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Los datos más curiosos sobre las esponjas marinas

Entre los animales más peculiares del mundo están las esponjas marinas. De hecho, muchas personas creen que son plantas por su inmovilidad. Vamos a ver datos muy curiosos sobre esta especie tan extraña.

Se reproducen sexual y asexualmente

Imagen: Australia.com

La reproducción sexual de las esponjas marinas se produce por la producción de huevos y esperma (algunas especies incluso producen óvulos y espermatozoides), mientras que la asexual se produce por injerto (una parte de una esponja se rompe y esta pequeña pieza se convierte en una nueva esponja).

No tienen órganos ni columna

Las esponjas no tienen tejidos u órganos vitales como otros animales, pero pueden llevar a cabo las funciones básicas a través de sus células. Cada una tiene su función: digestión, reproducción, deshacerse de los desechos, etc.

Por otro lado, el «esqueleto» de las esponjas marinas, se forma gracias a miles de bacterias productoras de carbonato cálcico (CaCO3). Estas bacterias se acumulan en torno a la esponja en forma de esqueleto rudimentario.

Tiene más 600 años de antigüedad

Las esponjas marinas son casi inmóviles. Imagen: Shutterstock

Los Poríferos, son uno de los animales más primitivos. Se estima que existan esponjas marinas desde hace unos 600 millones de años. La mayoría de especies viven en el mar (aunque algunas pueden vivir en agua dulce) y se pueden encontrar a cualquier profundidad en cualquier lugar del planeta.

¿Cómo se alimentan?

Las esponjas se nutren mediante el flujo de agua a través de sus poros. Para alimentarse, captan partículas que hay en el agua. Las partículas que penetran por los poros, son captadas y se convierten en el alimento de las esponjas.

Como excepción, hay algunas especies que son carnívoras y se alimentan de pequeños crustáceos.

Pueden vivir miles de años

Se sabe que las esponjas son animales muy longevos. En una investigación, se dio a conocer el caso más llamativo de todos. En 1986 se encontró el esqueleto de un ejemplar de la esponja Monorhaphis chuni, en China oriental. Los análisis de este esqueleto permitieron conocer que esta esponja vivió aproximadamente unos 11000 años. 

Sin duda, el mundo de las esponjas es fascinante.


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