Los consejos para encontrar empleo de la experta gallega con 900.000 seguidores en redes

Eva Porto, en una imagen cedida por ella misma.
Eva Porto, en una imagen cedida por ella misma.

En menos de un año de actividad en las redes sociales, Eva Porto (A Coruña, 1993) va camino del millón de seguidores: casi 400.000 en Instagram y cerca de medio millón en TikTok. Su primer vídeo en esta última tuvo 800 visitas; uno de los últimos roza los seis millones de visualizaciones. En España, es la creadora de contenido relacionado con el entorno laboral y la búsqueda de empleo con más seguidores en dichas plataformas. Esta graduada en Psicología con un máster en Recursos Humanos ha creado una comunidad que aguarda diariamente sus píldoras de 15 segundos de consejos. Si alguien se preguntara si una joven de 28 años es la persona adecuada para hacer recomendaciones, ella misma mencionaría las innumerables entrevistas de trabajo que ha realizado en los últimos años a candidatos de diferentes empresas y fundaciones: ‘‘Veía perfiles que tenían mucho potencial, pero no lo transmitían bien’’.

El 1 de septiembre puso en marcha la primera edición de su curso virtual Crea tu currículum definitivo, en el que hasta ahora han participado 350 personas de España y Latinoamérica. “Estamos dos personas con el teléfono del curso y, como queremos ofrecer un servicio de atención al cliente, cuando se llena un número de plazas, lo cerramos, y poco a poco van entrando otras“, explica. ‘‘Soy joven y seguramente no soy la persona que más sabe de Recursos Humanos, pero tengo experiencia, tengo los conocimientos y sé comunicarlos en las redes sociales’’, declara.

Aun así, también ha sentido la inseguridad propia de los jóvenes en sus primeras experiencias laborales (algo conocido como el síndrome del impostor), lo que no le ha impedido trabajar en su objetivo: proporcionar todos los recursos que alguien necesita para encontrar un empleo. Hace unos meses decidió dedicarse plenamente a esta tarea y abandonó su puesto en una empresa. Cuando subió los primeros vídeos, su madre le preguntó si había tanto que decir sobre la búsqueda de trabajo. Desde entonces, Porto calcula que ha elaborado 400 vídeos distintos. ‘’El único día que no subí nada a Instagram fue el día que se cayó’’, asegura orgullosa.

Entre sus vídeos más recientes, Porto ha incluido los gestos que deben evitarse en una entrevista laboral: utilizar el móvil durante la conversación, no mirar a los ojos al entrevistador o toquetearse el pelo, y también algunas preguntas trampa que el candidato debe saber cómo abordar. Un ejemplo paradigmático es que el responsable de Recursos Humanos pregunte al entrevistado si no considera que está sobrecualificado para el puesto, a lo que el candidato debería responder algo como: ‘’Considero que estoy cualificado para este puesto que, además, me motiva’’. Y, para averiguar el salario que se ofrece (algo que suele dar reparo plantear), Porto recomienda preguntar por ‘’las condiciones de la vacante’’.

La especialista en Recursos Humanos alerta de que, si en una entrevista se reciben preguntas sobre la nacionalidad, las creencias religiosas, la condición de salud, el estado civil o la pertenencia a partidos políticos o sindicatos, son demandas ilegales a las que no se tiene por qué responder. Eso sí, si se trata de los planes sobre paternidad o maternidad, recomienda decir que no se contemplan, ya que, además, el candidato no se está comprometiendo a nada por dar esa respuesta y, en el fondo, es lo único que la empresa va a considerar idóneo en muchos casos.

Sus recomendaciones se dirigen a todos los públicos, aunque, según explica, suelen sentirse más inseguros los que, después de haber trabajado durante muchos años, ahora no consiguen un empleo. Aun así, insiste en que ‘‘los consejos para una persona de 25 o para una de 50 años son los mismos’’. Entre ellos, reinventarse, tanto si se lleva varios en un sector, como si se trata de trabajar en un área diferente a la que uno se planteaba mientras hacía la carrera. Se trata de adaptarse a los “puestos de trabajo que sí están demandados, como los del sector informático o algunos oficios de toda la vida” que están al borde de desaparecer, mientras “hay muchas ofertas de empleo que no se están cubriendo”. “Hay empresas que tienen programas relacionados con nuevas tecnologías, por ejemplo, y puede que tengas talento, pero, si nunca has probado, ¿cómo sabes que no se te da bien?“, insiste. “La gente debe abrir la mente para no sentir que trabajar de otra cosa es un fracaso”.

Aun así, lo que esta joven coruñesa considera fundamental para llegar a ser seleccionado para el puesto es mostrarse en la entrevista con motivación y seguro de uno mismo: ‘‘Si uno se quiere, si se contrataría a sí mismo y va a la entrevista convencido de que puede desempeñar el puesto’’ es la situación ideal. El problema suele ser que la sucesión de negativas en los procesos selectivos puede minar la autoestima y la confianza. Ese es uno de los motivos que llevaron a Eva Porto a crear estos vídeos: ‘’Cuando empecé a buscar trabajo después de graduarme me sentía insegura, pero a raíz de recibir tantos mensajes me he dado cuenta de que hay gente que se siente así multiplicado por 10 o por 20′’.

