Lula da Silva: “Vamos a ganar, esto es solo una prórroga”

Lula da Silva: “Vamos a ganar, esto es solo una prórroga”

Hubo victoria, pero no la soñada. Los últimos sondeos mostraban a Luiz Inácio Lula da Silva con el 50% de los votos válidos, en la barrera para no tener que ir a segunda vuelta, y la izquierda brasileña había empezado a fantasear con celebrar a lo grande este domingo. Al final, no pudo ser. El candidato de la izquierda obtuvo algo más del 48% de los sufragios, a menos de dos puntos de la meta. Aun así, un Lula sonriente y bromista disimuló la decepción durante una comparecencia en el hotel del centro de São Paulo elegido como cuartel de campaña: “Vamos a ganar, esto es solo una prórroga”.

“¡Ya dio la vuelta!”. Por fin, Lula se pone por delante. Hay gritos de júbilo discretos y puños al cielo del personal de la campaña. No es una explosión de alegría, pero algo es algo. Durante las primeras tres horas del recuento, el ultraderechista Jair Bolsonaro lo había llegado a aventajar hasta por cuatro puntos. El ambiente en el hotel no era sombrío, pero tampoco lo alegre que se había pensado cuando cerraron los colegios electorales. Menos mal que el voto de la región del noreste, más lento en ser computado, ha salvado la noche.

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Sobre las diez de la noche (tres de la madrugada del lunes en la España peninsular), con casi todos los votos escrutados, el político apareció ante los medios, acompañado por su esposa, Rosangela Janja da Silva, el candidato a vicepresidente, Geraldo Alckmin, y la expresidenta Dilma Rousseff, entre otros. El mensaje proyectado ha sido uno de seguridad en la victoria en segunda vuelta. Lula hasta se ha permitido alguna broma. “Había pensado en irme de luna miel, pero eso tendrá que esperar. Para desgracia de algunos, tengo 30 días más para hacer campaña. Me encanta salir a la calle, subir a los camiones, hablar con la gente…”, declaró. Además, recordó que él no se ha impuesto en primera vuelta en ninguna de las seis elecciones que ha disputado. El último que lo consiguió fue Fernando Henrique Cardoso a finales de los noventa.

Frente al hotel, las vallas instaladas para mantener controladas a las masas no se necesitaron. Un puñado de seguidores incondicionales está decepcionado por el contratiempo. “Cuatro semanas más se van a hacer largas. Bolsonaro va a tener tiempo para desmontarlo todo”, dice Camila Lisboa, arquitecta de 44 años, vestida con un abrigo rojo para el frío. Ha votado a Lula cada vez que se ha presentado, aunque confiesa que no le gustaron los escándalos de corrupción que involucraron al Partido de los Trabajadores. “Mucha gente dejó de votarles por eso”, explica. Su padre, por ejemplo, fue siempre de Lula hasta que se hartó y ahora es un bolsonarista convencido.

