El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, dijo el lunes que Krystsina Tsimanouskaya, una velocista de su país que desertó en los Juegos Olímpicos de Tokio, fue “manipulada” por fuerzas externas y no habría huido al extranjero de otra manera.
Lukashenko, que sonó desafiante en el primer aniversario de unas elecciones que, según los opositores, fueron manipuladas para permitirle ganar, negó ser un dictador y dijo que no estuvo involucrado en la muerte de un activista opositor que fue hallado ahorcado la semana pasada en Kiev.
“Bielorrusia está hoy en el centro de atención de todo el mundo”, dijo Lukashenko en una conferencia de prensa de una hora en el edificio del palacio presidencial en la capital, Minsk.
Según afirmó, ganó las elecciones presidenciales de manera justa el 9 de agosto del año pasado y salvó a Bielorrusia de un levantamiento violento, alegando que algunas personas se habían estado “preparando para unas elecciones justas, mientras que otras estaban pidiendo (…) un golpe de estado“.
Decenas de miles de personas salieron a las calles en 2020, en la mayor serie de protestas contra el gobierno de Lukashenko desde que asumió la presidencia en 1994. El gobernante respondió con una ofensiva contra los opositores en la que muchos fueron arrestados o se exiliaron en el extranjero.
Bielorrusia volvió a ser el centro de atención internacional la semana pasada, cuando la velocista Krystsina Tsimanouskaya huyó a Varsovia tras una disputa con su equipo de entrenadores que, según ella, querían obligarla a volver a su país.
“Ella no lo habría hecho por sí misma, fue manipulada. Fue desde Japón, desde Tokio que se puso en contacto con sus amigos en Polonia y le dijeron, literalmente, que cuando llegara al aeropuerto, corriera hacia un oficial de policía japonés y gritara que los que la dejaron en el aeropuerto eran agentes de la KGB”, dijo Lukashenko.
“No había un solo agente de servicios especiales en Japón”, agregó.
Con información de Reuters
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