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Malcolm Brogdon, un ejemplo que entrena con mascarilla

Malcolm Brogdon fue uno de los jugadores de los Indiana Pacers afectados por el coronavirus. El base se incorporó a los entrenamientos junto a sus compañeros esta semana y lo hizo tomando precauciones extraordinarias, a pesar de haber pasado todas las pruebas y cumplir con el riguroso protocolo sanitario de la NBA en la burbuja de Disney Orlando.

“Pretendo hacerlo hasta que empecemos a jugar partidos”, comentó Brogdon sobre el uso de la mascarilla durante los entrenamientos. “Es algo que hecho mientras me ponía a punto y solo para ser considerado con mis compañeros, por si estaban preocupados sobre el hecho de que hubiera pasado el virus”.

Aunque es un gesto voluntario, lo cierto es que la precaución sirve como ejemplo a una sociedad estadounidense que sigue viendo como los casos de coronavirus aumentan a un ritmo endiablado: 13.900 casos el jueves tan solo en Florida.

“Me pongo [la mascarilla] para ser precavido y ayudar a que los chicos estén cómodos”, explicaba el jugador. Nate McMillan, su entrenador, compartió que en un primer momento ni se habían extrañado por ello.

“Lo hace para dar confianza al equipo de que no está allí esparciendo nada”, aseguró el entrenador. “No debe jugar con mascarilla, pero lleva haciéndolo así los dos últimos días. No hemos pensado mucho en ello. Todas las pruebas que pasan los jugadores y Malcolm para pisar la cancha nos hace sentir muy seguros”.

Brogdon, novato del año en 2017, ha promediado 16,3 puntos, 4,7 rebotes y 7,1 asistencias en 48 partidos durante la presente campaña. Después de pasar el período de cuarentena requerido por la liga y el protocolo sanitario, el base se unió a sus compañeros en la cancha hace un par de días.

“Tuve síntomas muy moderados”, detalló sobre su experiencia con la COVID-19. “Tuve fiebre y dolor de cabeza, pero otra gente que lo ha tenido lo han pasado mucho peor, así que he sido un afortunado porque lo he pasado y me siento bien. Estoy de vuelta al 100%”.

La mascarilla de Brogdon, si seguimos las recomendaciones epidemiológicas al pie de la letra, no evita todo el riesgo de transmitir el virus. También es cierto que hace mucho más que no llevar nada, sobre todo de cara a los demás.

Su postura precavida nos iría bien a todos en caso de duda: mejor ponerse la mascarilla que transmitir el coronavirus a otras personas. Mejor estar un poco incómodos si podemos evitar así males mayores.

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