La revisión que la serie The Crown está haciendo de la historia más reciente de la familia real británica ha provocado una oleada de indignación entre sus miembros, en especial Carlos de Inglaterra, uno de los grandes protagonistas de la última temporada. Como viene siendo habitual desde que se estrenó este éxito de Netflix no hay declaraciones oficiales de palacio pero sí informaciones que parten del entorno de los Windsor y llegan a los medios de comunicación. Una de estas fuentes asegura que el príncipe de Gales está enfurecido por cómo los guionistas han versionado la serie con un presupuesto propio de Hollywood y acusa a la productora de explotar el dolor de la familia real para obtener ganancias financieras “presentando como hechos una versión retorcida de lo que ocurrió”. En esta temporada, estrenada el pasado domingo, Carlos es presentado como un hombre frío con Diana de Gales con la que se casa sin apenas conocerla, a la que desprecia y le es infiel con Camilla Parker Bowles desde el primer minuto de su relación, a la que llegó por obligación y no por amor.
En una serie de intervenciones públicas muy inusuales que demuestran la profunda preocupación de la familia real, portavoces oficiosos se han alineado para criticar a Netflix. “Esto es un drama y un entretenimiento con fines comerciales que se hace sin tener en cuenta a las personas involucradas”, dijo una de estas fuentes al Daily Mail. “En este caso, es arrastrar cosas que sucedieron en tiempos muy difíciles hace 25 o 30 años sin pensar en los sentimientos de nadie. Eso no es correcto ni justo, especialmente cuando muchas de las cosas que se muestran no representan la verdad”.
La cuarta temporada del exitoso drama cubre los años desde el asesinato de lord Mountbatten en 1979 hasta el derrocamiento de Margaret Thatcher en 1990. Pero es la descripción de un Carlos insensible y egoísta que se encuentra y se casa con una Diana inocente mientras mantiene su romance con Camilla Parker-Bowles, entonces casada, lo que ha provocado tanta ira. Todo esto llega en un momento delicado para el heredero con encuestas que indican que los británicos prefieren que sea su hijo Guillermo quien ocupe el trono una vez lo deje Isabel II y tras muchos años en los que ha trabajado para dejar a un lado la historia que protagonizó con Diana, que a diferencia de él supo ganarse el favor popular.
“La nueva serie pinta al príncipe y la duquesa de una manera muy poco halagadora. Al menos al comienzo de los realities shows como The Only Way Is Essex, se advierte de que algunas escenas se han inventado para el entretenimiento”, dijo una fuente de palacio. “El público no debe dejarse engañar pensando que esta es una descripción precisa de lo que realmente sucedió”.
Hay dos escenas de The Crown que han indignado al príncipe Carlos especialmente. Una está relacionada con la muerte de lord Mountbatten. En la ficción, el conde le envía una carta poco antes de morir en un atentado del IRA. En ella, Mountbatten comunica a Carlos su decepción por seguir manteniendo una aventura con Camilla Parker Bowles y no cumplir con su deber de encontrar una esposa. En ese mismo capítulo, el heredero califica de “traidor” a su tío abuelo. Poco después este muere. Lo cierto es que ni hay pruebas de la existencia de esa carta ni de las diferencias entre ambos en esos momentos previos al atentado. Tampoco que la muerte de Mountbatten precipitara la decisión de Carlos de contraer matrimonio.
El otro momento de la cuarta temporada que ha molestado profundamente al príncipe es cuando se cuenta que el duque de Edimburgo amenazó duramente a Diana de Gales cuando esta dejó de hablar a su esposo. Esta actitud alimenta la supuesta teoría de que el marido de Isabel II pudo estar detrás del accidente en París que le costó la vida a la princesa, algo que nunca se ha podido probar.
A los hijos de Diana parece que les ha dolido más las escenas que muestran a la princesa atiborrándose de comida antes de vomitar en un inodoro. Esa perspectiva y el recordatorio muy público de la amarga separación de sus padres han irritado especialmente a Guillermo de Inglaterra. Esta polémica llega en un momento delicado para la familia real tras el contrato que Enrique de Inglaterra y Meghan Markle han firmado con Netflix por valor de 100 millones.
La reina Isabel y el duque de Edimburgo se mostraron más molestos en temporadas anteriores cuando, por ejemplo, se mostró al duque teniendo un romance con una bailarina durante la segunda entrega.
Una fuente de palacio acusó a Netflix de no darse cuenta de que todavía quedan cicatrices de la amarga separación de Carlos y Diana. “Estos eventos no son la historia de hace 100 o incluso 50 años. El dolor sigue siendo intenso y no ha pasado suficiente tiempo”, dicen. “La ficción se vuelve más atractiva que los hechos y dramatizar estos dolorosos momentos de rupturas matrimoniales y niños es muy insensible”.
La biógrafa real Sally Beddell Smith dijo: “The Crown es una obra de ficción y el nivel de invención ha ido creciendo. Si bien las temporadas anteriores fueron piezas de época, la cuarta temporada es historia reciente, por lo que parece más cruel en sus representaciones falsas”.
El diputado conservador Daniel Kawczynski por su parte ha añadido: “Lamento mucho que Netflix esté buscando beneficiarse de un proyecto de este tipo, que realmente echa sal a las heridas. Cada familia tiene sus dramas y traumas emocionales. Será interesante ver si las personas deciden cancelar sus suscripciones”.
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