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Los críticos de Susana Díaz en el PSOE andaluz buscan disputarle la Secretaría General


En el PSOE andaluz las críticas a la dirección regional y a la secretaria general y expresidenta de la Junta, Susana Díaz, empiezan a salir del cómodo anonimato. Diputados y senadores andaluces en las Cortes han tomado este martes la palabra en una reunión convocada por Díaz, en la que se ha dejado fuera a los parlamentarios autonómicos, para reclamar un cambio en la oposición al Gobierno que preside el popular Juan Manuel Moreno, mayor coordinación y más visibilidad a los cargos institucionales no alineados con la ejecutiva andaluza. Díaz reconoció “errores” y apeló a la unidad.

De los 26 senadores y los 25 diputados en el Congreso faltaron cinco, entre ellos la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, y el vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Todas las ausencias estaban justificadas. Díaz los había convocado para hablar del trabajo parlamentario y en su intervención inicial mostró su deseo de trabajar “todos juntos” y “afianzar” el Gobierno de Pedro Sánchez. La interpretación de no pocos de los convocados es que la intención de Díaz con esta reunión era hacer llegar a quien corresponda que el PSOE andaluz es una piña, cuando la realidad es diferente.

Tras las dos horas de intervenciones de la propia Díaz, de los coordinadores de los grupos del Senado, Micaela Navarro, y del Congreso, José Antonio Rodríguez Salas, de la delegada del Gobierno, Sandra García, y del secretario regional de Relaciones Institucionales, Francisco Conejo, llegaron las peticiones de palabra, un total de 32. Algunos de los convocados aseguraron que Rodríguez Salas, que intentó disputarle la secretaría general a Díaz en julio de 2013, pidió en los días previos a la cita que no hubiera muchas intervenciones, todo lo contario de lo que ocurrió.

Nadie recuerda con exactitud desde cuándo una reunión interna en un clima de aparente normalidad duraba casi cinco horas y con tantas peticiones de palabra. Lo habitual en este partido es que haya una intervención inicial de la secretaria general y posteriormente hable un representante por cada provincia. La reunión comenzó sobre mediodía y terminó pasadas las cinco y cuarto de la tarde. En el exterior del hotel, el termómetro registraba 40 grados.

De los 32 turnos de palabras, 23 fueron críticas con la gestión de la secretaria general. El que fuera portavoz del Gobierno de Díaz y consejero de Cultura, el senador Miguel Ángel Vázquez, aseguró que la oposición al Gobierno de Moreno es “muy mejorable” y afirmó que se puede defender el Gobierno de Sánchez y al mismo tiempo las posiciones de Andalucía. “No podemos dejar que la derecha nos arrebate la bandera de Andalucía”, sostienen las fuentes consultadas que dijo. Vázquez, que formó parte de la mesa de camilla de Díaz, se lamentó de que el PSOE andaluz hubiera pasado de puntillas por la conmemoración del 40 aniversario del referéndum del 28 de febrero.

En una reciente reunión del grupo parlamentario otra persona que formó tándem con Díaz, el ex portavoz parlamentario Mario Jiménez, pidió “dar la vuelta a la estrategia de los plenos porque no puede ser que el Gobierno andaluz imponga su mensaje y traslade la visión de sus cosas con el desastre de gestión que está haciendo”. Los diputados andaluces no fueron citados a la reunión, lo que provocó el malestar de algunos de ellos.

En la línea de pedir cambios en la estrategia del PSOE se manifestaron otros cargos como el senador sevillano Antonio Gutiérrez Limones (“hay que hacer una oposición relevante”, dijo), el malagueño Josele Aguilar o la diputada por Sevilla Beatriz Carrillo, quien reclamó que “no se relegue a los mejores”. El senador por Jaén Manuel Fernández reclamó la necesidad de compartir tareas. También hubo quejas contra las direcciones provinciales por el poco protagonismo que le dan a sus representantes electos y la falta de coordinación, como hicieron saber la diputada por Almería Sonia Ferrer y la senadora Inés Plaza.

Los apoyos a Susana Díaz los expresaron los senadores Marisa Bustinduy, Fernando López Gil y Estefanía Martín Palop, que apelaron a la unidad, sin entrar en el cuerpo a cuerpo.

En su intervención final, Díaz agradeció los mensajes de los diputados y reconoció “errores” sin entrar en detallarlos También admitió que estos meses no habían sido “fáciles” para ella. La expresidenta andaluza también reclamó más unidad “en la nueva normalidad del PSOE”. Antes de la reunión a puerta cerrada, Díaz aseguró a los periodistas que la prioridad en el PSOE andaluz es la de “estar en los problemas de la gente, y cuando llegue la hora, habrá procesos orgánicos”.

Dirigentes socialistas aseguran que esta reunión supone “un punto de inflexión” en el complejo PSOE de Andalucía con vistas al futuro. No hay congresos a la vista hasta mediados del próximo año, por lo que los veteranos más curtidos en las batallas internas desaconsejan actuar con prisas ni anticipar el debate sobre el liderazgo en el PSOE andaluz, aunque sí hablar en las reuniones internas y dejar patente y a las claras la posición de cada cual.

Desde que el PSOE perdió la Junta de Andalucía tras las elecciones andaluzas de diciembre de 2018 y Pedro Sánchez ganó las dos últimas elecciones generales, Díaz ha virado su posición respecto al presidente del Gobierno con el que mantuvo una dura pugna por el control del PSOE en las primarias por la secretaría federal en mayo de 2017. Pese a perder esa batalla de manera contundente, Díaz continuó con el pulso a Sánchez y puso en marcha una estrategia de diferenciación con el PSOE federal, acariciando la idea de crear un PSOA más que mantener un PSOE-A. Los triunfos electorales de Sánchez, la pérdida del Gobierno andaluz y de apoyos internos en su federación le obligaron a cambiar su posición política que ella misma verbalizó el 28 de enero pasado en el Parlamento cuando le dijo al presiente andaluz, Juan Manuel Moreno: “Yo me equivoqué cuando defendí que España necesitaba un Gobierno, aunque fuera tan de derechas como el suyo y acertó Pedro Sánchez”.


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