A estas alturas todas tenemos claro lo importante que es llevar una alimentación saludable no sólo para tener un buen físico, sino también para cuidar nuestra salud. Ahora bien, cuando llega el verano y el calor hace acto de presencia nos solemos relajar: el aperitivo en el chiringuito de la playa, el helado en el paseo de la tarde… Por supuesto, podemos darnos este tipo de caprichos de vez en cuando, pero no deben convertirse en algo habitual. Parece que seguir con la dieta saludable en verano es algo muy complicado, pero con una serie de consejos básicos se puede lograr.
Bebidas naturales
En los meses de calor cometemos el error de abusar los refrescos y las bebidas azucaradas, que no nos hidratan en absoluto y, además, son perjudiciales para la salud. ¿Por qué no elegir mejor bebidas naturales? Tenemos muchísimas opciones muy sencillas a nuestro alcance: smoothies caseros elaborados con frutas de temporada, zumos naturales… ¡Y también infusiones frías!
Es tan sencillo como preparar nuestra infusión habitual, y dejar que se enfrío o añadirle hielo. Podemos preparar una buena cantidad y guardarla en la nevera durante dos o tres días. El té con limón es una de las mejores alternativas para refrescarnos, deshincharnos e hidratarnos en los meses de verano.
Hidratación
La hidratación es fundamental durante todo el año, pero muy especialmente en verano para evitar los golpes de calor y la deshidratación. Lo ideal es tomar dos litros de agua diarios, que podemos complementar con el consumo de frutas y verduras ricas en agua.
Por ejemplo, el melón, que apenas aporta calorías y es muy bueno para el sistema muscular y nervioso por su alto contenido en potasio. Además, es diurético.
Alimentos de temporada
Y, por último, para llevar una dieta saludable en verano debemos apostar por alimentos de temporada. En esta época del año hay muchas frutas y verduras que tienen propiedades antioxidantes y nos ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro tanto de la piel como de las células.
El aguacate es una fruta que podemos tomar en cualquier momento del día, y es uno de los mejores alimentos que existen: genera sensación de saciedad, cuida la salud cardiovascular y fortalece el sistema inmunitario.
Si tenemos claro cuál es nuestro objetivo, comer bien no es difícil. De lo que se trata es de adquirir hábitos saludables para que, si en algún momento nos apetece darnos un capricho, podamos hacerlo sin poner en peligro la salud.
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