Más allá de un medio de transporte, para la actriz Macarena Gómez (Córdoba, 1978) el tren es una oficina móvil donde se acomoda para aprender sus guiones, estudiar sus personajes y contemplar esa “microsociedad” que, dice, existe en el hábitat ferroviario. “Es mi momento de paz. Es cuando puedo leer libros y mandar correos. Es mi oficina. Es muy interesante porque estudias el comportamiento de todos los pasajeros. Eso es maravilloso”, cuenta Gómez a la periodista Joana Bonet durante esta videoentrevista a bordo de un tren.
Parte de sus 43 años de vida, Gómez los ha pasado a caballo entre su Córdoba natal, Madrid y Figueras (Girona). Pero también en Londres y EE UU, donde se formó como actriz. Durante ese tiempo, los numerosos andenes que ha pisado han cobrado en ella un significado especial, tanto personal como profesionalmente. “El AVE lo han hecho para mí”, bromea. Esos viajes, curiosamente, también le han llevado a rodar dos cortos dentro de un tren hasta en dos ocasiones en 2019. “Uno [fue] en un tren en movimiento y [el otro] sobre dos [personas] que se casaban en el tren. Fue muy divertido”, cuenta Gómez.
Pese a que desde su más tierna infancia anhelaba ser actriz, fue tardíamente cuando, al acabar Arte Dramático en la ciudad londinense tuvo un flechazo inesperado con el cine que más ha definido su carrera: el de terror. “Cuando tenía cuatro o cinco años, vi E.T. Me causó muchísimo miedo. Pensaba que iba a estar debajo de mi cama. No volví a ver una película de terror hasta que, de repente, a los 18 años, vi Los sin nombre, de Jaume Balagueró. Y dije: ‘¿Cómo he podido estar tantos años sin ver terror? ¡Qué tonta he sido!’. De hecho, el primer papel que me ofrecieron fue de terror”, relata.
Desde entonces, añade la artista, ha intentado surfear entre los diferentes géneros cinematográficos. “Me tiro a la piscina sin saber si está llena o vacía. No me importa equivocarme. Por eso tengo esa capacidad de ser camaleónica, por no tener miedo a interpretar personajes que nunca he hecho anteriormente o que incluso no me pegan”, asegura. Entre ellos, destaca el más difícil: el de madre antes de tener a su hijo Dante. “Tuve que hacer de madre sin ser madre. Lo hice fatal porque no sabía lo que siente siendo madre”, explica.
Como Gómez, una docena de mujeres del mundo del emprendimiento, el deporte, la sostenibilidad, la ciencia, la cultura o la moda, pasarán cada 15 días por Mujeres y viajeras para conversar con la periodista Joana Bonet. Una conversación sobre experiencias, complicidad y libertad en el viaje de la vida.
A través de Mujeres y viajeras, Renfe quiere dar a conocer 12 mujeres, 12 viajes, sus vidas, sus motivaciones y sus anhelos… y compartir todas esas historias apasionantes que han vivido y vivirán a bordo de un tren. Unos diálogos que buscan dar voz al papel esencial que las mujeres desempeñan en la sociedad actual.
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