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Macron y Merkel rechazan los intentos de Johnson de buscar un acuerdo post-Brexit por encima de Bruselas


Ursula von der Leyen y Boris Johnson sacaron la misma conclusión tras la cena del pasado miércoles en Bruselas: la carta con más opciones de salir es la de un Brexit a las bravas. La presidenta de la Comisión Europea advirtió a los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE este viernes de la complejidad de las negociaciones, en las que persisten “los principales escollos”. Y añadió que “la probabilidad de un no acuerdo es más elevada que la de un acuerdo”, según afirmó un funcionario comunitario.

Tal y como estaba en el guion, los líderes de la UE despacharon en apenas 10 minutos la carpeta del Brexit. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ya había advertido de que iba a priorizar otros asuntos de la agenda, en especial el fondo de recuperación. Tras una noche en blanco para atar los objetivos climáticos para 2030, Von der Leyen ha dado cuenta a los Veintisiete de las negociaciones in extremis entre Londres y Bruselas, que volverán a reanudarse hasta el próximo domingo.

Según fuentes diplomáticas, la discusión sobre el Brexit fue muy breve. Los mandatarios no querían abordar a fondo las negociaciones porque rechazan dar otro mandato a Michel Barnier. Entre los Veintisiete se impone el hastío de haber tenido que ceder mucho, mientras que consideran que Johnson apenas ha cedido. Von der Leyen les expuso que apenas había apreciado avances en los tres grandes bloques que están abordando: competencia, gobernanza de la relación futura y pesca.

“De una forma u otra, en menos de tres semanas será un nuevo comienzo para unos viejos amigos”, afirmó la alemana en una rueda de prensa posterior al Consejo Europeo, que ha terminado hoy en Bruselas. Von der Leyen afirmó que ambas partes deberán decidir el domingo si las condiciones para el acuerdo existen o es mejor arrojar ya la toalla, para lo cual Bruselas ya se ha pertrechado con planes de emergencia para garantizar las comunicaciones aéreas y terrestres básicas. Aun así, volvió a marcar las líneas rojas de la UE: “Es justo que los competidores de nuestras empresas se enfrenten a las mismas condiciones que ellas en nuestro propio mercado”, resaltó Von der Leyen, quien recordó que a más igualdad de condiciones, mayor ambición en el acuerdo que regirá las relaciones futuras entre ambos bloques.

Proceso desordenado

Ese ambiente de pesimismo respecto al Brexit que se ha vivido en Bruselas es el mismo que comienza a extenderse en Londres. Johnson reunió a todos sus ministros en Downing Street a última hora del jueves para advertirles de que deben prepararse ya para la perspectiva de un final abrupto del periodo de transición, el próximo 31 de diciembre. Existe una “alta probabilidad” de que no haya finalmente acuerdo con la UE, dijo Johnson. “Creo que está muy, muy claro en estos momentos que la probabilidad más alta es la de tener con la Unión Europea una relación más a la australiana que a la canadiense”, aseguró el primer ministro, quien utiliza esos eufemismos geográficos para evitar describir a las claras un Brexit desordenado en el que vuelvan a imponerse aranceles y cuotas a los intercambios comerciales.

El Gobierno británico actual, fruto de la victoria electoral de diciembre de 2019, no tiene en su interior las profundas divisiones y trifulcas en torno a la UE que vivió el Ejecutivo de Theresa May, la predecesora de Johnson. Todos han expresado su apoyo al primer ministro, sea cual sea el desenlace del próximo domingo. Para ese día, Johnson y Von der Leyen acordaron que debería tomarse una decisión definitiva sobre la viabilidad de las negociaciones actuales. Quedarán entonces 18 días para que concluya el periodo de transición, un tiempo que muchos consideran ya insuficiente para poder trasladar legalmente y ratificar en los parlamentos cualquier texto. “A corto plazo, vamos a tener un camino agitado, pero el Reino Unido sobrevivirá, y le irá muy bien a largo plazo”, decía el ministro de Cultura y Asuntos Digitales, Oliver Dowden, en Sky News. Formaba parte del batallón de miembros del Gobierno que se ha lanzado este viernes a los medios para mostrar su respaldo a Johnson e insistir en el mensaje de que la responsabilidad última del fracaso reside en Bruselas.

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha expresado su sospecha de que la ruptura casi definitiva de las conversaciones entre Londres y Bruselas era un objetivo perseguido por Johnson. “No me preocupa tanto que la perspectiva más probable sea en estos momentos la de que no haya acuerdo, como el hecho de que Boris Johnson esté ya planeando ese desenlace”, ha dicho a la CNN. El sentimiento independentista escocés se ha convertido en mayoritario, según los últimos sondeos, y el Gobierno autónomo ya ha anunciado su intención de convocar el año que viene un segundo referéndum. El Brexit, rechazado por la mayoría de los escoceses, ha sido fundamental a la hora de reavivar las ansias separatistas.


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