'Los desastres no son naturales sino socialmente construidos': Trujillo

'Los desastres no son naturales sino socialmente construidos': Trujillo

Elisa Mariel Trujillo, directora general del Centro Nacional de Apoyo para Contingencias Epidemiológicas y Desastres, A.C.(CENACED), detalló en Aristegui en Vivo la labor que realizan, junto con 180 instituciones públicas, privadas y sociedad civil, en la reconstrucción de comunidades afectadas por contingencias climáticas como los huracanes Otis y John en Guerrero y otro tipo de desastres sobre la población civil. 

¿Qué es el CENACED?

Trujillo precisó en la entrevista que CENACED es una institución con más de 20 años de trabajo en México bajo tres firmes propósitos que son salvar vidas, reducir el sufrimiento de las personas que se ven afectadas en situaciones de emergencia y construir diferentes capacidades de resiliencia.

“Somos una iniciativa que trabaja con más de 180 instituciones de diferentes sectores público, privado, académico y sociedad civil. La idea es hacer un equipo para poder llegar a las comunidades de manera eficiente sin duplicar esfuerzos y siempre trabajando bajo un principio de dignidad humana.

“Empezamos en el 2002 de manera voluntaria, fue un grupo de empresarios que estaban buscando causas raíces porque cuando trabajaban en temas de educación o salud no movían la aguja y llegaron a ver que los desastres son un gran detractor para las comunidades y las personas”, aseguró.

¿Desastres naturales o humanos?

Licenciada en arquitectura por el Instituto Tecnológico de Monterrey y maestra en Ciencias para la Planeación de Infraestructura por la Universidad de Stuttgart, Alemania, Trujillo señaló que las tragedias no son provocadas por los fenómenos climatológicos que con mayor frecuencia e intensidad se presentan en el país, sino por responsabilidad humana. 

Desde CENACED y desde nuestro aliados, que tenemos apoyo técnico directo por parte de Naciones Unidos, creemos que los desastres no son naturales, evidentemente, son socialmente construidos, y por eso es que CENACED se ocupa tanto no sólo en la parte de respuesta sino también en generar condiciones, estrategias y diferentes proyectos de prevención y preparación que permitan reducir vulnerabilidad y exposición de las comunidades.

CENACED ha realizado su labor en Acapulco y otras regiones del estado de Guerrero que sufrieron el impacto de dos potentes huracanes en muy corto tiempo, Otis en octubre de 2023 y John en septiembre 2024.

“Llevamos más de 14 meses trabajando en Guerrero, no sólo en la parte de Acapulco, estamos trabajando en cuatro municipios San Marcos, Coyuca de Benítez, Chilpancingo, además de Acapulco, y hasta el momento hemos beneficiado a más de 139 mil personas en 112 comunidades”.

Nuestro actuar empieza mucho desde la parte de respuesta; sabemos y reconocemos la solidaridad del pueblo mexicano, se unen mucho con nosotros desde la apertura de centros de acopio con voluntarios hasta la parte de donaciones, pero no solamente nos quedamos en la parte de respuesta, también vamos un poquito más allá porque no queremos crear esta codependencia.

“Se trata de trabajar en cómo apoyamos para que las comunidades vayan transicionando a esta nueva normalidad que están enfrentando. Y con base en ello tenemos actualmente 14 proyectos, se han movilizado más de 36 millones de pesos por parte del sector privado y organismos de la sociedad civil para generar diferentes capacidades en materia de salud, educación, infraestructura crítica, mínimo indispensable para que la comunidad pueda volver a operar”.

Cuáles han sido los aprendizajes

Trujillo compartió cuáles han sido los principales aprendizajes en la labor humanitaria que coordina y lleva a cabo CENACED, toda vez que no es suficiente hacer el bien. 

“Creo que hay un instinto muy humano de apoyar a nuestros hermanos cuando se encuentran en situaciones de emergencia o desastre y desde CENACED siempre mencionamos que es importante ‘hacer bien el bien’, por eso generamos diferentes capacitaciones para nuestros voluntarios en todo el sistema de arquitectura humanitaria que maneja los estándares internacionales según distintos multilaterales, organismos mundiales, que nos marcan pautas sobre de cómo llegar a las comunidades sin hacerles más daño, sin crear esta codependencia, generando diferentes capacidades en ellos”.

Lo que nos importa mucho es el tema de la dignidad humana. No mandamos temas que nosotros pensamos, bajo una soberbia, que necesita la gente, sino más bien llegamos con lo que ellos necesitan y que tenemos monitoreados con la gente está en campo.

