Pablo Urdangarin acaba de sentar las bases de lo que será su próximo cambio de rumbo vital. En la crónica social, su nombre va inevitablemente aparejado al de sus progenitores, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. Un vínculo que no necesita (ni quiere) en su faceta deportiva. Con tan solo 22 años es toda una promesa del balonmano. Ya ha debutado con el primer equipo del Barcelona y sus jugadas han llamado la atención de varios equipos que soñaban con incorporarlo a sus filas. Finalmente, uno ha sido el que ha conseguido su objetivo: el Granollers.
Todavía no ha acabado la temporada, pero Pablo ya ha llegado a un acuerdo para incorporarse al equipo catalán a partir de este próximo verano que asoma a la vuelta de la esquina, tal y como cuenta Mundo Deportivc. Quiere seguir creciendo como jugador profesional y cumplir su gran sueño: representar a la selección española de balonmano. En la búsqueda de esa meta le va a ayudar el haber firmado por uno de los mejores y más ilustres equipos de la liga ASOBAL, o lo que es lo mismo, la máxima categoría de este deporte.
Para Pablo Urdangarin no ha sido fácil tomar esta decisión ya que el Barcelona es el club de su vida. Sin embargo, tras un periodo de reflexión propio y con sus seres queridos ha tomado una decisión valiente. Ha comprendido que las puertas del primer equipo las tenía cerradas porque tiene por delante a dos ‘cracks’ como como Aleix Gómez y Blaz Janc, recientemente renovados hasta 2026 y 2028, respectivamente.
El joven llegó a la Ciudad Condal hace cuatro años en búsqueda de su sueño y día de hoy se puede hablar de él como una de las mayores promesas del balonmano español. Se enamoró de Barcelona y poco a poco fue quemando etapas allí. Actualmente vive en una casa que comparte junto a dos compañeros, en un piso por el que pagan unos 1.500 euros al mes de alquiler.
Este cambio de rumbo le va a permitir seguir afincado en esta vivienda, donde se encuentra muy a gusto. Hay que destacar que Granollers es una localidad perteneciente a Barcelona, que se encuentra a tan solo 31 kilómetros de la gran capital (40 minutos en coche), por lo que Pablo Urdangarin no va a necesitar mudarse. Va a poder seguir con su vida actual y eso incluye el continuar afianzando su romance con Johanna Zott, una jugadora de voleibol de su misma edad que conoció en el Liceo francés de Barna. ¿El futuro? No pierde tiempo en pensar en eso. Puro carpe diem.
Sus exquisitos modales con la prensa, su belleza y su manera de ser le han servido para ser el hijo que toda madre quiere. Es por esa que Cristina de Borbón lo mima y preserva con ese instinto protector de madre tan natural. Poco a poco se ha convertido en un ídolo de masas. Allá donde va le piden fotos, autográfos y él siempre se para gustosamente a atender las peticiones de sus fans. Con Pablo Urdangarin da la sensación de que ha nacido una estrella y (sorpresa) no tiene ligada ninguna polémica a sus espaldas, algo muy habitual en su familia.
Source link