La segunda ola está siendo mucho menos mortífera en las residencias de Madrid según la Comunidad, pero es imposible saber cuánto porque el Gobierno regional nunca ha contado el total de residentes muertos. Solo conocemos cuántos mueren por covid-19 dentro de las residencias (hubo 5.954 en la ola de primavera y ha habido 71 desde el uno de septiembre hasta este jueves). Pero ni en la primera ola ni en esta nueva hemos sabido cuántos fallecen dentro de hospitales porque estos no especifican en su sistema informático que el paciente llega desde una residencia.
“La aplicación que recoge los datos del enfermo cuando ingresa en el hospital no dispone de ningún campo codificado que indique que el domicilio habitual del paciente sea una residencia”, le dice a este periódico la Dirección General del Proceso Integrado de Salud en respuesta a una solicitud de acceso información pública.
La mortalidad dentro de las residencias fue tan alta en la primera ola porque el 13 de marzo la Comunidad dio instrucciones a los hospitales de la región para limitar los ingresos de personas dependientes que vivieran en residencias en función de la disponibilidad de camas libres. Cuando la presión asistencial disminuyó a mediados de abril los hospitales admitieron de nuevo a los enfermos de las residencias. Hubo muchos residentes muertos en hospitales que nunca han sido contabilizados, y por este motivo la cifra de casi 6.000 residentes muertos por covid-19 en la primera ola, la más usada por los medios, es probablemente muy inferior a la real.
Antes de ese período de tapón hospitalario también morían personas dentro de residencias, pero solo en el caso de los enfermos terminales, a quienes se considera que es mejor administrar cuidados paliativos en el mismo hogar de mayores. Ahora en esta segunda ola siguen muriendo personas terminales en los geriátricos, de ahí esa cifra de 71 fallecidos desde el 1 de septiembre, pero los mayores dependientes con posibilidad de salvarse sí son admitidos por los hospitales.
El problema de las cifras en Madrid no acaba ahí porque incluso dentro del propio Gobierno no se ponen de acuerdo en el número total de muertos por covid-19 dentro de residencias. Las consejerías afectadas por la crisis en residencias, de Políticas Sociales y de Sanidad, usan dos métodos de contabilidad distintos. La primera cuenta a muertos con test positivo de covid-19 y a los que murieron con síntomas pero sin diagnóstico, lo que tiene sentido ya que durante un largo período en primavera no hubo tests. La segunda consejería tiene un dato menor porque se basa en la información de los certificados de defunción. Muchas veces estos documentos calificaron como “parada cardíaca” lo que en realidad era una muerte causada por la covid-19.
Así, la consejería de Sanidad han muerto dentro de residencias 4.902 personas durante toda la pandemia. Fuentes de la consejería de Políticas Sociales dicen que en adelante no van a reportar muertes.
Una cosa que sí aclara la información de la Comunidad sobre la segunda ola en las residencias es que el virus se está colando de nuevo con facilidad. Hay 22 brotes activos en la Comunidad, donde operan 473 geriátricos. Esto sugiere la preocupante conclusión de que los planes de contingencia no están funcionando en todos los casos.
¿Conoces casos de discriminación o irregularidades en una residencia de la Comunidad de Madrid? Contacta con el reportero de la sección de Madrid fpeinado@elpais.es o mándale un mensaje por Twitter a @FernandoPeinado
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