Por primera vez, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT) ha dicho, si bien indirectamente, que será candidato a la presidencia de Brasil en 2022. Cuando se le preguntó en una rueda de prensa qué razón le haría no lanzar una candidatura el próximo año, respondió que Dios o la dirección del PT, dirigida por la diputada Gleisi Hoffmann, del Estado de Paraná. “Imagínate que Gleisi y la dirección nacional encuentran a un tipo que ella se está guardando, lo lanzan a última hora y se deshacen de Lula. No le quito el ojo”, dijo sonriendo el expresidente. Hasta ese momento, el político siempre había sido muy cuidadoso al tratar el tema. Antes había dicho que no se decidiría hasta principios del año que viene y que siempre había tratado la candidatura con el condicional: “Si soy candidato…”.
A pesar de su celo en no admitir con todas las letras que se presentará contra Bolsonaro, Lula ha llevado a cabo una agenda típica de candidato. Ya ha realizado viajes al nordeste de Brasil, donde se reunió con políticos, sindicatos y movimientos sociales, y esta semana ha pasado los últimos seis días en Brasilia. En la capital federal, se reunió con diplomáticos africanos, gobernadores y vicegobernadores de los nueve estados del Nordeste, se entrevistó con dirigentes del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y del Partido Social Democrático (PSD), diputados federales, senadores y exparlamentarios del propio PT y del Partido Democrático Laborista (PDT), Partido Socialista Brasileño (PSB), Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y Solidaridad, y participó en actividades con activistas de izquierda y representantes de los recolectores de materiales reciclables.
Líder en los sondeos electorales y con posibilidades de ganar la disputa de 2022 en primera vuelta, Lula se encuentra en una posición cómoda, aunque las últimas proyecciones indican un mayor interés de los votantes por alternativas a la disputa Bolsonaro contra Lula. Una encuesta de Atlas Político, plataforma de control de cargos políticos, realizada en septiembre mostró que el 28% de los votantes anhelan una candidatura diferente. En julio llegaban al 23%. Lula ha evitado exponerse en lugares en los que no tendría apoyo incondicional. No quiere dar lugar a situaciones como la que sufrió el exgobernador Ciro Gomes, candidato presidencial del PDT, el pasado 2 de octubre en un acto por la destitución de Bolsonaro. Gomes fue abucheado por los participantes en la protesta, a los que posteriormente llamó “fascistas de rojo”.
Sin embargo, como la política corre por sus venas, Lula no puede quedarse quieto. Dijo que está estudiando la posibilidad de asistir a la próxima protesta contra Bolsonaro, prevista para el día 15. Al ser consultado sobre el tema, primero dijo que su partido sí ha abogado por la destitución de Bolsonaro y que él no ha estado en ningún acto contra el presidente porque asumiría un gran protagonismo. “No he contribuido ni contribuiré a convertir el acto en uno político. Porque cuando me suba al camión, se estará subiendo al camión el primer situado en todas las encuestas de opinión pública y que puede ganar las elecciones en la primera vuelta”.
Después, dijo que no sabía si estaría en la próxima protesta. “No sé si iré el día 15. No lo sé. Dependerá de las circunstancias y del momento”. Luego dijo que un impedimento para su participación sería un viaje que hará a Berlín, Bruselas, París y Madrid en noviembre, donde mantendrá una serie de encuentros típicos de figuras con proyección internacional. Está previsto que se reúna con los líderes del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), reciente ganador de las elecciones, además de con empresarios y políticos de otros países.
Sobre los ataques sufridos por Ciro Gomes, el expresidente restó importancia a la agresión sufrida por su exministro. “En este país solo no se ha abucheado a quien nunca ha dado un mitin” Según él, no se puede “restar importancia al acto porque se produjo un incidente con unas pocas personas abucheando a Ciro Gomes”. Lula envió mensajes al político, diciendo que Gomes obstaculiza su propia campaña. “Ciro solo tiene que cuidar más de sí mismo. No hay nadie que le haga daño a Ciro, es él. Cuando él se quiera, cuando se dé cuenta de que hay que pensar antes de hablar, se dará cuenta de que todo mejorará. No es la primera campaña de Ciro, es la cuarta”
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El expresidente brasileño dijo que Bolsonaro es incompetente y miente todo el tiempo, lo calificó de “manga de viento de aeropuerto” y “maluco beleza” (en alusión a una conocida canción del rockero Raul Seixas, que vendría a ser algo como “bonito loco”). Añadió que tiene sus propios “milicianos” e ironizó sobre sus idas y venidas tras los actos antidemocráticos que promovió el 7 de septiembre. “El 7 de septiembre por la mañana, ruge como un león, y el 8 de septiembre por la tarde, maúlla como un gatito”, dijo en referencia a las amenazas contra el Supremo Tribunal Federal, que más tarde desembocaron en una carta en la que retractaba.
Lula también se quejó de que, poco más de diez años después de dejar la presidencia, el país estaría en retroceso. “Es una tristeza ver que todo lo que hemos conseguido se está deconstruyendo” En poco más de una hora y 20 minutos de conversación con medio centenar de periodistas, Lula también señaló que quiere dejar atrás la Operación Lava Jato y que, para ello, pretende hablar con mucha gente para presentar un proyecto de gobierno para el país, incluyendo sindicalistas, movimientos sociales y de género, empresarios y políticos.
Lula sigue buscando un nombre para ser su vicepresidente o vicepresidenta en 2022. Según él, la prensa ya ha presentado 18 nombres para conformar la lista y ocho posibles ministros de Economía. También articula apoyos para una eventual segunda vuelta. Un posible aliado es el PSD, de Gilberto Kassab, que ya ha admitido que tendrá su propio candidato y que no estará en el mismo bando que Bolsonaro.
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