La fase uno del desconfinamiento ha estado repleta de reencuentros, como el de los hermanos Verdasco: Fernando, Sara y Ana. Esta última ha sido la encargada de compartir en las redes sociales la estampa fraternal: un selfi que toma el tenista y donde se ve a ambas y el avanzado embarazo de la esposa del músico Juan Carmona. El tenista, su esposa Ana Boyer y el hijo de la pareja, Miguel, pasan este periodo de tiempo en Miraflores, la lujosa residencia de Isabel Preysler en la urbanización madrileña de Puerta de Hierro. Allí, cuando las normas lo han permitido, los Verdasco han visitado a los suyos. Y es que la relación de ambas familias es excelente. Pasan tiempo de ocio juntos y celebran todos los días importantes incluyendo parte de la Navidad.
“Contando los días para tenerlas conmigo”, escribió recientemente Sara Verdasco en Instagram. La hermana del tenista ya se encuentra en la etapa final de la gestación. Quien descubrió que esperaba gemelas fue Tamara Falcó, hermana de su cuñada.
A sus 33 años Sara Verdasco estrena maternidad y nueva andadura profesional. A finales del año pasado inauguró una clínica de estética homónima en la calle de Gaztambide, en el barrio madrileño de Chamberí. Un centro que ya ha visitado su hermano, que quiso compartir con sus seguidores su experiencia: “Finalmente probando la nueva clínica estética Sara Verdasco. Qué placer de tratamiento… Estaría todo el día aquí metido dándome masajes. Solo puedo decir que en cuanto vuelva a Madrid voy de nuevo para hacerme otro tratamiento igual”.
No es el primer negocio de estas características en la familia. La matriarca de los Verdasco, Olga Carmona, abrió en 2018 Cadó Just Beauty, en Majadahonda (Madrid). En cambio el padre, José Verdasco, está más enfocado en la hostelería, dueño de algunos de los locales con más solera de Madrid. Entre todos ellos destaca el Café de Chinitas, inaugurado en 1970. Aún lo regenta y mantiene su famoso tablao flamenco. Una referencia en la capital por la que han pasado personalidades como Lady Di o Bill Clinton. Los conocidos como el clan del cocido también tienen otros dos restaurantes especializados en este guiso. La Bola, uno de los más populares de la capital, situado junto al Senado y del que se encarga Mara Verdasco, prima del tenista. Y La Rayúa, en el barrio de Malasaña, que recibe el nombre porque así se conocía a la tatarabuela del tenista, Cándida Santos, fundadora del negocio en 1870. La sucursal de La Rayúa en Majadahonda cerró hace dos años. Hubo rumores de crisis, pero el padre de la familia siempre explicó que la decisión estuvo motivada por la falta de relevo generacional en el negocio y su necesidad de disfrutar de más tiempo libre.
La hermana pequeña ha encaminado sus pasos hacia el mundo de la moda. Ana Verdasco, de 21 años, se define en su perfil de Instagram como estilista de moda junior y asistente de moda. En esta red social se aprecia su pasión por su profesión, con fotografías en la Semana de la Moda de Milán, en desfiles o compartiendo noticias del sector.
Nadie diría que la joven pertenece a la saga de los Verdasco. Su tez blanca, su melena rubia y sus ojos verdes contrastan con los rasgos morenos del resto de la familia, vinculados al mundo gitano a través del Café de Chinitas y el enlace de Sara Verdasco con Juan Carmona, sobrino del cantante Antonio Carmona. Su boda, celebrada en 2016 en Boadilla del Monte (Madrid), estuvo repleta de flamenco, alegría y otras sagas familiares calé, como los Flores. Cabe destacar que Sara Verdasco sabe bailar flamenco desde que era una niña.
Unos meses después de contraer matrimonio, la pareja sufrió un grave accidente en Miami. Cuando paseaban en bicicleta por la ciudad estadounidense a principios de 2017, fueron arrollados por un vehículo que después se dio a la fuga. Sara Verdasco se llevó la peor parte: el impacto le provocó un coágulo de sangre en la cabeza y una fractura de pelvis en cuatro partes, lo que la obligó a permanecer en silla de ruedas durante un tiempo. Poco a poco se fue recuperando, algo milagroso según los médicos que la atendieron, y tuvo que esperar un tiempo hasta poder quedarse embarazada.
Cuando nazcan sus hijas, jugarán con su primo Miguel, el hijo de Fernando Verdasco y Ana Boyer que ya tiene un año. Con él han pasado el periodo de confinamiento en Miraflores. Están acostumbrados a llevar una vida nómada debido al trabajo, especialmente por los torneos en los que compite el tenista, y cuando regresan a Madrid suelen alojarse en este inmueble de su suegra. Pero no lo hacen porque no dispongan de casa propia. Verdasco tiene cuatro propiedades registradas a su nombre. Por un lado, dos apartamentos de veraneo en El Rompido (Huelva), que suman 150 metros, con garaje y piscina. También un pequeño piso de 40 metros cuadrados en el exclusivo barrio de Salamanca en la capital, adquirido en el mejor momento, en el año 2015. La joya de sus inmuebles es una casa en Pozuelo, junto a la lujosa urbanización La Finca. Una vivienda de 600 metros cuadrados, tres plazas de garaje, porche y piscina, valorada en casi dos millones y medio de euros y que fue hipotecada en 2009 por más de un millón. La opción más factible para un hipotético traslado del matrimonio y su hijo a Madrid, aunque también podrían decantarse por el chalet de 900 metros y casi 2.000 de parcela que tiene en la urbanización El Bosque, en Villaviciosa de Odón (Madrid).