Prácticamente todas las comunidades autónomas han instaurado la obligatoriedad del uso de la mascarilla, con independencia de que se pueda mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros. Una medida necesaria para frenar el avance de los numerosos rebrotes de coronavirus que se han dado en las últimas semanas.
Ahora bien, hay que prestar especial atención al tiempo recomendado de uso de las mascarillas, y no excederse. De lo contrario, los riesgos para la salud son muy altos. No hay que olvidar que cuando llevamos puesta la mascarilla higiénica se acumulan un gran número de bacterias en el tejido. Por lo tanto, si en vez de las cuatro horas estipuladas, la reutilizamos de manera indefinida, dichas bacterias pueden acabar afectando a la salud.
Los profesionales sanitarios explican que la inhalación continuada de las bacterias que se acumulan en las mascarillas, a lo que que sumar la falta de efectividad por el uso excesivo, supone un alto riesgo de sufrir una neumonía bacteriana. La neumonía es una enfermedad que afecta al sistema respiratorio, y que evita que el oxígeno circule correctamente por el organismo.
El principal problema es que la gran mayoría de las bacterias de las vías respiratorias superiores o de la boca pueden acabar produciendo una infección de las vías respiratorias inferiores. Algunos de los síntomas más habituales son los siguientes: tos seca, fiebre y dificultad respiratoria.
Esto supone un gran peligro para todo el mundo, pero muy especialmente para quienes han superado el coronavirus, o están en proceso de recuperación. La gran carga bacteriana por el uso indebido de la mascarilla puede agravar el problema.
Además de la neumonía, existe otro riesgo relacionado con el uso de la mascarilla durante un periodo de tiempo excesivo: también puede favorecer la aparición de crisis asmáticas.
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