Más allá de las aptitudes como candidato que puede trabajar cada uno, Porto insiste en que es importante realizar autocandidaturas. En una de sus publicaciones en TikTok explicó que en torno al 80% de las ofertas de empleo no se publican, por lo que es la propia persona en búsqueda de trabajo la que debe enviar su currículo a las empresas en las que esté interesada.

Con casi medio millón de seguidores en cada plataforma, Porto ha recibido multitud de ofertas para patrocinar productos. Hasta ahora, solo ha aceptado dos. Una, de una página de inglés que ella misma ha utilizado, y otra, de una empresa de formación. ‘‘Las personas de mi comunidad están en una situación vulnerable y no les voy a vender cualquier cosa’’, confiesa. Hace unos meses, una universidad le pidió que publicitara un programa de máster, pero, tras investigar un poco sobre él, no se sentía cómoda recomendando un programa que no había cursado y del que no sabía nada.

‘‘La publicidad me parece algo muy delicado y tampoco quiero basar este proyecto en ella. Si puede aportar algo bueno a mi comunidad, vale, pero que tenga siempre relación con la búsqueda de empleo’’. Al decir estas palabras recuerda otra oferta de una empresa de comida que trató de convencerla asegurando que ‘‘la gente en búsqueda de empleo no tiene tiempo para cocinar’’, pero Porto lo tiene claro: precisamente, tiempo para cocinar, tienen, y encima necesitan ahorrar. ‘’Mi cuenta de Instagram está para ayudar a la gente a encontrar trabajo, no es la teletienda’’, declara.

En su objetivo de resultar de utilidad a sus seguidores o a cualquier usuario que visite sus perfiles, la ayuda Uxío Marcos, otro joven y amigo, con experiencia en emprendimiento, que le ha insistido en la necesidad de que desarrolle un plan realista que le permita vivir de ello para así poder dedicarle el 100% de su tiempo. ‘‘Al principio quería hacer todo gratis porque, si no, me sentía hasta mal, pero Uxío me dijo que, si de verdad quería hacer algo grande que ayudara a la gente, tenía que pensar un modelo de negocio viable’’. El curso online que han desarrollado cuesta 40 euros, un precio en la media de otras formaciones en línea como las que ofrece Coursera o EdX y que le permite a su creadora vivir de esos ingresos y seguir invirtiendo en el proyecto, sin tener que recurrir a patrocinios de los que desconfía.

Su tarea en las redes no solo se centra en ofrecer consejos para preparar el currículum o para causar una buena impresión en una entrevista, sino que también pretende acabar con los clichés que socavan la confianza de cualquier persona en el paro o en búsqueda de un empleo alternativo. Uno de esos grandes males que acecha principalmente a la juventud es la preocupación por no tener la experiencia suficiente, que puede evitar que sean seleccionados para el puesto. Sin embargo, Porto cuestiona este planteamiento: ‘‘Alguien que dice no tener experiencia, ¿nació ayer? Es como si la experiencia profesional te diera un talento o un potencial, pero eso ya lo tienes, solo te falta ponerlo en práctica con el trabajo. No significa que no tengas nada que aportar’’.

De hecho, cree que la experiencia laboral en un McDonald’s, por ejemplo, puede resultar enormemente valiosa para desempeñar cualquier otro trabajo. ‘‘¿A cuántos clientes puedes atender en un día? Seguro que tienes paciencia, creatividad, capacidad para resolver problemas y para trabajar en equipo… Si crees realmente que ese trabajo te ha aportado todo eso y te das cuenta, lo vas a saber vender’’, insiste.

El currículum en sí mismo no deja de ser “una especie de folleto publicitario, no una biografía en la que se tenga que incluir todo’’. El objetivo es “venderse” y, en función de para qué empleo, habrá que incluir lo que pueda “convencer a la otra persona”.

La persona a la caza de un empleo tiene la posibilidad de ir un paso más allá de lo formal ―el currículo, la entrevista o el scroll en Infojobs― y construir una red de contactos que le puedan hacer llegar nuevas oportunidades. “Si contactas con empresas a través de LinkedIn o te unes a grupos de tu sector, vas a eventos, hablas con la gente y te relacionas, algún día alguien de tu red puede ver una oferta y avisarte. No es lo mismo eso, el networking, que el enchufismo’’, explica.

El ascenso en las redes sociales de esta psicóloga coruñesa ha sido meteórico si se tiene en cuenta que su contenido es de un carácter muy específico: todo gira en torno a la búsqueda de un puesto de trabajo, a diferencia de los canales que suelen ser más populares, como de comedia, retos o belleza. Aunque precisamente TikTok favorece la viralización de contenidos, no fue esta la primera opción que Porto tenía en mente para construir su plataforma. Lo intentó en Youtube, donde llegó a subir cuatro vídeos. ‘’Me di cuenta de que no tenía un alcance real. En una situación así puedes pensar que no vales, pero decidí no quedarme con lo primero y ver qué podía hacer diferente’’, explica. Lo mismo podría decirse de las entrevistas de trabajo: no hay que plantarse tras la primera decepción.

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