Un día después de los actos golpistas promovidos por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, camioneros de varias partes del país bloquearon las carreteras federales en actos a favor del mandatario y contra el Supremo Tribunal Federal. Según la Policía Federal de Carreteras y el Ministerio de Infraestructura, la noche del miércoles hubo más de 110 bloqueos en al menos 14 Estados del país. El jueves por la mañana, el Ministerio de Infraestructuras sumó una entidad más, pero afirmó que los bloqueos se habían reducido un 10%. Al final del día, el Gobierno dio marcha atrás con la radicalización. Tras negociaciones en las cuales participó Bolsonaro, quien pidió para que los camioneros se desmovilizaran, ya no había bloqueos, sino algunas manifestaciones en Santa Catarina, Mato Grosso y Río de Janeiro.
Algunos líderes bolsonaristas encabezaban el movimiento, pero aún no está claro si está formado mayoritariamente por conductores autónomos o dirigido por empresas de transporte y del poderoso agronegócio brasileño, que respalda al Gobierno Bolsonaro. “Todos están unidos: la agroindustria, los camioneros independientes, las empresas de transporte… El pueblo brasileño está indignado con la actuación del Supremo. Pronto todo el país se paralizará”, declaró a EL PAÍS Ailton Gomes, representante de la Asociación de Transportadores de Combustibles y Derivados (Associtanque) de Río de Janeiro. El movimiento encendió los temores de que Brasil reviva una huelga que paralice todo el territorio nacional, como ocurrió durante 10 días en mayo de 2018. En ese momento, camioneros y empresarios protestaban por el aumento de los precios de los combustibles y contaban con el apoyo del entonces candidato a la presidencia, Bolsonaro.
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El miércoles, algunos líderes intentaron entregar sin éxito un documento al presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, en el que pedían la destitución de los magistrados del Supremo. “El pueblo brasileño no soporta más este momento que atraviesa el país, por la forma impositiva con la que el Supremo actúa”, dijo en un vídeo Francisco Burgardt, también conocido como Chicão Camionero, que preside la Unión Brasileña de Camioneros. “El pueblo brasileño está aquí buscando una solución y solo saldremos de aquí con la solución en la mano”.
Otro vídeo que circula por WhatsApp muestra al camionero Marcos Antônio Pereira Gomes, conocido como Zé Trovão [Pepe Trueno], pidiendo el cierre de todas las carreteras brasileñas. “Cierren todo, que no pase nada más. Solo ambulancias, oxígeno y medicamentos. Se acabó, no pasa nada más”, afirma. Actualmente se le está investigando por amenazas contra la democracia y está en Ciudad de México desde el 3 de septiembre, cuando el magistrado del Supremo Alexandre de Moraes ordenó su detención a petición de la Fiscalía General de la República. “Están jugando con la democracia. Tenemos que resolver los problemas de Brasil ahora, esta semana. Ha llegado el momento de cambiarlo todo de una vez por todas. Hay que cerrarlo todo”, dice en el vídeo.
A última hora del miércoles, un audio con la voz de Bolsonaro, cuya autenticidad confirmó el ministro de Infraestructura, Tarcisio Freitas, pedía que los camioneros liberaran las carreteras. Pero el movimiento no considera el audio válido. En un nuevo vídeo, publicado la madrugada del jueves, Ze Trovão envió un mensaje al presidente: “Si realmente quiere que abramos las carreteras y volvamos a trabajar, queremos que se lo diga al pueblo brasileño, que mencione la fecha, porque entonces sí, haremos vídeos pidiendo que abran las carreteras. Sin esto, presidente, no lo haré, porque no puedo confiar, porque podría ser un audio antiguo. Pídanoslo directamente. Estamos aquí y le apoyamos siempre, estoy en la calle con el pueblo brasileño luchando por usted y por nuestra democracia”, afirmó. Finalmente, Bolsonaro se reunió con representantes de los camioneros este jueves y los bloqueos cesaron. Sin embargo, muchos de sus seguidores, que han seguido el llamado golpista del presidente, se han mostrado decepcionados con su pedido.
Indicios de cierre patronal
El movimiento no parecía ser unánime entre los camioneros desde el principio, y había fuertes indicios de que las empresas de transporte y la agroindustria estaban detrás de la huelga. Si esto se confirma, los actos podrían entenderse como un cierre patronal, es decir, una huelga promovida por los empresarios, algo que está prohibido. Según el diario O Globo, un empresario de la Asociación Brasileña de los Productores de Soja (Aprosoja) también es el propietario de una empresa que llevó camiones a la Explanada de los Ministerios, en Brasilia. Además, las cuentas de la asociación fueron bloqueadas tres días antes del 7 de septiembre por orden del magistrado del Supremo Alexandre de Moraes, para evitar que apoyara financieramente los actos golpistas.
El diputado Nereu Crispim, presidente del Frente Parlamentario de Camioneros y Empleados, denunció que otros camioneros que estaban siendo atacados en las carreteras al no respaldar los bloqueos. Según el parlamentario, había infiltrados vinculados a empresas de la agroindustria que se hacen pasar por camioneros. El periódico digital Metrópoles publicó un vídeo en el que se veía como destruían el vehículo de un camionero porque se negaba a participar en la manifestación. Vantuir Rodrigues, el presidente sindicato de transportistas de Goiás, aseguró que su organización no encabezaba el movimiento. “Esta manifestación no es de los camioneros, es de la agroindustria, que está utilizando el nombre de los camioneros”, aseguró.
El sindicato de camioneros de Campinas, en São Paulo, publicó una nota rechazando el movimiento. “Entendemos que el bloqueo que se realiza en las carreteras puede provocar graves trastornos en la actividad de transporte que llevan a cabo las empresas, además de afectar directamente al consumidor final y a la entrega de productos de primera necesidad a la población, como alimentos, medicamentos, combustibles, etc.”, señaló.
Ailton Gomes, de Associtanque, reconoce que la paralización ocasionará pérdidas a los camioneros, especialmente a los autónomos. “Sin embargo, el pueblo ya no soporta que 11 magistrados decidan qué va a hacer o dejar de hacer Brasil. El pueblo no lo soporta y está en guerra. A ver qué pasa ahora”, dice, repitiendo el discurso del presidente.
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