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Los peligros de los últimos días de la presidencia de Trump


Donald Trump no debe permanecer un día más de lo necesario en el Despacho Oval. Así de contundente han sido la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer. Describiendo a Donald Trump como una persona “muy peligrosa”, ambos líderes instaron al vicepresidente, Mike Pence, y al Gabinete de Trump a invocar la enmienda 25ª de la Constitución, que fue ratificada en 1967 tras el asesinato de John F. Kennedy como un procedimiento para sustituir a un mandatario “que no es capaz de llevar a cabo sus poderes y deberes” en la Casa Blanca. Pence, sin embargo, no está dispuesto a recurrir a la enmienda, según ha revelado una fuente cercana al vicepresidente citada por Business Insider y The New York Times.

“Es una emergencia”, dijo la demócrata de mayor rango en el Congreso y tercera autoridad del Estado, un día después de que los partidarios del presidente asaltaran el Capitolio azuzados por el mandatario, atrincherado en la Casa Blanca. Pelosi fue inequívoca al calificar la insurrección de “intento de golpe de Estado”. Schumer ya había declarado con anterioridad que “la forma más rápida y efectiva –que puede llevarse a cabo hoy mismo– de sacar al presidente del poder sería que el vicepresidente invocara con efecto inmediato la enmienda 25ª”. “Si el vicepresidente y el Gabinete se niegan a dar ese paso, el Congreso debería reunirse de nuevo [ahora está en receso] y poner en marcha el impeachment [juicio político] contra el presidente”, aseveró Schumer.

Tras la negativa de Pence a invocar la 25ª enmienda de la Constitución, pese a la presión de los demócratas y algunos republicanos, negativa que no ha hecho en público sino que el New York Times atribuye a una persona cercana al vicepresidente, Pelosi ha advertido que se verá obligada a someter, por segunda vez, a Trump a un impeachment. “Aunque solo queden 13 días, cada día puede ser una película de terror para América”, declaró la presidenta de la Cámara a la vez que calificó las acciones de Trump respecto al pasado miércoles como “un acto de sedición”.

La petición de aplicar la 25ª enmienda llegaba después de la barbarie acaecida en el Capitolio de la nación el miércoles, que ha llevado a destacados demócratas a la conclusión de que Trump es demasiado peligroso para seguir al frente del país hasta el próximo día 20, cuando Joe Biden jurará su cargo como nuevo presidente de Estados Unidos. Biden, de momento, guarda silencio respecto a tal procedimiento.

La iniciativa no era nueva. Miembros del Comité Judicial de la Cámara de Representantes mandaron una carta en la larga noche del miércoles a Pence en la que aseguraban que había quedado patente que Trump “no estaba en su sano juicio y era incapaz de procesar y aceptar los resultados de las elecciones de 2020”. “La disposición de Trump a incitar a la violencia y la agitación social para revertir el desenlace electoral es un claro ejemplo de ello”.

A pesar de que la enmienda 25ª nunca ha sido usada en circunstancias como las actuales —se redactó para casos en los que un presidente no pudiera cumplir con sus funciones por muerte o enfermedad—, los expertos citados por los medios estadounidenses consideran que sería el camino más rápido y realista para sacar de la Casa Blanca a Trump antes del próximo día 20 en lugar de plantear un nuevo impeachment.

¿Cómo se aplicaría esta enmienda? Para que Pence y una mayoría del Gabinete republicano puedan declarar que Trump no es apto para gobernar deben comunicarlo por escrito al Congreso. Si esta Cámara ratifica la solicitud, en ese momento Pence asumiría la presidencia. Pero, y este es un gran pero, la enmienda 25ª también otorga a Trump el poder de recurrir por escrito la decisión con su propia carta al Congreso, acción que le devolvería de inmediato sus poderes para gobernar. En ese supuesto, Pence y el Gabinete al completo tienen cuatro días para rechazar los argumentos del presidente y desautorizarle. Según informa el diario The Washington Post, no está claro quién ocuparía el poder en esos cuatro días.

Si transcurridos esos cuatro días desde que Trump presenta la carta en la que rechaza ser destituido Pence y el Gabinete se reafirman en su intención inicial e insisten en apartarlo, entonces entra en juego el Congreso. A partir de este momento el tiempo corre en contra de quienes reclaman la aplicación de la enmienda 25ª, que obliga al Capitolio a reunirse en 48 horas para decidir si destituye al mandatario. Desde ese momento, los legisladores tienen 21 días para tomar una decisión.

El siguiente factor importante en juego es el número de apoyos que requiere la maniobra. Porque la decisión de apartar a Trump debe de ser aprobada por una mayoría de dos tercios en ambas Cámaras del Congreso, lo que no parece posible debido al gran número de representantes republicanos que votaron en la madrugada del jueves a favor de apoyar las objeciones de Trump a los resultados de los votos del Colegio Electoral, que da una clara victoria a Biden.

Otro posible escenario es que los líderes de la Cámara y el Senado posterguen intencionadamente ese voto, parando el reloj que cuenta las horas hasta el día 20 y dejando así a Pence en el poder hasta que se lo pueda traspasar a Biden el día de la toma de posesión. Durante todo ese tiempo, el vicepresidente Mike Pence, exgobernador y antiguo congresista por Indiana, sería el presidente de Estados Unidos.

El republicano que planta cara a Trump

A la iniciativa demócrata para invocar la 25ª enmienda solo se sumó ayer un republicano. “Es hora de invocar la enmienda 25ª y poner fin a esta pesadilla”, declaraba el congresista Adam Kinzinger, representante por Illinois, convirtiéndose así en el primer republicano en pedir la revocación del mandatario. “El presidente no es apto para el cargo y el presidente no está bien”, declaró con dureza.

“He estado en combate y esto es combate político”, aseguraba el republicano de 42 años que recordaba que Trump mantiene el control de los códigos nucleares que harían estallar la geopolítica mundial en manos de un loco. Adam Kinzinger, veterano de la Fuerza Aérea, era el primero en abandonar la parálisis de sus colegas de partido. “Necesito ser capaz de mirarme cada mañana en el espejo. No necesito este trabajo”, declaró Kinzinger, a pesar de los rumores de que aspira al cargo de gobernador de su Estado. “Es hora de mirar hacia adelante, he estado aquí diez años, pero hacer lo correcto es lo que trae paz a tu vida”, concluyó.

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