El sentimiento de felicidad de los mexicanos está disminuyendo por diversos factores desencadenados por la pandemia de Covid-19, así como por el repunte de la violencia.
Estas conclusiones se derivaron de la conferencia “¿De dónde viene la felicidad?“, celebrada esta semana, en la que especialistas de la UNAM evaluaron el comportamiento que los mexicanos han manifestado en los últimos años, a raíz de la emergencia sanitaria.
Foto: Pixabay
La felicidad, explicaron los especialistas, se trata de un súbito trance de placer que se siente cuando algo está bien o mejora. El estado permanente de la misma es ilusorio; se va transformando y muchas veces cambia hacia el bienestar.
De acuerdo con el diagnóstico de Manuel Alonso González Oscoy, de la Facultad de Psicología de la UNAM, la pérdida de la seguridad económica y de salud desencadenados por la pandemia; junto con el recrudecimiento de la violencia en casa, que se intensifico en los meses de confinamiento, provocaron una baja en los niveles de felicidad de los mexicanos.
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En contraste, las entidades de Baja California y Baja California Sur se reportan como las más felices a diferencia de otras del norte del país como Sonora, Chihuahua o Coahuila, donde la inseguridad está presente. “La delincuencia organizada disminuye mucho la percepción de la felicidad”, indicó Oscoy.
Por su parte, Beatriz Georgina Montemayor Flores, del departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina, resaltó que a la situación de riesgo hay que sumar los efectos de la pandemia: la muerte de personas muy queridas y, en especial, el estado de incertidumbre que prevalece. Y añadió: “A los seres humanos nos gusta creer que tenemos la certeza de lo que va a suceder“.
Los especialistas explicaron que la felicidad tiene un comportamiento en U, porque cuando el ser humano es joven tiene un nivel alto de felicidad, al llegar a una edad madura disminuye y, al envejecer, se vuelve a incrementar este estado de ánimo.
Al respecto, González Oscoy precisó que el contacto hace sentir bien a los seres humanos; por ello, durante la pandemia, la ausencia de contacto entre las personas generó una sensación de tristeza y desazón, especialmente entre los adultos mayores.
Como contexto, el Índice de Bienestar de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), colocaba a México en 2019 en el asiento número 23 de la lista de países con mejores grados de bienestar, mientras que para 2021 se ubicó en el lugar 46.
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