Los restos arqueológicos de la capital del reino visigodo, Toledo, se encuentran en una “situación de deterioro crítico”, según el informe que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha redactado a petición del Ministerio de Cultura. El suburbium de la ciudad —donde se alzaban las basílicas y los principales edificios administrativos del reino y que ocupaba unas 145 hectáreas a los pies del actual casco urbano de Toledo (zona conocida como Vega Baja)—, está sufriendo un proceso de “expoliación” a causa de “actuaciones censurables de la propia Administración”, señala el estudio al que ha tenido acceso EL PAÍS.
Sobre esta área, el Ayuntamiento de Toledo tiene previsto construir más de 1.300 viviendas, lo que, según la Real Academia, puede obligar “a poner en marcha el procedimiento de defensa del Patrimonio Histórico Español contra la expoliación previsto en el artículo 4 de la Ley de 25 de junio de 1985”. Este articulado señala que el Gobierno central podrá requerir al autonómico que evite “con urgencia” el expolio y que, en caso de desatender su orden, lo hará él mismo para “la recuperación y protección, tanto legal como técnica, del bien expoliado”.
A mediados del siglo VI el rey visigodo Teudis erigió la nueva capital en Toledo, que llegó a ser en el siglo VI la ciudad más importante de Europa tras Constantinopla. Se trataba de un conjunto palatino en el que se levantaron los más importantes edificios del reino, incluida las basílicas de Santa Leocadia o la de San Pedro y San Pablo, donde se coronaba a los monarcas, y un gran palacio con muros de más de 1,5 metros de grosor, unidos por calzadas de hasta seis metros de anchura. La invasión árabe acabó con la ciudad y sus muros terminaron cubiertos por toneladas de tierra.
A principios de esta década se llevaron a cabo los primeros trabajos de excavación, pero pronto fueron abandonados. La superficie fue declarada cuatro veces BIC (la máxima protección legal y, por tanto, intocable). Sin embargo, los diversos ayuntamientos que han pasado dieron el visto bueno a la urbanización parcial de los terrenos. Primero se dividieron las 145 hectáreas con vías para el tráfico de doble carril, se construyeron glorietas y se acotaron varias zonas separadas donde se había levantado la ciudad.
La superficie total ha ido así reduciéndose y rodeándose de modernas edificaciones acristaladas de cemento y ladrillo con espectaculares vistas al casco de Toledo, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. “Una suerte de muro visual, quebrando la posibilidad de contemplar el centro histórico de la ciudad, a la vez que muestra poco respeto hacia el paisaje protegido” y “a pesar de las cautelas que la UNESCO ha hecho explícitas al respeto”, se lee en el texto.
El informe arremete también contra la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por construir la sede de la Consejería de Obras Públicas sobre el yacimiento, “una actuación censurable”, “que no ayuda a entender el modelo respetuoso con el entorno ni el paisaje” teniendo en cuenta que Toledo está incluido “en la Lista de Patrimonio Cultural por su Valor Universal Excepcional”.
La Academia, que refrenda una denuncia contra la destrucción del yacimiento interpuesta por el profesor de Historia de la UNED Manuel Antonio Zárate y miembro de la Asociación Toledo, Sociedad, Patrimonio y Cultura, se queja de que no se cumpla lo aprobado por las administraciones. “A finales de 2019, nada del museo, nada del plan director de la Vega Baja” abocando al yacimiento a un “deterioro crítico” que impide trasladar a “la sociedad el interés y alcance de este excepcional conjunto protegido por ley”. Y acaba su estudio exigiendo “la inmediata elaboración de un Plan Especial de Protección” o que, en caso contrario, el Ministerio de Cultura tome el control.
Cuatro piedras con mucha historia
Recientemente un constructor de Toledo afirmó que el yacimiento de la Vega Baja -donde está previsto levantar más de 1.300 pisos- eran “cuatro piedras” sin valor histórico alguno. Sin embargo, los informes de los organismos científicos y culturales más importantes del mundo desmienten esta aseveración.
El Informe sobre la posible afección de proyectos consolidados y en curso de la Vega Baja de Toledo, realizado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), organismo asesor de la UNESCO, asegura que bajo estos terrenos existen “monumentos y restos históricos de diferentes épocas, desde evidencias prehistóricas a romanas o de la capital que ordenó erigir el rey Teudis” .
Por ello, ICOMOS aseguró que iba a dar parte al “Centro de Patrimonio Mundial [de la UNESCO] de los problemas que adolece actualmente el sitio y de la necesidad de tomar medidas urgentes”. Toledo es Patrimonio Mundial de la Humanidad. Las “cuatro piedras” de la Vega Baja no son menos.
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