“Cuando llegamos a la montaña de Guerrero, después de (el huracán) John, porque Acapulco, Guerrero en general y otros estados aledaños, no sólo fueron impactados por Otis, sino también después, 11 meses después, por John, y cuando llegamos a la montaña con los paquetes de despensa que normalmente se manejan y están estandarizados con criterios de proteínas, cereales, etc. Sin embargo, la dieta de la comunidad era maíz y frijol y llevábamos toneladas de maíz y frijol que es lo que consume la gente.

Es muy importante para nosotros que tengamos este reconocimiento de que estamos apoyando, pero con una humildad de entender que vamos a apoyar, no vamos a enseñarles a las personas cómo recuperarse, sino vamos a apoyarles a transitar en este proceso para poder construir capacidades.

Manual para construir comunidades resilientes

Una de las experiencias más valiosas que Trujillo, su equipo y voluntarios han tenido en estos años les permitió elaborar un manual de cómo construir comunidades resilientes ante los desastres. 

“Hay un proyecto particular que hicimos en Escuinapa, Sinaloa, era una comunidad que había estado impactada por un huracán, que había estado años sin poder recuperarse, donde unimos esfuerzos y se hizo una coinversión por parte del gobierno, sector privado, llegamos con organismo de la sociedad civil y no solamente trabajamos con la comunidad, trabajamos también con otras instituciones que requiere esa comunidad para poder garantizar sus criterios de resiliencia.

La idea fue que con este proyecto estuvimos analizando y sacamos un manual de cómo construir comunidades resilientes con el apoyo técnico de Naciones Unidas, Conapred y otros organismo técnicos reconocidos, y la idea es generar un manual para que el sector privado y sus otros aliados tengan bien claro qué puntos no se pueden perder y qué puntos son los que detonan la resiliencia dentro de estas comunidades.

“Se habla mucho de resiliencia como un concepto muy amplio, pero en realidad son las capacidades, exponenciar las capacidades que tienen ya las personas mismas de la comunidad, con conocimiento del riesgo de desastres para que puedan no solamente que alguien venga a rescatarlos en una situación, sino que sean entes que puedan tomar decisiones y salvarse a sí mismos y a sus familias”.

Para mí lo más importante (del manual de resiliencia) es el conocimiento del riesgo de desastres. No es lo mismo reconstruir una comunidad en una zona que ya sabemos que es innundable, el desastre no es que llueva, el desastre es que no estemos en una zona que sea segura o donde tengamos una infraestructura que nos permita evitar una tragedia.

Trujillo insistió en el concepto que los desastres no son naturales son socialmente construidos y todo depende de la población, con conocimiento y consciencia, aumentar el riesgo a una tragedia o convertir una coyuntura en oportunidades de desarrollo para su comunidad.

CENACED cuenta con una oficina en Mariano Escobedo #150, a unas cuadras de Marina Nacional, colonia Anáhuac, y las personas que estén interesados en formarte parte de su equipo de voluntarios pueden acercarse a pedir informes o consultar la página https://cenaced.org.mx/

Apoyo psicológico

Trujillo recordó el trabajo que realizó el Centro Nacional de Apoyo para Contingencias Epidemiológicas y Desastres durante la pandemia de Covid-19.

“En la pandemia tuvimos diferentes tipos de apoyo, siempre vamos a trabajar con base en la asistencia humanitaria que es cubrir necesidades básicas de las personas, pero también hay otras necesidades que, tal vez, no sean tan latentes o no tan obvias como el tema de salud mental y, en ese sentido, sabíamos que había un tema de peso sobre todos los mexicanos en materia de que perdimos personas muy queridas, perdimos trabajos, estábamos enfrentando una situación que no estábamos acostumbrados a ello.

Se abrió un proyecto en el que hicimos alianza con diferentes universidades y psicólogos del país, donde en línea podíamos brincar un apoyo y contención psicológica para las personas que estaban pasando por una situación retadora.

“Todos los desastres tienen dos caras de la moneda, puede ser un desastre absoluto o puede ser una oportunidad para salir fortalecidos y en eso es en lo que nos queremos enfocar. Hay muchas secuelas de esto (post Covid) más nos enfocamos en cómo tomamos las oportunidades que nos brindan y podemos generar nuevas capacidades para enfrentar nuevas realidades”.

Consulta aquí la entrevista completa con la arquitecta Elisa Mariel Trujillo:


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