El candidato y expresidente Lula da Silva festeja su triunfo en la primera vuelta de las elecciones junto a su esposa Rosangela ‘Janja’ Silva, en São Paulo, este domingo. El candidato del Partido de los Trabajadores ganó con 48,3% de los votos, por 43,2% de Jair Bolsonaro, del Partido Liberal.Marcelo Chello (AP)Con el 99% escrutado, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, de 76 años, lograba el 48% de los votos, mientras que su rival Bolsonaro, de 67 años, se hacía con el 43%. En la imagen, Lula celebra la victoria con sus seguidores.Andre Penner (AP)El actual presidente y candidato de la derecha, Jair Bolsonaro, fotografiado tras su derrota, en Brasilia. La segunda vuelta enfrentará a Bolsonaro y a Lula sin la posibilidad de votar por otros candidatos, como Simone Tebet (4,2% del voto) ni Ciro Gomes (3,1% del voto), y tendrá lugar el 30 de octubre.EVARISTO SA (AFP)Una seguidora de Jair Bolsonaro llora tras conocer el resultado electoral.SERGIO LIMA (AFP)Seguidores de Lula da Silva festejan el triunfo del candidato en las calles de São Paulo.CAIO GUATELLI (AFP)Seguidores de Jair Bolsonaro rezan mientras esperan para conocer los resultados, en Brasilia.Ton Molina (AP)Un mujer seguidora de Lula a la espera de conocer los resultados electorales, en Río de Janeiro.ANDRE BORGES (AFP)Una votante de Lula da Silva reacciona mientras las personas se reúnen al cierre de las casillas.PILAR OLIVARES (REUTERS)Gente hace fila para votar en una casilla de Brasilia.ADRIANO MACHADO (REUTERS)En São Paulo, Filomena Chiquetto, de 16 años, muestra el comprobante del primer voto de su vida.Lela BeltrãoAna María, de 75 años, muestra su comprobante. El papel lee “votar es una obligación cívica”.Lela BeltrãoJair Alvarez, seguidor de Bolsonaro, votó en São Paulo.Lela BeltrãoLa votante Edna Soares muestra su comprobante de voto.Lela BeltrãoEl sábado 1 de octubre, el día anterior a las elecciones, en el puerto de Sao Raimundo, en la ciudad de Manaos, un trabajador carga una urna electrónica para subir a un bote que ayudará a distribuirlas en distintas poblaciones en los alrededores de Manaos, capital del Estado brasileño de Amazonas.Edmar Barros (AP)Los trabajadores electorales viajaron en un barco cargado con las máquinas para el voto electrónico para que la población amazónica pudiese votar este domingo.Edmar Barros (AP)Una trabajadora electoral y oficiales de la policía militar descargan las máquinas de votación electrónicas en Bela Vista do Jaraqui, una comunidad amazónica cercana a la capital estatal, Manaos.Edmar Barros (AP)La votación en Brasil se lleva a cabo de forma electrónica desde 1996. Para cada elección se tienen que transportar las urnas electrónicas a los sitios menos accesibles.Edmar Barros (AP)Las urnas electrónicas hacen una función triple: verifican la identidad de los votantes, garantizan el voto seguro y cuentan los votos. Los partidos políticos pueden auditar la programación de las máquinas antes de la votación para verificar que todo esté en orden.Edmar Barros (AP)Un hombre con playera del Partido de los Trabajadores en espera de emitir su voto, en Brasilia.SERGIO LIMA (AFP)Las filas comenzaron a primera hora de la mañana. MARIANA GREIF (REUTERS)La afluencia a los centros de votación ha sido según lo esperado por las autoridades electorales. CAIO GUATELLI (AFP)Una vista panorámica de Río De Janeiro al iniciar la jornada electoral. Matias Delacroix (AP)Un hombre que ha emitido su voto certifica con su huella digital. Brasil tiene un avanzado sistema de voto electrónico que permitirá obtener resultados en menos de 60 minutos. CARLA CARNIEL (REUTERS)Votantes hacen fila en un centro de votación de São Paulo.MARIANA GREIF (REUTERS)Vendedores de camisetas y todo tipo de artículos promocionales se instalaron cerca de los centros de votación con la imagen del presidente Bolsonaro. LUCAS LANDAU (REUTERS)No hombre marca su voto su huella digital en la marcadora digital en una casilla electoral de São Paulo. MARIANA GREIF (REUTERS)Brasil es considerada la mayor economía de América del Sur, y en esta jornada electoral no solo eligen presidente, también alcaldías y gubernaturas. CAIO GUATELLI (AFP)Los candidatos a esta primera vuelta entre el líder de la extrema derecha Jair Bolsonaro y el favorito de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva, cualquiera de los cuales debe obtener el 50 por ciento de los votos válidos, más uno, para ganar en la primera vuelta, de obtenerse ese resultado irían a una segunda ronda de votación. Matias Delacroix (AP)Votantes esperan que abran las puertas de una casilla en São Paulo.CAIO GUATELLI (AFP)Los sondeos dan una clara ventaja al candidato del Partido de los Trabajadores, Lula Da Silva, incluso con posibilidades de superar el 50% de los votos válidos que necesita para acceder a la presidencia en el primer turno.CARLA CARNIEL (REUTERS)Un seguidor de Lula Da Silva, despliega una bandera en apoyo al Partido del Trabajo al terminar de emitir su voto.Tuane Fernandes (Bloomberg)Un votante observa la urna electrónica antes de emitir su voto. En redes sociales circulan instrucciones de cómo debe hacerse la votación electrónica, para que los votantes no comentan ningún error. EVARISTO SA (AFP)Empleados de Justicia Electoral preparan una mesa de votación al arranque de la jornada electoral. CAIO GUATELLI (AFP)Un empleado de Justicia Electoral prepara una mesa de votación durante las elecciones legislativas y presidenciales, en São PauloCAIO GUATELLI (AFP)Los empleados electorales y funcionarios de casilla, comenzaron hacer pruebas para asegurar que las urnas electrónicas funcionaran a la perfección y no hubiera retrasos. CAIO GUATELLI (AFP)El expresidente y candidato de PT votó temprano en en São Bernardo do Campo, el municipio próximo a São Paulo donde desarrolló su carrera como dirigente sindical. Tras marcar su opción en la urna electrónica hizo declaraciones a la prensa. Tuane Fernandes (Bloomberg)Lula envió un mensaje directo a los votantes del ultraderechista Jair Bolsonaro, muchos de ellos convencidos de que una derrota del presidente solo será posible si hay un fraude. Tuane Fernandes (Bloomberg)Así es la maquina que contabiliza e imprime los comprobantes de votos electrónicos. CAIO GUATELLI (AFP)Los empleados sostienes las tiras de prueba, previo al arranque de las votaciones. CAIO GUATELLI (AFP)Más de 156 millones de brasileños asisten a la primera vuelta de unas elecciones generales decisivas.Matias Delacroix (AP)El presidente Bolsonaro saludó a la prensa al salir de la casilla electoral. Delante de la urna, puso otra vez en duda la transparencia de las elecciones, aunque de forma más sutil que durante la campaña, cuando atacó sin rodeos al Tribunal Superior Electoral y la seguridad de las urnas electrónicas. “Con elecciones limpias, que gane el mejor sin ningún problema”, dijo Bolsonaro luego de emitir su voto. POOL (REUTERS)

