Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reúnen este lunes y martes en una cumbre extraordinaria en Bruselas con el objetivo de seguir avanzando en el apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa y explorar cómo reducir la dependencia energética del bloque, si bien la agenda quedará marcada por la división que se mantiene entre los socios e impide la adopción del último paquete de sanciones que se discute desde hace semanas para embargar las importaciones de petróleo ruso.
Los socios intentaron sin éxito una solución durante el fin de semana que destrabara el acuerdo antes de la cumbre, a la que también fue invitado a participar por videoconferencia el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que reclama a la UE sanciones más duras contra Moscú.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, pidió por carta al presidente del Consejo, Charles Michel, que el asunto de las sanciones no llegara a la mesa de líderes, pero fuentes europeas consideran inevitable el debate aunque no se busque cerrar el acuerdo, sobre todo tras los cambios propuestos por Bruselas para tratar de salvar el veto húngaro.
Sobre la mesa de los Veintisiete figura ahora una propuesta que plantea una “distinción” entre las importaciones del petróleo llegado por mar, sobre el que se aplicaría un embargo completo ya a final de año, y la exención para el suministro ruso a través del oleoducto de Druzhba, por el que Hungría, Eslovaquia y República Checa reciben gran parte de su combustible.
Impedir la entrada por mar sería ya un golpe “enorme” a las importaciones rusas, según un alto funcionario europeo, que apunta que “al menos dos tercios” del crudo que llega a la Unión Europea desde Rusia lo hace por esta vía.
Sin embargo, esta alternativa a la propuesta inicial -que abogaba por un embargo progresivo sobre crudo y derivados hasta ser total en ocho meses, con un año de prórroga para Hungría y Eslovaquia- no cuenta por el momento ni con el apoyo de Budapest ni de otros socios que ven con recelo posibles distorsiones en el mercado por este trato diferenciado. Las fuentes consultadas advierten por ello que en todo caso no se aspira a un acuerdo en la cumbre sino a lo largo de “la próxima semana”, tras más trabajo a nivel técnico.
Mientras tanto, los líderes tienen en la agenda formal del Consejo europeo centrar los debates en las “necesidades humanitarias, de liquidez y de reconstrucción” de Ucrania, así como buscar soluciones para sacar del país la enorme producción de cereal bloqueado en los silos y puertos de este país desde la invasión rusa.
La comunidad internacional teme que esta situación genere una grave crisis alimentaria en los países más dependientes, principalmente en África, y en este contexto, también intervendrá de manera telemática en una de las sesiones el presidente de Senegal y presidente de turno de la Unión Africana, Macky Sall.
Además de llamar a establecer “corredores solidarios” que faciliten las exportaciones, incluido con la cesión de infraestructuras europeas, los líderes apuntarán también durante la cumbre la preocupación por el desabastecimiento de fertilizantes, también producidos en gran medida en Ucrania.
En cuanto al apoyo a la reconstrucción que ya anunció la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, que dijo que podría llegar a los 9 mil millones, los líderes prevén expresar su disposición a tal apoyo macrofinanciero, si bien dejarán claro que el apoyo a la reconstrucción “estará vinculado a la implementación de reformas coherentes con la perspectiva europea”, según el último borrador de conclusiones.
Los Veintisiete están comprometidos con el apoyo a Ucrania, si bien difieren en la urgencia por definir el modelo de ayuda o los plazos para la reconstrucción tras un conflicto del que por el momento no hay perspectivas de fin.
El otro debate clave de la cumbre extraordinaria es la ambición de reducir la dependencia energética de la Unión Europea del exterior, no solo diversificando las fuentes de suministro alternativas a Rusia para cortar los lazos con el Kremlin, sino también potenciando el desarrollo de energías renovables dentro del espacio común y favoreciendo las interconexiones.
Por ello, se espera que el documento final que validen los líderes confirme la determinación por “acelerar” el desarrollo de las energías renovables en la Unión Europea y apunte la necesidad de “invertir en infraestructuras de proyectos ya existentes y nuevos”, como reivindican países como España y Portugal, aunque fuentes europeas ven poco probable que se mencionen “proyectos específicos”.
En el apartado energético, los mandatarios también barajan encargar a la Comisión Europea que intensifique los contactos con socios internacionales para identificar modos de contener aumentos drásticos de precios, por ejemplo explorando la “viabilidad de introducir precios máximos temporales”.
(Con información de Europa Press)
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