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los destinos favoritos de verano de las familias reales

El verano, por fin, ha llegado. Y junto a él, las tan esperadas vacaciones. Es época de hacer las maletas y viajar, y los miembros de la realeza europea se han sumado a esta tendencia. Mallorca, Escocia o Grecia son algunos de los destinos por excelencia para los royals, que ya han colgado el cartel de ‘Cerrado por vacaciones’ en Palacio.

Victoria y Daniel de Suecia: Isla de Öland

Desde hace más de cien años, Victoria y Daniel de Suecia se desplazan hasta el castillo de Solliden, situado en la isla de Öland para dar el pistoletazo de salida a sus vacaciones. Situado en el mar Báltico, la Familia Real sueca disfruta allí de la tranquilidad y de los planes en la naturaleza. Además, en sus más de 75 kilómetros de reservas naturales se alzan las imponentes ruinas del castillo de Borgholm, una de las 16 fortalezas con las que cuenta el archipiélago. La residencia estival es, en realidad, un palacete de tres plantas, aunque su verdadera joya son los jardines que se extienden alrededor de él. Fue la reina Victoria de Suecia, cuando aún era princesa, quien decidió construir allí una residencia de verano para la familia pues, al padecer de los pulmones, uno de sus médicos le recomendó que visitara Öland, donde encontró un clima que aliviaba sus molestias y un ambiente de paz y tranquilidad. No obstante, la Familia Real sueca suele repartir sus vacaciones entre el palacete de la isla báltica y otra residencia con la que cuentan en la Costa Azul, la Villa Mirage.

Máxima y Guillermo de Holanda: Grecia

Aunque es habitual que los royals tengan una casa de verano en su país, en el caso de Máxima y Guillermo de Holanda es completamente diferente. Fue en 2010, cuando acudieron a la boda del príncipe Nicolás de Grecia en la isla de Spetses, donde tuvieron un flechazo con el enclave mediterráneo y decidieron adquirir una propiedad. Una hacienda de 4.000 metros cuadros, cerca de la localidad de Kranidi, que no ha estado exenta de polémica. La construcción de un muelle y un puerto privados junto con el bloqueo del acceso a una playa cercana y el levantamiento de un edificio contiguo a la casa para albergar a sus guardaespaldas trajo consigo mucha controversia, pues la constitución helena define la costa como propiedad pública y garantiza el derecho a acceder a todos los balnearios.

Máxima y Guillermo de Holanda en Grecia / Gtres

Letizia y Felipe: Mallorca

El refugio de los Reyes de España en verano es Marivent, una finca de más de 33.000 metros cuadrados con jardines y pinares ubicado sobre el acantilado de Cala Major. El 4 de agosto de 1973, los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía, pisaron por primera vez el Palacio para tomar posesión de la finca como residencia estival habitual. Desde entonces, los Borbón han acudido cada año a Marivent para disfrutar en familia de sus vacaciones de Semana Santa o verano.  El Palacio está compuesto por dos plantas, una boardilla, ocho habitaciones, un gran salón, un comedor, un recibidor, una cocina y tres cuartos de baño.  Además, cuenta con una amplia terraza con porche que rodea toda la casa y unas vistas espectaculares sobre la bahía palmesana. Allí, los monarcas españoles han recibido a lo largo de los años a otros familiares reales como la familia griega y noruega o la mismísima Lady Di.

