Protesta “por la paz” de este sábado en Berlín junto a un tanque ruso T-72 destrozado frente a la embajada rusa en Berlín, en el bulevar Unter den Linden.CHRISTIAN MANG (REUTERS)
El frío y la llovizna no han disuadido a Martin K., que sostiene una pancarta donde se lee: “Negociar en lugar de escalar”. “Hay que parar esta guerra ya. No entiendo lo que está haciendo mi Gobierno”, se queja este maestro jubilado que ha participado este sábado en una polémica protesta en el centro de Berlín contra el suministro de armas a Ucrania. La manifestación, convocada por una destacada política del partido izquierdista Die Linke y una conocida activista feminista, ha convocado al menos a 10.000 personas, según cálculos de la Policía. Bajo el lema “Levantamiento por la paz”, los participantes han recorrido el bulevar Unter den Linden y se han concentrado junto a la puerta de Brandeburgo, los mismos escenarios en los que el viernes, primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, se manifestó la numerosa comunidad ucrania de Berlín junto con quienes apoyan la entrega de ayuda occidental a Kiev. Actos de solidaridad con el pueblo ucranio se repitieron por todo el mundo.
La protesta del sábado, que ha provocado críticas de varios ministros del Gobierno de Olaf Scholz, ha transcurrido en medio de una gran presencia policial. Los más de 1.400 agentes destinados al evento no solo debían asegurar la seguridad sino también hacer cumplir la prohibición de mostrar símbolos de extrema derecha y de banderas rusas. La Policía había avisado previamente de que no se iban a permitir uniformes o insignias militares (como las cintas de San Jorge, un símbolo militar con cinco bandas que intercalan los colores naranja y negro) ni exhibir las letras Z y V y otros símbolos que glorifican la invasión rusa.
Protesta este sábado en Berlín. CHRISTIAN MANG (REUTERS)
Las autoridades temían que la protesta congregara a sensibilidades políticas muy distintas, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, como sucedió durante las manifestaciones durante la pandemia de coronavirus. Entonces coincidieron en las calles desde populistas de derecha a antivacunas pasando por grupos de izquierda y los llamados Querdenker (pensadores laterales) o conspiranoicos.
Aunque oficialmente no estaba convocada por ningún partido político, una de las organizadoras, Sahra Wagenknecht, es una figura relevante de Die Linke, partido con el que suele chocar en muchas cuestiones, especialmente en la guerra de Ucrania. Junto con la histórica feminista Alice Schwarzer, publicó hace dos semanas un manifiesto en el que pide que el Gobierno alemán detenga la entrega de armas a Ucrania. Más de 600.000 personas lo han firmado, según ha destacado esta última durante el evento.
Además de pancartas que pedían “paz”, se han visto muchas otras contra Estados Unidos y la OTAN, e incluso una figura que imitaba un tanque en la que se comparaba al canciller Scholz y a la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, con Napoleón, el emperador Guillermo y Hitler.
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“Pedimos al canciller alemán que pare la escalada de envío de armas. Cada día perdido cuesta hasta 1.000 vidas más y nos acerca a una tercera guerra mundial”, sostienen las organizadoras. Die Linke ha criticado la convocatoria, mientras que los principales representantes del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), el más cercano a los postulados de Rusia en Alemania, han firmado el manifiesto y anunciado su participación. La Policía ha informado de que además del gran encuentro de la puerta de Brandeburgo se han registrado otras cinco manifestaciones simultáneas más pequeñas de enfoque similar y otras tantas contraprotestas.
Varios ministros y dirigentes políticos alemanes han alertado del peligro de que la convocatoria pueda ser instrumentalizada por Rusia. El ministro de Economía y vicecanciller, Robert Habeck, de Los Verdes, criticó con dureza la manifestación el viernes por la noche en una entrevista en la televisión pública: Wagenknecht y Schwarzer están “confundiendo a la población”. “Si esto [la invasión] sale adelante, es una invitación a Putin para que invada los próximos países. A todos los lunáticos del mundo a mover las fronteras por la fuerza de las armas”, señaló.
El ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, dijo en su cuenta de Twitter que los postulados de las organizadoras “debe ser claramente contrarrestados”. “Quien no esté al lado de Ucrania está en el lado equivocado de la historia”, afirmó.
Las encuestas muestran que el apoyo de los alemanes al envío de armas a Ucrania es mayoritario. Alemania es, tras Estados Unidos, la UE y el Reino Unido, el país que más ayuda ha proporcionado a Kiev, sumando la financiera, la humanitaria y la militar. En el último sondeo de la televisión pública ZDF, el 32% de los encuestados dijeron que el apoyo militar alemán debería incrementarse; otro 40% estuvo a favor de mantener la ayuda actual y un 23% señaló que debería disminuir.
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