1992 fue el año en el que Ana Obregón inició una tradición que ha ido arrastrando hasta nuestros días. Precisamente, esa fecha coincidió con el nacimiento de su hijo, Álex Lequio, quien desafortunadamente fallecía el 13 de mayo de 2020 a consecuencia del cáncer por el que estuvo luchando varios años. Tal era la expectación que generaba tanto ella como su pequeño, como su relación con el conde Lequio, que cientos de fotógrafos la esperaban en la playa que justo hay debajo de su casa en Palma de Mallorca.
Con la amabilidad que tanto la caracteriza, Ana hizo una promesa a los paparazzis. “Si vosotros os comprometéis a dejarnos tranquilos el resto de las vacaciones, yo os hago un posado espectacular mañana mismo”, dijo. Y, como era de esperar, la actriz cumplió su promesa, ya que, al día siguiente, bajó con su bebé de dos meses en los brazos y posó con un espectacular traje de baño.
De esta manera, Ana Obregón se convertía en la indiscutible ‘reina del verano’, al igual que ocurre cada 31 de diciembre, ya que también se ha convertido en todo un reclamo para despedir la noche más especial del año. Recientemente, Ana ha posado para la revista ¡Hola!, donde ha lucido su espectacular figura desde la residencia ubicada en el citado enclave balear.
La protagonista de la portada del miércoles 27 de julio eligió el color blanco y negro para su espectacular posado, colores que luce desde la partida de su hijo. Además, este posado lo ha realizado con fines solidarios, ya que lo recaudado irá destinado íntegramente a la Fundación Álex Lequio. «Ahora, este posado tiene otro sentido para mí. Un sentido solidario, porque sus beneficios irán destinados a la Fundación. En realidad, todo lo que hago en mi vida lo hago por mi hijo. Ahora mismo, nada me hace feliz. Tengo un tope de felicidad. Ahora mismo, lo único que me hace feliz es la fundación de mi hijo y el libro», indicaba Obregón.
La última vez que Ana posó fue a finales de julio, al volver de Estados Unidos, donde su hijo Álex había recibido un tratamiento para el cáncer que padecía y con el que parecía que se había curado. Ese verano fue uno de los más especiales para madre e hijo. “Nunca había valorado tanto las cosas que antes eran normales”, reconocía la actriz.
Sin embargo, la enfermedad regresó y Álex Lequio falleció, pero ha dejado un imborrable recuerdo y una impresionante lección de vida y entereza. El pasado 25 de junio habría soplado 30 velas y habría celebrado una nueva vuelta al sol junto a su madre, con una tarta de chocolate con forma de erizo, su preferida desde que era un niño. “Lo que me mata de pena es que yo era tan feliz… y no lo sabía”, añadía Ana a la citada publicación.