Marivent / Gtres

Mary y Federico de Dinamarca: Grasten

La reina Ingrid, madre de la actual monarca, recibió el Palacio de Gasten como regalo de bodas. Aficionada a la jardinería, Ingrid convirtió los jardines de Palacio en referencia, además de hacer del lugar un sitio donde reunirse la familia al completo. Un templo barroco construido en el siglo XVIII y situado al sur de Dinamarca que se ha convertido en un punto turístico de la región sur de Jutlandia. Una de las tradiciones más comentadas de la temporada estival es la Ringriderforening, una cabalgata y un torneo inspirados en la era medieval, que se celebra el tercer fin de semana de julio y en el que participan 300 caballos y 100 niños en bicicleta que, además, sirve para dar la bienvenida a la Familia Real. El Palacio se construyó como una casita de caza a mediados de 1500, pero en 1603 se quemó y se tuvo que construir de nuevo. En 1662, el propietario era el conde Frederik Ahlefeldt y decidió edificar un palacio barroco, pero volvió a incendiarse y solo quedó en pie la capilla y algunos pabellones. Tras el fuego, se construyó de nuevo y en 1842 se elevó la actual construcción, que se reformó a principios del siglo pasado. Durante estos 15 años, el Palacio de Grasten ha sido la residencia de políticos y policías hasta 1935, cuando se casaron Ingrid y Federico. La huella de la Reina es palpable en todo el reciento, pues sus jardines albergan plantas nunca antes vistas en Dinamarca gracias a la labor de la monarca, en cuyo honor se creó el Herbolario de Su Majestad la Reina Ingrid.

Palacio de Grasten / Gtres

Carolina de Mónaco: Pachá III

Los Grimaldi han cambiado las residencias por una de sus embarcaciones más clásicas, el Pachá III. Ya es costumbre ver a Carolina de Mónaco surcar las aguas del Mediterráneo junto al resto de su familia en un barco que tiene un especial significado para la hija de Grace Kelly. El barco fue comprado por Stefano Casiraghi poco antes de que tuviera un inesperado accidente náutico que acabó con su vida, por lo que la princesa, viuda con tan solo 33 años, decidió reformarlo y pasar los veranos navegando en él. Este barco de vela cuenta con una decoración al más puro estilo años 30 y con 36 metros de eslora y más de 80 años de historia. En su interior, alberga un salón moqueteado y decorado con una gran alfombra de rayas de Bayadere, un sofá de rayas y una mesa redonda, además de un comedor, cuatro camarotes, una suite principal, una cocina, la cabina de tripulación y otros camarotes destinados a los trabajadores.

Pachá III / Gtres

Isabel II: Balmoral

Una de las citas fijas en el calendario de la reina Isabel es pasar sus vacaciones de verano en el Castillo de Balmoral. Una residencia regalo del príncipe Alberto a la reina Victoria situado en el concejo de Aberdeenshire, el “pequeño paraíso” de la reina Victoria, que más tarde Diana de Gales lo detestó y finalmente Isabel II consiguió hacer de él un hogar, donde ha pasado todos y cada uno de los veranos de su vida. Está compuesto por 20.000 hectáreas de frondoso terreno y 150 edificios, entre los que se encuentra Birkhall, la residencia privada del príncipe Carlos donde pasa largas temporadas con Camila. En la propiedad se incluyen páramos de urogallos, bosques, tierras de cultivo, ponis, caballos y ciervos, así como escarpadas montañas, valles y ríos.

Kate Middleton y el príncipe Guillermo: Islas Sorlingas

Al contrario que la Reina, los duques de Cambridge tienen en Norfolk su lugar favorito. En las vacaciones de verano, Kate y Guillermo se desplazan hasta Anmer Hall, una casa de campo que recibieron como regalo de bodas por parte de Isabel II. La propiedad data del siglo XVIII y está situada a tan solo un par de kilómetros de Sandringham y comprende un gran terreno protegido por una valla que lo rodea por completo, además de arbustos para conservar la privacidad y numerosos árboles. En cuanto al interior, el total de habitaciones es de 10, contando con una de matrimonio, la más grande y con mejores comodidades.

Sin embargo, no es el único destino que los duques de Cambridge pisan en vacaciones, pues antes de la pandemia se trasladaban a la isla caribeña Mustique siempre que la ocasión se lo permitía. Aunque, en los últimos años, han optado por un destino igual de idílico y mucho más cercano: las islas Sorlingas, situadas al suroeste de Gran Bretaña y donde pueden disfrutar de la naturaleza y la playa. La zona pertenece al ducado de Cornualles, en posesión del príncipe de Gales de cada momento y, desde los años 60, la reina de Inglaterra se ha dejado ver allí junto a su familia.




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