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La campaña del candidato se había enfocado en las últimas semanas en convencer a los indecisos y hacer llamadas al voto útil para rascar algunos apoyos del centro. “Da la vuelta al voto”, ha sido la consigna mil veces repetida en la propaganda electoral. Paciencia, ha sido la respuesta de los ciudadanos. Para explicar la fortaleza de Bolsonaro, que ha reunido un 43% de los apoyos pese a que los sondeos le daban un 35%, algunos en el cuartel de Lula apuntaban a los votantes “avergonzados”, aquellos que revelan otra preferencia a la real cuando son preguntados por las encuestadoras.

La segunda vuelta se celebrará el domingo 30 de octubre, dentro de un mes. En ese tiempo, Lula va a necesitar atraer los votos del centro. Será clave a quién deciden apoyar Simone Tebet y Ciro Gomes, con un 7% entre los dos. Son candidatos que lo han criticado por los escándalos del pasado, pero que tienen mayor sintonía con él que con Bolsonaro.

El activista Raimundo Bonfim, coordinador de la Central de Movimientos Populares, se pasea intranquilo por entre las mesas donde se sirven los canapés. No quiere decir que está decepcionado, pero lo está. “Había una esperanza de ganar en primera vuelta, pero yo estaba preparado para la segunda”, señala. Pese a su confianza en una victoria final de Lula, Bonfim afirma que el mes que falta “no va a ser un paseo”. Siente que las clases medias progresistas no se involucraron lo suficiente en la campaña y que eso explica el resultado. “Ahora sí que ya no pueden quedarse en el sofá”, dice. “Hay un riesgo de que gane Bolsonaro”.

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