Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, se perfila como ganador de las presidenciales en Bolivia celebradas este domingo. Según dos sondeos a pie de urna, Arce lograría alrededor del 53% de los votos, lo mismo que Morales consiguió en 2005, cuando ganó su primera elección. Estas primeras cifras, a falta del recuento oficial, por encima de las expectativas del propio MAS, han causado un terremoto en la política boliviana. El partido de Morales dejó el poder de manera violenta hace un año, tras precisamente unas elecciones que la oposición tachó de fraudulentas. La movilización en las calles contra Morales obligó al hoy expresidente a exiliarse, dando lugar a un Gobierno interino que hizo de la lucha contra el MAS su principal ocupación y objetivo.
Inmediatamente después de la difusión de estos sondeos, la presidenta interina, Jeanine Áñez, reconoció en un tuit la victoria de sus rivales políticos. “Aún no tenemos cómputo oficial, pero por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. (David) Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia”. Los sondeos fueron realizados por la iniciativa Tu Voto Cuenta para Cadena A, y por Ciesmori para las cadenas de televisión Unitel y Bolivision.
Los resultados oficiales se conocerán en un par de días, pero es difícil que cambien una tendencia tan clara. En ellos, Carlos Mesa ha quedado segundo, con alrededor del 30% de los votos. Luis Fernando Camacho, líder en Santa Cruz, obtuvo el 14% de la votación nacional.
Por alguna razón que no ha quedado muy clara, la presentación de los recuentos extraoficiales se postergó mucho más de lo esperado. “Las empresas encuestadoras se niegan a publicar el resultado en boca de urna por más de tres horas. Se sospecha que algo están ocultando”, dijo Evo Morales desde Argentina, donde se encuentra como refugiado desde diciembre, poco antes de que los datos finalmente se liberaran. Las encuestadoras, en cambio, argumentaron dificultades técnicas para consolidar una muestra fiable.
Después de enterarse de la gran diferencia que le favorece, Luis Arce dio un discurso notoriamente calmado: “Hemos recuperado la democracia y hemos recuperado la esperanza. Nuestro compromiso es trabajar, llevar adelante nuestro programa. Vamos a construir un Gobierno de unidad nacional, vamos a construir la unidad de este país”, prometió. En un toque autocrítico que siempre se dijo que le faltaba a Evo Morales, aseguró que va a “reconducir el ‘proceso de cambio’ aprendiendo y superando errores”. Morales, por su parte, repitió que los bolivianos “recuperaron la patria” y festejó: “Lucho [Arce] presidente”.
La campaña de Carlos Mesa no ha querido pronunciarse sobre estos resultados y ha pedido esperar a que el recuento oficial termine.
El expresidente Evo Morales, durante una rueda de prensa. En vídeo, parte de sus declaraciones.
Una elección en paz
Los comicios en Bolivia se celebraron sin incidentes destacados, con alta asistencia de la población y gran presencia de efectivos militares y policiales en las calles. Hubo largas filas ante los centros electorales porque las medidas de bioseguridad por la covid-19 hicieron más lento el procedimiento de votación. Contra lo que se temía, los ciudadanos que habían sido nominados como jurados electorales asistieron y permanecieron al lado de las urnas las nueve horas que estuvieron abiertas.
Se espera que el recuento oficial termine el lunes, pero puede durar hasta el martes e incluso más. “Queremos destacar la tranquilidad de la ciudadanía. Los ciudadanos tuvieron paciencia, porque la jornada ha tenido características singulares por la necesidad que tuvimos de adaptarnos a los retos del coronavirus. La votación ha sido más lenta, pero ha fluido. Nuestro balance es satisfactorio”, resumió Salvador Romero, presidente del Tribunal Supremo Electoral.
Pese a la división de los horarios de votación para evitar aglomeraciones, las escuelas en las que se colocaron las urnas estuvieron colmadas de gente. En Bolivia el voto es obligatorio y el índice de absentismo resulta tradicionalmente muy bajo (entre el 10% y el 15%). Se suponía que esta vez, por la pandemia, habría menos participación de las clases medias que de las clases bajas, lo que podría favorecer a Luis Arce, del MAS. En la última semana, las autoridades del Gobierno interino y los candidatos contrarios al MAS pidieron intensamente que la gente no dejase de votar.
Poco después de finalizada la votación, la presidenta interina, Jeanine Áñez, apareció en la televisión, con los ministros de Defensa y Gobierno (Interior) y los comandantes de la Policía y las Fuerzas Armadas a sus espaldas. Agradeció a la población por la tranquilidad en el día de la votación y recordó que los resultados se conocerán en unos días. Por eso pidió tres cosas concretas: paciencia, cumplir la ley y recordar que, antes que cualquier cosa, son bolivianos, más allá de sus diferencias.
La noche previa a la votación, grandes despliegues de policías, soldados y vehículos militares patrullaron las calles de las principales ciudades de Bolivia. Las escuelas en las que se votó también estuvieron fuertemente custodiadas. El viceministro de Seguridad, Wilson Santa María, publicó en las redes sociales fotografías de las tropas con la frase “Los estamos cuidando”. La cantidad exacta de efectivos movilizados se conserva como “secreto de Estado”.
“Nosotros no tomamos el poder por la vía armada. Tomamos el poder por la vía democrática, entendemos que es la forma de hacerlo”, dijo el candidato Arce tras depositar su voto. “Quiero pedirles que no caigamos en ningún tipo de provocación. La gran lección que nunca debemos olvidar es que la violencia solo genera violencia y que con ella perdemos todos”, señaló por su parte Evo Morales. El expresidente también se refirió a los rumores sobre su inminente retorno al país, que sus adversarios hicieron circular en los últimos días con el objetivo de atemorizar a los votantes urbanos que rechazan su figura. “Ante tanto rumor sobre lo que haré, quiero decirles que la prioridad es exclusivamente la recuperación de la democracia”.
El principal problema de esta elección ha sido la suspensión del sistema de transmisión rápida de resultados preliminares, que debía permitir que se supiese en pocas horas quien ganó las elecciones. El Tribunal Electoral decidió esta suspensión el sábado, después de que fracasara una prueba de la seguridad del sistema que había montado. Era un sistema nuevo, pues el anterior había sido cuestionado como uno de los mecanismos de fraude en las elecciones que fueron anuladas, por esta razón, hace un año.
Entonces, el Gobierno de Morales insistió en que el mecanismo de recuento rápido no era legalmente vinculante y que, por tanto, no podían considerarse sus deficiencias como pruebas de un fraude. Ahora, los portavoces del MAS afirman que la anulación de este mecanismo en estas elecciones les ha dado la razón: el único recuento con valor legal es el físico, que en 2019 fue menos cuestionado que el otro, aunque también se lo consideró fraudulento.