Podrías excusarte por pensar que la empresa alemana de robótica Festo no hace más que armar fabulosos prototipos de robots construidos para parecerse a canguros, medusas y otros seres vivos. De hecho, en realidad hacen robots industriales reales, pero es difícil no maravillarse con sus experimentos biomiméticos; Caso en cuestión, el brazo móvil emplumado BionicSwift y el absurdo BionicMobileAssistant.
Festo ya tiene un robot de aves voladoras, escribí sobre eso hace casi 10 años. Incluso hicieron un murciélago volador como seguimiento. Pero el BionicSwift es más impresionante que ambos porque, en un esfuerzo por parecerse más a su inspiración aviar, vuela con plumas artificiales.
“Las láminas individuales [i.e. feathers] están hechos de una espuma ultraligera, flexible pero muy robusta y se colocan uno encima del otro como tejas. Conectadas a una pluma de carbono, están unidas a las alas reales de la mano y el brazo como en el modelo natural ”, escribe Festo en su descripción del robot.
Las laminillas articuladas permiten que el ala trabaje como un pájaro, formando una pala poderosa en la carrera descendente para empujar contra el aire, pero separándose en la carrera ascendente para producir menos resistencia. Todo se controla a bordo, incluido el sistema de posicionamiento en interiores que el pájaro fue aparentemente construido para demostrar. Las bandadas de BionicSwifts pueden volar en espacios reducidos y evitarse usando una configuración de banda ultra ancha.
Parece que BionicMobileAssistant de Festo sería más práctico, y en cierto modo lo es, pero no por mucho. El robot es básicamente un brazo que emerge de una base con ruedas, o más bien una bola. El fondo esférico es impulsado por tres “omniwheels”, lo que le permite moverse fácilmente en cualquier dirección mientras minimiza su huella.
La mano es un escaparate del diseño moderno de pinzas robóticas, con todo tipo de tecnología de punta, pero el resultado es menor que la suma de sus partes. Lo que hace que una mano robótica sea buena en estos días es menos que tenga cien sensores en la palma y los dedos y una gran movilidad para su pulgar, sino más bien inteligencia sobre lo que está atrapando. Una pinza sin adornos puede ser una mejor “mano” que una que parece real debido al software que la respalda.
Sin mencionar que la estrategia de movimiento esférico constituye una base inestable. Es revelador que el robot está transportando bufandas y no platos de comida o partes.
Por supuesto, es una tontería criticar una máquina así, que es aspiracional más que práctica. Pero es importante entender que estas fascinantes creaciones de Festo son pistas de un posible futuro más que nada.
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