Portugal se encuentra desde este martes en riesgo excepcional de incendios. El 96% de los municipios (sin contar las islas) se encuentran en una situación de peligro “muy elevado” o “máximo”, según la previsión del Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA). Este mapa se mantiene, con pequeñas oscilaciones, hasta el próximo sábado.
La tregua que el fuego dio el lunes, que permitió contener el 70% de los siniestros activos el día anterior, ha durado apenas 24 horas. La subida de las temperaturas ha reactivado uno de los más graves, que comenzó el jueves en Ourém, en el centro del país, y se dio el lunes por controlado. El ayuntamiento de la cercana Leiria ha pedido a los vecinos de las zonas próximas que abandonen sus casas y se instalen en las instalaciones deportivas convertidas en puntos de acogida. Además, se ha cortado el tráfico en la autovía A-1 en el tramo entre Leiria y Pombal y en la IC2 y la IC8, ante la situación grave de la región de Leiria, donde están activos cinco incendios.
En declaraciones a la agencia Lusa, el alcalde de Leiria, Luís Albuquerque, explicó que de momento no se habían producido daños en viviendas y que las llamas han calcinado zonas de pinos, eucaliptos y matorrales. En el incendio de Ourém se han contabilizado 44 heridos, 37 agentes de protección civil y siete vecinos de la zona. “Esta es una situación extrema, nunca vivida en el país. El uso del fuego tiene que ser de tolerancia cero”, recalcó en una comparecencia ante la prensa el comandante de la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil, André Macedo Fernandes. Más del 50% de los incendios de Portugal son causados por negligencias, según Protección Civil.
La gravedad de la situación también está alterando el calendario musical y de ocio de Portugal, que había programado este verano como el de la recuperación de la normalidad tras dos años consecutivos de paralización debido a la pandemia. El Festival Super Bock Super Rock, que debía desarrollarse en una finca rural en Meco, en Setúbal, del jueves al sábado de esta semana, se ha trasladado al Parque de las Naciones en Lisboa. La promotora, que preveía una asistencia de entre 30.000 y 40.000 personas, ha tomado la decisión después de que Protección Civil desaconsejase su celebración. Igualmente se ha recomendado reacomodar la zona de acampada de la Concentración Internacional de Motos de Faro para alejarla del área arbolada e instalarla en una urbanizada sin riesgo de incendios. Los organizadores calculan que habrá unos 25.000 participantes.
El primer ministro, António Costa, reconoció “el enorme trastorno” que significa reprogramar actividades culturales y de ocio, pero destacó que “la seguridad de las personas está por encima de todo” y que los eventos deben ser “ajustados, transferidos o reprogramados”. “Es evidente que si millares de personas van para una zona forestal aumenta significativamente el riesgo de esa zona forestal”, señaló Costa, después de reunirse con la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil. Costa también descartó que el Gobierno tenga que plantearse indemnizar por las alteraciones causadas a los organizadores y avisó de que las alteraciones que sufrirán los eventos es “el menor de los problemas que el país tendrá que afrontar en los próximos días”.
El Gobierno ha decretado el estado de “contingencia” hasta el próximo viernes, que permite una movilización mayor de recursos para combatir los siniestros y establece restricciones a la población para evitar prácticas que contribuyan a provocar incendios, aunque la previsión meteorológica indica que esta situación se podrá ampliar más días dada la persistencia de la ola de calor. Costa hizo de nuevo un llamamiento a la “responsabilidad” individual para evitar situaciones de peligro y aseguró que todo el operativo de Protección Civil se encuentra “plenamente movilizado”.
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