de niños conquista las instalaciones del área recreativa de un parque. Uno tras otro trepa por una estructura metálica formada por gruesos cordeles hasta el punto más elevado desde donde, quien alcanza la cúspide, se deja caer a un suelo mullido y acolchado evitando en la medida de lo posible hacerse daño. En el otro extremo de la zona de esparcimiento se ha levantado un castillo de madera donde sus usuarios practican escalada, atraviesan largos puentes que tienen de base una gruesa red de marinero, donde en ocasiones se cuelan sus pequeños pies, y se deslizan por una barra como si fueran a apagar un incendio o atraviesan una pasarela cogiendo por las manos cada una de las barras que la componen hasta alcanzar el extremo opuesto. Un ir y venir trepidante, sin prácticamente momentos para el descanso, que finaliza con un pillapilla que pondrá a prueba su velocidad y también sus reflejos, practicando carreras continuas, cortas y espaciadas para lograr que otro “se la ligue”. En este mundo de juego y divertimento, los más pequeños practican algo muy cercano al HIIT (siglas en inglés) o, lo que es lo mismo, entrenamiento interválico de alta intensidad.

Más información

Jesús Gustavo Ponce González, miembro del Grupo de Investigación MOVE-IT del departamento de Didáctica de la Educación Física, Plástica y Musical de la Universidad de Cádiz, apunta que el entrenamiento HIIT “consiste en realizar series de ejercicio de alta intensidad con periodo de recuperación entre medias. A su vez, existen muchos tipos de HIIT, ya que el tiempo de ejecución de las series puede tener; por ejemplo, escalones de 30 segundos frente a otros que puede durar 3 minutos. Hoy en día, se considera una de las mejores herramientas para la salud cardiovascular, mejorando, entre otras cosas, el consumo máximo de oxígeno, un parámetro considerado como un marcador genérico de salud y calidad de vida”. En las edades infantojuveniles este tipo de ejercicio se implementa en la mayoría de los juegos que realizan a diario, puesto que “en esta franja etaria no entienden que es correr despacio para cansarse menos, por lo que normalmente lo efectúan al máximo, y luego descansan”. Una actividad, jugar, que se realiza cada vez menos, se lamenta este experto, debido a que “pasan más tiempo en modo sedentario, lo que ha ocasionado el incremento de sobrepeso y obesidad en la etapa infantil en los últimos veinte años”.

El entrenamiento HIIT es adecuado desde las primeras edades y los beneficios que se han encontrado en adultos son aplicables también durante la infancia y la adolescencia. David Gutiérrez, Catedrático del departamento de Didáctica de Educación Física, Artística y Música de la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM), asegura que “existe una amplia evidencia especialmente en el desarrollo de la capacidad cardiorrespiratoria. Además, es posible desarrollar simultáneamente la fuerza muscular, siendo estos los dos predictores de salud más importantes en niños y adolescentes”. Por otra parte, continúa David Gutiérrez, “sabemos que la actividad moderada y vigorosa, especialmente esta última, produce beneficios significativos, tanto de aptitud física como de salud. Sin embargo, en las clases de Educación Física los estudios muestran que el tiempo que el alumnado realiza de media de actividad física moderada o vigorosa es muy escaso”.

La implementación de este tipo de ejercicio debe realizarse desde un enfoque lúdico y con un alto componente social para lograr generar motivación y adherencia en niños y adolescentes. El catedrático de Didáctica de Educación Física, Artística y Música de UCLM indica que “en nuestros trabajos utilizamos el modelo pedagógico de Educación Deportiva y dos tipos de actividades JAMI (juegos de alta/moderada intensidad) y CLAI (circuitos lúdicos de alta intensidad). Además, diversos estudios, como los que realizamos en la Universidad de Castilla la Mancha, muestran cómo puede implementarse en Educación Física utilizando metodologías centradas en el alumno, lo cual posibilita alcanzar metas educativas más allá de los beneficios derivados de la realización de ejercicio físico”.

Para introducir este tipo de entrenamientos es necesario que el docente o entrenador domine la metodología, no solo el contenido, para que pueda convertir una actividad individual en grupal a través de componentes cooperativos. Los estudios realizados por la UCLM en este ámbito demuestran, según David Gutiérrez, que “tanto en Educación Primaria como en Secundaria existe una mejora de la condición física y también de percepción del alumnado y profesorado”.

Las clases de Educación Física deben considerarse una parte importante de la actividad física realizada semanalmente por los alumnos, sobre todo en aquellos con poca condición física. La introducción del HIIT en el aula debería hacerse, según el catedrático de la UCLM, “incluyéndolo en una unidad didáctica temática de condición física al principio de curso, y luego en todas y cada una de las sesiones, independientemente del contenido a desarrollar en el resto de la sesión. Utilizando estrategias tales como equipos o grupos de trabajo permanentes, roles de responsabilidad (características de las metodologías centradas en el alumno), esta actividad podría ser una forma muy eficaz de asegurar al menos de ocho a diez minutos de ejercicio vigoroso en cada sesión, tiempo con el que ya existen evidencias de beneficios con el HIIT”. Además, se pueden introducir otras estrategias, como un HIIT dentro de los descansos activos en las sesiones de aula. “Tenemos experiencias (no investigaciones) fantásticas con HIIT como “desayuno saludable”, donde la primera actividad de la jornada escolar de todo el alumnado del colegio es un HIIT, con música, por supuesto”, concluye este experto en Didáctica de Educación Física, Artística y Música.

La práctica de HIIT se puede realizar a cualquier edad. Jesús Gustavo Ponce González afirma que “este modelo de ejercicio se está implementando con éxito en diferentes poblaciones de riesgo como diabéticos tipo 2 o incluso pacientes con fallo cardíaco reciente. Este modelo de ejercicio incluye ejercicios a un porcentaje de tu máxima intensidad; por lo tanto, bien ejecutado y controlado por especialistas, se puede realizar en cualquier población, y más si cabe en niños sanos”.

En el caso de niños y adolescentes con diabetes en concreto, Jaume Picazos Cardó, patrono de la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk, declara que “pueden realizar todo tipo de actividad deportiva acorde a la edad de su grupo generacional con la medición de glucemia, ajuste de la pauta de insulina, reajustes y medidas de seguridad: tener a mano el glucómetro, hidratos de absorción inmediata, insulina y glucagón”. Porque, como subraya el especialista Picazos Cardó, “el ejercicio físico es un pilar fundamental para mantener hábitos saludables de por vida y ayudar a regular los niveles de la glucemia, tanto como a ayudar al control calórico de nuestro cuerpo”. Siempre que, independientemente de si son diabéticos o no, el HITT sea un entrenamiento que se realice “controlado y dirigido por un profesional”. Y, sin duda para todas las edades, prosigue el patrono de la Fundación, siempre es recomendable “realizar una revisión médica deportiva amplia con prueba de esfuerzo”.

Finalmente, Jaume Picazos Cardó advierte de que “la práctica del HITT no debe tomarse como una moda más de hacer deporte como reclamo de gimnasios. La alta intensidad y la realización rápida de los ejercicios puede llevar a lesiones. Las prisas no son buenas aliadas del trabajo”.

Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.




Source link