Macron refuerza los controles en la frontera con España e Italia ante la amenaza terrorista


Viena comenzaba este miércoles a intentar cerrar la profunda herida que un yihadista provocó la noche del lunes. Al mismo tiempo, la capital austriaca miraba a Europa reclamando un mayor esfuerzo conjunto en la lucha contra el islamismo radical, si bien nuevas revelaciones sobre el atacante, sobre todo el hecho de que intentara este verano comprar munición en Eslovaquia sin que saltaran las alarmas, muestran que el país tiene también mucho que mejorar internamente. El ministro del Interior, Karl Nehammer, ha reconocido este miércoles posibles errores y ha anunciado la creación de una comisión de investigación que buscará qué falló y por qué.

“Visiblemente, algunas cosas se torcieron”, ha dicho Nehammer en rueda de prensa respecto al atentado en Viena. “El asesino pudo engañar perfectamente al programa de desradicalización y, aunque quería unirse al Estado Islámico y estaba claro que estaba dispuesto a combatir en una guerra extranjera, fue liberado antes de cumplir su condena”, ha recordado en referencia a una pena de 22 meses de cárcel. El ministro también ha confirmado las informaciones acerca de que el terrorista intentó —infructuosamente— el pasado julio comprar munición en Eslovaquia y que las autoridades de ese país informaron de ello a los servicios de inteligencia austriacos. Pero en el ir y venir de las consultas, algo, de nuevo, falló, y no se activaron las alarmas que deberían haber saltado en torno a un joven que durante su juicio por haber intentado viajar a Siria para unirse al ISIS reconoció abiertamente que no rechazaba del todo la violencia. Según el diario Der Standard, el juez quiso saber en 2019 cuál era su postura ante la violencia. “No me atrevería a cometer un atentado suicida”, dijo Kutjim F. “¿Y decapitar a alguien?”, insistió el juez. “No sabría decir”, replicó.

“Claramente, en la comunicación falló algo. Por eso voy a proponer una comisión independiente de investigación para averiguar dónde pasaron cosas que no deberían haber pasado”, ha anunciado Nehammer, que ha revelado que ya solo se trabaja en la teoría de un único atacante, aunque se sigue investigando si contaba con cómplices o si actuó por órdenes de alguien. Catorce personas de su entorno, de entre 18 y 28 años y de origen migrante, seguían detenidas este miércoles. La víspera, el Estado Islámico reivindicó el atentado, pero el presidente de la policía, Gehrard Pürstl, subrayó que todavía no se ha podido verificar la autenticidad del vídeo en el que el terrorista pronuncia un juramento de lealtad al ISIS. Según Pürstl, no está claro si el propio Kutjim F. pronunció esas palabras, ya que el que habla lo hace en un “árabe perfecto de regiones norafricanas” y lo que se sabe hasta el momento del terrorista no da entender que este tuviera un conocimiento de tal nivel del idioma.

Poco a poco sin embargo se van conociendo otras cosas del terrorista, abatido el lunes tras asesinar a cuatro personas y herir de diversa gravedad a otras 22. Según han explicado este miércoles las autoridades, Kutjim F. estudió en Viena, ciudad en la que vivió en casa de sus padres hasta “poco antes” del atentado del lunes. Antes de viajar a Turquía, en 2018, desde donde buscaba ir a Siria para unirse al ISIS, quiso ir a Afganistán, pero no pudo porque no tenía visado.

Más coordinación en Europa

Las autoridades suizas confirmaron por su parte que dos hombres de 18 y 24 años arrestados la víspera en la ciudad de Winterthur, que tiene un reconocido problema de radicalización islamista, eran “amigos” del terrorista austriaco-macedonio de Viena y que llegaron a “reunirse en persona”, informa Reuters.

Las múltiples pistas europeas y el hecho de que el atentado de Viena se produzca tras la serie de ataques yihadistas sufridos por Francia las últimas semanas refuerzan la idea de que el terrorismo extremista vuelve a expandirse por Europa. El primer ministro austriaco, el conservador Sebastian Kurz, ha insistido en una entrevista publicada este miércoles en el periódico alemán Die Welt en la necesidad de una mayor coordinación europea para combatir el islam político al que también se opone Francia. “La UE tiene que realizar con firmeza y decisión la lucha contra el terrorismo islamista, pero especialmente contra su base política, es decir, el islam político”, reclamó. “Ya estoy en contacto con Emmanuel Macron y muchos otros jefes de Gobierno para que nos coordinemos mejor en el seno de la UE”, ha adelantado.

Mientras, Viena volvía a recuperar su ritmo 48 horas después del atentado. Pero no del todo. En las habituales calles alegres pobladas de bares del casco antiguo, el popular “triángulo de las Bermudas” vienés donde se produjo el ataque, el ambiente era sobrio. Marcas de los investigadores en el suelo, donde también había aún restos de sangre, y los impactos de bala en varios muros y ventanas mostraban el macabro recorrido de Kutjim F. En varios lugares, centenares de personas seguían depositando flores y velas en recuerdo de las víctimas. Entre ellas, varios miembros, chicos y chicas, con y sin velo, de la Juventud Musulmana de Austria. “Como musulmanes era importante mostrar que no compartimos lo que hizo ese fanático, que no tenemos nada que ver con ello”, explicó la joven Bouchra Ikherrazene. “Rechazamos estos actos cobardes”.


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