DirectoCrónica
Nadie mejor que un jugador de paso para resolver un partido de entretiempo como el que jugó el Barça en Mallorca. Luuk de Jong, el delantero despechado y ridiculizado en el Camp Nou, marcó un gol de gran valor para coronar una jornada espléndida para el Barcelona. El domingo nada tuvo que ver con el sábado, cuando Xavi pedía el aplazamiento del encuentro porque su disputa significaba adulterar la Liga. El marcador del día invita al optimismo en el Barcelona. El año empieza con los azulgrana a un punto de la zona Champions. Marcó el delantero centro y reapareció la mejor versión de Ter Stegen para certificar la crecida del equipo de Xavi. La idea de juego y la forma de equipo se mantienen en las circunstancias más adversas como las que planteaba Mallorca.
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Manolo Reina, Russo, Jaume Costa, Pablo Maffeo, Valjent, Battaglia (Abdón Prats, min. 83), Lee Kang-In (Javi Llabrés, min. 70), Dani, Iddrisu Baba (Ruiz de Galarreta, min. 60), Antonio Sánchez (Jordi Mboula, min. 69) y Ángel (Fernando Niño, min. 60)
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Ter Stegen, Piqué, Óscar Mingueza (Clement Lenglet, min. 75), Eric Garcia, Ronald Araújo, Nico González (Álvaro Sanz, min. 70), Frenkie De Jong, Ricard Puig, Ilisa Chakkour (Estanis Pedrola, min. 79), Ferrán Jutglà y Luuk de Jong
Goles 0-1 min. 43: Luuk de Jong.
Árbitro Antonio Miguel Mateu Lahoz
Tarjetas amarillas Ferrán Jutglà (min. 78), Jaume Costa (min. 82), Abdón Prats (min. 88), Pablo Maffeo (min. 93), Clement Lenglet (min. 93), Dani (min. 93) y Valjent (min. 95)
Xavi cuadró la alineación sobre la marcha después de contar hasta 15 bajas, ocho por coronavirus, una vez recuperados a última hora Umtiti y Lenglet. Ambos se sentaron en el banquillo mientras los ocho profesionales formaban con tres jóvenes con ficha del filial como Jutglà, Ilias y Nico, el gallego que marcó un punto de inflexión en el ánimo barcelonista con su gol ante el Elche. Nico sobresalía en un once que defendía con cuatro centrales, atacaba con Luuk de Jong y mezclaba con Riqui Puig ante las ausencias de Gavi y Busquets, dos de los jugadores emblemáticos del plan de Xavi, el catalán por su experiencia y el andaluz por su ambición, ya titular también en la selección de Luis Enrique.
El Barça tiende a perder el orden sin Busquets, es menos agresivo cuando falta Gavi, no es fácil ser profundo sin laterales y la sorpresa disminuye cuando no está Dembélé. El equipo, sin embargo, mantuvo la identidad futbolística que pretende su entrenador, fue reconocible por la posesión del balón, el dominio del partido y el sometimiento del Mallorca. Los azulgrana mandaron ante los muchachos de Luis García a partir de la presión, juntos e intensos, también menos precisos y veloces porque Riqui Puig y Frenkie de Jong no sintonizaban en la medular y a la delantera le faltaba puntería ante Reina. El poste y el larguero devolvieron dos tiros seguidos de Luuk de Jong.
Aunque el ritmo era bajo y no había fluidez, el Barça llegaba al área rival y apenas concedía contraataques a pesar de que Araujo quedó volcado al costado izquierdo y enfrentado al sutil surcoreano Kang in Lee. El Mallorca fue durante media hora un espectador del juego del Barcelona. Hasta que el travesaño negó el gol por segunda vez a Luuk de Jong. No supo ejecutar el equipo de Xavi su interesante declaración de intenciones y el imprevisible Mallorca se arrimó poco a poco al campo del Barça. El equipo de Luis García Plaza ha protagonizado partidos opuestos con independencia del escenario, irregular en la Liga, superado en su propia cancha por una versión menor del Barça.
Más lesiones
El gol cayó por el interés que pusieron los barcelonistas por marcar y Luuk de Jong por acertar, negado en tres tiros y redimido al final en un cabezazo después de un centro al segundo palo de Mingueza. El ariete culminó una paciente jugada barcelonista iniciada por Riqui Puig y saludada por un resbalón de Reina. El gol no ayudó a estabilizar en cualquier caso a los azulgrana, más erráticos en el inicio de la segunda parte que al final del primer tiempo, sostenidos por la jerarquía de Piqué. No sabía cómo atacar el Mallorca si no era con las transiciones que evitaba precisamente el Barça. El partido continuaba en cualquier caso abierto porque a los azulgrana también les costaba llegar hasta Reina.
No había más rematador barcelonista que Luuk de Jong y el neerlandés no acertó a puntear un buen centro de Araujo. Ilias y Jutglà ni siquiera acompañaban, desfondados, y la pelota empezó a caer en el área de Ter Stegen. Aumentó el riesgo en el bando azulgrana y la posibilidad de una jugada accidentada alimentó las expectativas del Mallorca. Aumentó la exigencia de la contienda y la rueda de cambios jugaba a favor del equipo de Luis García, más decidido y agresivo, ante la precariedad del banquillo de Xavi. Las lesiones empezaron a desmontar todavía más al Barça. Nico y Mingueza se cayeron y debutaron Álvaro Sanz, un volante nacido hace 20 años en Caspe, y Estanis, un extremo juvenil de Cambrils.
El desgaste físico penalizó a los barcelonistas, reiterativos en las pérdidas del balón, acosados por el Mallorca, escaso de juego y oportunidades y al tiempo intimidador en las acciones de estrategia, como se advirtió en un testarazo del exazulgrana Mboula. Los finales de partido acostumbran a ser trágicos para el Barcelona. Ha descontado muchos puntos en los últimos tramos, cuando los delanteros y centrocampistas se desfondan y el equipo pierde reiteradamente el balón y queda a merced de sus centrales, poderosos en Mallorca. Piqué y Eric se levantaron como colosos para defender los golpes francos laterales botados ante el área de Ter Stegen.
El portero se redimió por fin con una parada de mucho mérito después de varias jornadas de desatino, sorprendentemente destemplado, irreconocible hasta en el Camp Nou. Ter Stegen volvió a ser Ter Stegen cuando sacó su brazo derecho de hierro para repeler el zurdazo a quemarropa de Jaume Costa. Los jugadores se abrazaron a su guardameta, felices por el reencuentro, después de cerrar un ejercicio de supervivencia que supuso la segunda victoria en cancha contraria y el renacer de sus expectativas en la Liga. Hay victorias que son terapéuticas y simbólicas como la de Mallorca.
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