Este verano, las picaduras de medusas se han convertido en una constante en las playas españolas. En Baleares, además, los bañistas están preocupados por unos peces mordedores. Quienes han sufrido sus mordeduras, señalan que se sienten como una «intensa picadura en las pantorrillas o los tobillos».
Se han registrado casos en Mallorca, Menorca e Ibiza, y las redes sociales se han llenado de testimonios de bañistas que cuentan lo que les ha ocurrido. Hay quienes se preguntan si esto es algo que ha pasado siempre en las playas de Baleares y ahora, al haber más medios para dar voz, todo el mundo se está haciendo eco de ello.
Los peces mordedores de Baleares
Joan Moranta, científico titular del IEO- Centro Oceanográfico Balear (COB), explica de qué pez se trata y aclarar algunas dudas que tienen los bañistas.
«Es un pez de la familia de los espáridos (Sparidae) que incluye las especies de las variadas o mojarra, y los sargos (Diplodus sargus) . Estos peces cuando comienzan a crecer y tienen un tamaño de aproximadamente medio centímetro se acercan a la orilla y, al encontrar el hábitat adecuado, se asientan en el fondo para continuar su reclutamiento, o lo que es lo mismo, su crecimiento», aclara el experto, según recoge ‘Crónica Balear’.
Los lugares favoritos de esta especie son las playas con piedras y arena, así como las calas muy rocosas. En verano, al haber un mayor número de bañistas, la interacción es inevitable. Los peces se dedican a morder pieles muertas y pequeñas heridas. Lo hacen como fuente de alimento, y todo apunta a que se acercan a los bañistas porque detectan un determinado olor que les llama la atención.
El científico comenta que «llegan a las zonas de costa a finales de mayo principios de junio cuando cuentan con apenas mes y medio. Por tanto, en los meses de junio, julio y agosto que coinciden con los bañistas y son un poquito mayores, unos 3 centímetros, es cuando comienzan a moverse más y a interactuar con nosotros».
Se trata de un pez muy común, que puede alcanzar los 40 centímetros de longitud en la edad adulta. Tiene una esperanza de vida de diez años y una de sus principales características es que tiene diente de humano. Cuenta con incisivos situados en la parte frontal de la mandíbula que usa para arrancar y cortar, y molares en la parte posterior con lo que tritura el alimento.
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